«"Durante un momento creí que él también se acercaba, pero sus manos heladas se cerraron alrededor de mis muñecas y las inmovilizaron a mis costados. Se inclinó para acariciar ligeramente mi frente con sus labios durante un segundo apenas perceptible. Se me cerraron los ojos.
-Cuídate mucho -sentí su frío hálito sobre la piel.
Abrí los ojos de golpe cuando se levantó una ligera brisa artificial. Las hojas de una pequeña enredadera de arce temblaron con la tenue agitación del aire que produjo su partida. Se había ido".»
-Nunca pensé que fueses la clase de chica que leyera Crepúsulo. -dijo una voz ronca a mis espaldas.
Me vuelvo de inmediato al escuchar esa voz ronca a mis espaldas, esa voz que alguna vez fue mi peor pesadilla. Está parado frente a mi, con una sudadera de color negro y unos jeans viejos con algunos agujeros. Tiene las manos en los bolsillos de éstos, postura que lo hace parecer malo.
Más de lo que es.
-¿Qué haces aquí? -pregunto sin saber qué respuesta espero obtener. Él sonríe y comienza a caminar hacia mi con ese paso tan seguro que tiene, ese paso que había "extrañado" hace algunos días en su casa. Se le veía tan extraño, como... inocente.
-La pregunta es, ¿qué haces tú aquí, Erin? -pregunta remarcando fuertemente lo que respecta hacia mi la pregunta. Lo miro extrañado. Entonces frunce el ceño, imitándome y se sienta a un lado de mi cuerpo, en esas tablas de madera sobre el agua que recorre infinitos mares. -Tu casa está a más de 20 minutos de aquí, sin embargo, aquí estás, a tan solo 5 de la mía.
Mi ceño se frunce aún más y entonces me doy la vuelta para poder contemplar el barrio residencial que está tras nosotros, entonces todo calza. Todas las casas que están detrás de mi son de un blanco inmaculado, con esas ventanas inmensas que tenía la de él mismo y con un tamaño inimaginable.
-Pues, solo quería disfrutar de la lectura. -me excuso rápido. Jake a mi lado, menea la cabeza con una sonrisa en su rostro. Todo lo puedo ver desde la comisura de mis ojos. No quiero que sepa que lo estoy viendo. De pronto, y aun con la sonrisa decorándole el rostro, me quita el libro de mis manos y comienza a hojearlo. -¡Oye!
-Oh, Edward... -comienza a leer mientras se lleva la mano al pecho pero yo le pego un manotazo de inmediato y le quito el libro.
Frunzo el ceño y trato de esconder la maldita sonrisa que crece en mi rostro tras un mechón que se cuela sobre mi rostro. Jake ríe estruendosamente y se extiende sobre las tablas de madera y mira el cielo mientras su pecho sube y baja. Luego, cuando logra calmarse un rato, vuelve a sentarse y yo aparto la mirada.
-Eres un idiota. -murmuro.
El vuelve a reírse y menea con la cabeza sin parar de reír. Extiende su mano y la posa sobre mi mejilla, y yo trato de apartar nuevamente el rostro pero él toma el mechón y lo pasa por detrás de mi oreja. Y eso me llama la atención.
-Te ves linda cuando sonríes y me dices idiota.
Lo miro con la cabeza un poco ladeada y me sigue sorprendiendo cada cosa que hace. Jake no suele hacer esta clase de cosas, gestos, o menos decir semejantes palabras. Algunas palabras que puedas sonar linda y hasta incluso cursis son trabajo de Harry y no de Jake.
Y entonces después de tanto, me acuerdo de Harry.
-Y tu sigues siendo la misma idiota por no responder cuando te digo algo lindo. -añade y mira el horizontes, mientras sus ojos se tranforman en un océano de miel infinito y yo me lanzo en él para nadar hasta siempre.
-Jake.
Todo lo que está alrededor comienza a dar vueltas y vueltas. Cada vez más rápido hasta que cae, y de repente, estoy con Harry.
-¿Qué haz dicho? -preguntó él, apoyado sobre su codo izquierdo inclinado levemente hacia mi. Su torso estaba subiendo pero lentamente. Tenía el pelo revuelto y los ojos pesados. Pero ahora están abiertos de par en par. Posa un mano en mi pierna y la mueve con un poco de brusquedad, pero sin salir de la ternura. -Erin, te estoy hablando. ¿Qué haz dicho?
-¿Yo? -pregunto levantando de la cama y sentándome en la esquina de ella. Me paso la mano por el pelo revolviéndolo para así arreglarlo un poco. Echo un vistazo al reloj de la mesita de noche que Harry tiene y me fijo que son las 23:25.
Dios, se me pasó la hora. Mamá me matará.
-Erin, por favor respóndeme. -grita Harry a mis espaldas.
Pego un salto con tal intensidad de su voz. Pocas veces le he escuchado tenerlo, y no ha sido por buenas razones. Me giro y me lo encuentro a unos 4 pasos de mi cuerpo. Tiene los brazos cruzados frente a su pecho, y me mira furioso.
¿Qué dije?
Me doy cuenta de que sigue mirándome con esa mala intensión y reacciono que no lo he dicho en voz alta, así que lo hago.
-¿Y a demás te haces la sorda? -Musita con su ceño fruncido y una sonrisa en su cara. Oh, no. -Por Dios, Erin. No necesitas hacerlo conmigo. ¡No necesitas hacerlo con nadie, mierda! -grita y patea la base de su cama con fuerza.
Me estremezco por dentro y mi corazón comienza a latir rápidamente. Me acerco a él con cautela y le apoyo una mano en su hombro. Pero el reacciona rápidamente y lo levanta mandando mi mano a los cuatro vientos.
-No te vengas a hacer la linda conmigo ahora, Erin.
La manera que dice mi nombre no es la misma con la que hace a diario. Lo decía con cariño, con el amor que siente por mi desde hace meses. Pero ahora no sé si ese amor perdura.
-No, Harry. -digo recomponiéndome. -Tu debes calmarte. Estaba dormida, no tengo idea de lo que dije. ¡Nadie sabe lo que dice en sueños! ¿Me lo puedes explicar, por favor? Que yo no soy psíquica, por tanto no puedo saber de qué es lo que hablas.
Harry rodea los ojos y se aleja un poco de mi, mientras comienza a caminar de esquina a esquina, sin pasar por mi lado. Se pasa las manos por el pelo y se tira del cabello fuertemente. Veo cómo sus venas y músculos se marcan cada vez que lo hace. Camina fuertemente hacia mi y se plata a unos centímetros de mi rostro.
-Lo nombraste a él, Erin. -dice finalmente suspirando toda la rabia que guarda en su cuerpo. Mi alma se me cae hasta los pies y lo comprendo todo. -¡Lo nombraste a el, maldita sea! ¿Por qué a él? ¿Me puedes decir por qué mierda estabas soñando con Jake y sonreías?
Mierda.
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Leave Me Speechless (h.s)
FanfictionEra que el que nunca decía nada. El que siempre estaba callado. El mudo de la clase. El mudo de la generación. El mudo de la adolescencia. El mudo del mundo. Era el chico tímido hasta que llegó alguien que lo sacó de ahí.