29.

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Harry ha dado vuelta su clóset entero en su habitación. Estoy riéndome a carcajadas y creo que es el mejor día de mi vida. Harry jamás dejaría su habitación así... Más bien, se parece a la mía.

-¿Dónde mierda se supone que mi madre dejó el maldito terno? -vocifera lanzándose de espaldas a la cama.

Yo aprovecho el momento y me lanzo de estómago sobre el suyo. El se encoge y estremece pero se relaja al cabo de unos segundos. Juega con mi cabello entre sus dedos.

-Supongo que entre tus cosas. -digo apoyando mi mentón en su costilla. Su pecho sube y baja y el mío también.

-No, lo dejó en el pasto. -se burla Harry. Arqueo una ceja y calvo con fuerza mi mentón entre sus costillas. Harry grita y eso me hace reír, cosa que el aprovecha para apartarme. -Ayúdame, Erin.

Aprovecho el momento para voltearme sobre su cuerpos, dejando que cada uno de los huesos de mi cuerpo alcancen a notarse lo máximo que puedan y pasen por el cuerpo de Harry, causándole dolor. Soy mala pero el ya ha mejorado.

Bastante.

-¿Tu padre no podría saber nada? -le pregunto dejando caer mi cuerpo como alguien muerto sobre el. Harry suelta un suspiro, dejando salir las ganas de botarme lejos y la pequeña dosis de dolor.

-No. Lo único que hace es quejarse de los medicamentos que debe tomar desde su desmayo. -se explaya el. Frunzo el ceño y me siento en su cama mirándolo bien. Tiene los ojos cerrados y la mandíbula marcada debido a la rabia.

-¿Cómo está? -pregunto.

Harry abre los ojos y se pasa una mano por su larga cabellera. Se sienta a un lado mío y juega con sus anillos.

-Mucho mejor, aunque no bien del todo. El otro día un compañero de trabajo de él, llamó a mi madre diciéndole que había lo había visto afirmado de su escritorio con la cabeza entre sus brazos. -comienza a decir. Menea con la cabeza. -Claro que cuando ella encaró a mi padre, él dijo que su compañero mentía.

-Y entonces el lo hacia. -contesté. Harry me mira y asiente lentamente con la cabeza. Pongo los labios en una línea recta y suspiro. -Ya se le pasará, te aseguro que era solo un dolor de cabeza fuerte.

-Demasiado fuerte, al parecer. -agrega el. Yo suspiro otra vez, sabiendo que lo que dije era demasiado estúpido. No cualquier dolor de cabeza hace que hagas eso. No era algo de siempre.

(...)

Harry ha vuelto a poner su clóset en orden otra vez. Su habitación, sacando toda la ropa que había lanzado, ha vuelto a ser la misma. Es increíble como este hombre puede mantener el orden en un espacio solo para el.

Ha llamado a su madre preguntándole dónde estaba realmente su terno pero ella no ha podido contestar. Le mandó un mensaje diciéndole que estaba en un reunión importante. Ahora, Harry, está muy frustrado y se ha lanzado al suelo para pensar.

La camisa que trae puesta deja ver un poco de su aun, aunque precariamente, bronceada piel. Ha levantado los brazos y se los ha dejado justo frente a la cabeza, apoyando uno de sus dedos en el puente de la nariz. Me apoyo justo en el inicio de la escalera y lo observo mientras medita.

De repente, el se sienta brusca mente en el suelo y me mira con una sonrisa de oreja a oreja. Enarco una ceja y el se levanta rápidamente y camina hacia mi.

-Ya van a ser las dos de la tarde, y no hemos almorzado. La verdad, es que creo que no te iras de aquí en un buen rato. -dice y yo rodeo los ojos. Harry coloca una mano en mi hombro y me estremezco. -tampoco tengo interés en cocinarte y no tengo dinero. Te propongo un trato.

-Pues dígame, Sr. Styles. -digo cruzándome de brazos nuevamente.

-El primero que encuentre el estúpido terno, gana. Y el perdedor, debe cocinar. -responde Harry con una sonrisa de ordena a oreja.

-No es justo. ¡Tu conoces tu casa mejor que yo! -y dicho esto, Harry levanta las manos señalando que no le importa, y cree escaleras arriba riendo fuertemente.

Estoy plantada en el inicio de las escaleras sin saber qué hacer. Rápidamente corro hacia el vestíbulo y comienzo a buscar por todas partes. Es un traje, juraría que está en esos estuches en donde se guardan ese tipo de vestuarios importantes.

Arriba de mi, en el techo, se escucha cómo Harry corre de un lado para el otro y de la nada, también logro escuchar cómo maldice al chocar con algo. Suelto una risa mientras camino sin rumbo alguno.

Y entonces veo a Harry bajar las escaleras y creo que tengo una idea de donde pueda estar.

El pasa corriendo a mi lado, sin mirarme y se va directamente hacia fuera, al patio trasero. Yo tomo la salida hacia la lavandería por la puerta que la anexa con la cocina. Y ahí lo veo, el estuche negro colgado de una de las esquinas de la secadora. Doy un paso adelante y choco de inmediato con algo.

Harry está frente a mi, nuestros pechos están más que juntos y nuestros rostros a menos de cinco centímetros de distancia. Ambos tenemos la respiración entrecortada y sus ojos vagan de un lado a otro de mi cara. Como modo de defensa, cuando he chocado, he levantando inconscientemente mis manos de modo que ahora están apoyadas firmemente en su pecho. El hizo lo mismo y ahora sostiene su cuerpo afirmándose de mis codos.

No sé porqué estoy mas que nerviosa, se supone que esto ha pasado de la nada. No logro dejar mis ojos quietos al igual que el en los suyos.

Saco una mano hacia el exterior y tomo la punta del colgador sin despegar la mirada de sus incontrolables ojos verdes. Luego sonrío y levanto el traje frente a el, sin separarme.

-Gané. -y dicho esto, el se separa lo mas brusco que puede ser teniendo una sutileza de camino y rodando los ojos mientras menea con la cabeza.

Luego sonríe tímidamente y deja de hacerlo al segundo.

Oh-oh.

Leave Me Speechless  (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora