-¿No es así, Jake? -repite Harry al ver que Jake no responde.
Esta blanco como papel. Jamás lo habían expuesto a algo así, por lo que no sabe cómo responder. En mi cara tengo una sonrisa gigante de modo que mi madre me mira con cara rara.
-¿Qué te pasa, Erin? ¿Te sientes bien? -pregunta ella. Camille a mi lado trata de decirle a Jake que no nos tome atención. Peter pasa corriendo por las escaleras y se va por la puerta de entrada. A estas horas, lo único que hace es salir al parque que esta cerca de aquí, come antes que todos y nadie sabe por qué.
-Si, es solo que... No sé, estoy feliz. -respondo sonriendo aun mas. Mi madre frunce el ceño y se sirve un poco de arroz en el plato. Miro a Jake y el menea un poco la cabeza, casi no lo noto pero me está pidiendo que no haga nada.
Qué mala suerte, Jake, hoy es mi día de no hacer caso.
-Jake me dijo que había conocido a Camille en una fiesta, Harry, fue ahí donde lo conociste también a el, ¿verdad? -digo mirando a Harry. El se muerde el labio tratando de reprimir una sonrisa pero sus ojos brillan demostrándome lo mucho que disfruta esto.
-Verdad... -dice con aire dramático. Mi madre suelta algo como "que coincidencia" sonriendo. -Había olvidado eso, ha pasado tanto tiempo, pero en ese entonces estaba con Rachel, ¿o no? ¡No! Se llamaba Kate, eso.
-Harry, que inoportuno recordar eso ahora... -le vocifera Jake mirándolo con odio. Veo como afirma el tenedor tan fuerte que sus nudillos están blanquísimos.
-De hecho, me gustaría oír más -comenta mi hermana calmada.
Estoy que salto de mi asiento y me echo a correr por toda la casa gritando de felicidad, pero la tristeza que siento por lo que le estamos haciendo a mi hermana me gana.
Harry me mira y cuando abre la boca la cierra de inmediato. Baja la vista a su plato y sonríe tímidamente. Frunzo el ceño y estoy a punto de hablar cuando Jake me interrumpe.
-De hecho, Camille, me tengo que ir. -comenta el mirándola. Saca su celular y cuando ve la hora frunce el ceño. -Lo siento mucho, Sophie, pero olvidé que tenía algo que hacer. -se levanta de su asiento y empieza a caminar hasta la puerta seguido de mi hermana. -Nos vemos en el instituto, chicos. -nos mira con odio.
Miro a Harry quien está hablando ahora con mi madre. ¿por qué habrá dejado ir la oportunidad de su vida? Tenía a Jake justo frente a su nariz, tenía la oportunidad de humillarlo sin embargo no lo hizo. Ahora parece feliz hablando con mi madre sobre su llegada a Estados Unidos.
Ni yo sé de ese tema pero quedé tan estupefacta con lo sucedido que no soy capas de escuchar.
Media hora después, estamos retirando los platos de la mesa y todo lo demás. Camille se ha ido a dejar a Jake. Han venido en el auto de mamá. Harry se ofrece a lavar los platos y yo aprovecho de ofrecer a secarlos. Mamá le agradece y se va a su habitación.
Me agacho los implementos necesarios y los dejos justo a un lado la llave. Harry unta la esponja con el liquido amarillo y comienza a fregar los platos. Saco una silla de debajo de la pequeña mesa de la cocina y me siento.
-¿Qué haz hecho, Harry?
En detiene unos segundos lo que está haciendo pero luego sigue. Se ha arremangado las mangas de su suéter y me deja ver los músculos de sus brazos.
-No puedo hacerlo, Erin. -dice al fin luego de un minutos. Deja el plato en el compartimiento de un lado para luego enjuagarlo. Se pasa un rizo por detrás de su oreja y sigue con su acción.
-¿Cómo es eso que no puedes? -digo un poco mas alto. Estaba comenzando a perder la paciencia. Me levanto y me pongo a su lado. Harry me mira por el rabillo de su ojo peor no se detiene. -Tenías todo frente a ti. ¿Tienes idea lo mal que te sientes luego de arruinarle la cita a tu hermana? -me llevo las manos a la cabeza y me revuelvo el cabello. La rabia ya se me está subiendo a la ultima parte de mi cuerpo. -Por dios, Harry. ¿Qué más tengo que...
-¡Yo no soy así, Erin! -dice Harry casi gritando. Sus ojos están brillantes pero no de pena. No sé lo que es, no logro entenderlo. -¿Qué no lo captas? Por favor, Erin. Llevamos siendo amigos meses, pasamos todo el tiempo juntos y no te haz dado cuenta, por dios. -deja la esponja a un lado y se limpia las manos. -Yo, no, soy, ¡asi! -grita cada una de las palabras mirándome a los ojos. Su pecho sube y baja rápidamente por la furia que siente.
No sé qué decir. Es obvio que hemos pasado tanto tiempo juntos que lo conozco casi perfectamente. Sé que quizás no es como yo y que nunca enfrentaría a Jake pero lo tenía frente a el. Tenía todas las oportunidades para hacerlo.
-Aun no lo entiendes. -susurra y vuelve a lavar los platos. Tomó su brazo y obligó a detenerlo. El se voltea ante mi encoge de hombros para restarle importancia.
-Claro que lo entiendo, obvio que si. Pero también comprendo la impotencia que sientes cuando el te hace daño, y ahora tuviste la oportunidad de devolvérselo o por ultimo divulgarle la verdad de su faceta ante mi hermana. -apoyo mi otra mano en su bícep.
El espira pesadamente y trata de zafarse pero no lo dejo. Me mira otra vez y menea la cabeza sonriendo.
-No puedo hacerle daño a la gente, Erin. No puedo hacer lo que me hacen. Lo que siento al hacerlo le gana a lo que siento a diario cuando el hace sus tonterías. -cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás. -Soy un imbécil pero no puedo.
Mis ojos se llenaron de lagrimas al escucharlo decir todas esas cosas. Harry era tan buena persona que es incapaz de hacer daño a alguien e incluso a quien se lo hace a el. Una lagrima cae por mi rostro y eso me da el impulso que necesito para dar un paso hacia el y envolverlo en un abrazo.
Harry se estremece mientras rodeo mis brazos en su cuello. Apoyo mi cara entre su hombro y mis brazos. El lentamente, rodea mi cintura y siento sus fuertes brazos contra ella.
-Lo siento... -murmuro.
-Soy yo el estúpido aquí, pero igual te perdono.
Suelto una risa y le golpeo en la espalda tratando de soltarme, pero el no me deja. Siento su respiración contra mi hombro y cierro los ojos.
-Eres un estúpido pero yo también. Y tendremos que ver qué nos espera en lunes en la escuela.
-Ni me digas. -añade el.
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Leave Me Speechless (h.s)
FanfictionEra que el que nunca decía nada. El que siempre estaba callado. El mudo de la clase. El mudo de la generación. El mudo de la adolescencia. El mudo del mundo. Era el chico tímido hasta que llegó alguien que lo sacó de ahí.