Berraco
DEDERICK
Mi cerebro no logra reaccionar, es como si todo a mi alrededor se hubiera paralizado por un nanosegundo... Esto no puede ser, él no... él no...Pero sí lo fue.
Fue él quien creó este juego sucio, el que me arrastró a esta desgracia. Mis dientes se aprietan tan fuerte que siento dolor en mi quijada. ¡¿Entonces a qué carajos vino?! ¿A reírse en mi cara? ¿Para ver de cerca lo mucho que me duele que haya sido él en específico? Mi propio hermano. Cierro los ojos para no verlo más.
Melody aprieta mi mano y los abro de golpe para verla, necesito hacerlo para no sentirme tan derrumbado, sus ojos no transmiten lastima, sino apoyo, dándome a entender que está aquí... Simplemente no debí ser tan tonto e ingenuo al creer que venía en son de paz, no debí esperar nada de él cuando nunca nos dirigimos ni la mirada. ¿Por qué tan solo creí que quería arreglar las cosas nada más que ahora? Mi emoción y contradicción referente a lo que pensé era falso se esfumó cuando confirmó que era cierto.
—Hermano—le dirijo una mirada dura, dándole a entender que no me llame así, y él hace una mueca de dolor—Dederick... Solo déjame que te explique, por favor, solo eso te pido siendo sabedor de que no estoy en condiciones de pedir nada. Escuchame y luego tú decidirás lo que pasará, y aceptaré lo que tú me digas... Lo haré, pero te ruego que me des la oportunidad de defenderme también—su mirada destila incertidumbre, trizteza y temor. Y eso me golpea el corazón aun más.
Melody se abraza a mí para susurrarme algo que no soy capaz de entender, quiero escuchar pero sigo tan aturdido, dolido, sin poder quitar mis ojos de Connor.
—Anda, Rick, hazlo—vuelve a hablar, como si supiera lo perdido que me siento, y esta vez sí la escucho. Pero la interrumpe la voz de Verónica.
—... Hola—se acerca precavida y con timidez para sentarse al lado de mi hermano.
Ninguno responde, entonces ella agacha la mirada para toquetear sus pulseras de la mano. Si el silencio con la familia de Melody era abrumador, este nos mortifica a todos. Incluso las pocas personas que rodean el parque se dan cuenta del ambiente medio turbio que hay aquí, porque se nos quedan viendo extraño.
Mi garganta se siente cerrada en este momento siendo incapaz de responder y encontrar mi voz. Qué terriblemente mal me siento, es una desazón que no le deseo a nadie. ¿Qué puedo decir? No estoy seguro de que pueda decir alguna ofensa siquiera. Jodido, esa es la palabra que me describe ahora. Realmente jodido.
Hubiera preferido que me golpeara cuanto quisiera si lo que pretendía era humillarme y hacerme sentir miserable antes que esta traición tan grande, que no solo me ha afectado a mí, eso quizá lo hubiera podido sobrellevar un poco... pero también se los llevó de encuentro a ellos. A mis seres queridos, a quienes amo incondicionalmente.
Sentir esa presión de la gente juzgandome ya era perturbador cuando veía semejantes calumnias que ni siquiera eran verdad, no sabía cómo actuar o encontrar alguna solución. Simplemente no podía centrarme de lleno ante el problema, en uno en el que no puedo hacer nada más que quedarme de brazos cruzados.
Melody se aclara la garganta tratando de que el ambiente no se sienta tan turbulento.
—Uhm, chicos, vamos a mi casa. Este no un tema que se trate a la ligera y mucho menos aquí en el parque ya que las personas ya están elucubrando y viéndonos con curiosidad. No queremos más polémica. Vengan.
Yo comienzo a caminar sin aceptar y sin negarme, pero por el rabillo del ojo logro ver que Melody les da un asentamiento a ellos dos para que nos sigan. Al llegar ellos se ponen aún más tímidos e incómodos, para luego tomar asiento.
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Dederick ©
Teen FictionMelody tiene una vida monótona, de la casa al instituto y viceversa. Pero... ¿Qué pasaría si en busca de algún chisme en YouTube se topa con un trío de influencers, y uno en particular le parece carismático y atractivo? ¿Y si se lo muestra a sus ami...