Siete

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Viaje

Pasaron unos días luego de la reunión en la que por fin nos dieron el permiso en el colegio para poder viajar. Estos días había estado inetarctuando con Dederick de vez en cuando cada que él ponía un estado o yo ponía uno, y vaya que me sorprendí el día en que hice un post sobre una maravillosa frase del libro orgullo y prejuicio, casi me da algo.

La verdad hemos avanzado mucho y hasta parece que nos conociéramos de hace dos meses. Es divertido bromear con él o hacer ese tipo de charla con doble sentido que él saca no sé de dónde, claramente no se pasa de la raya, así que lo llevamos bien. Me gusta todo de él y la manera en la que se desenvuelve en temas serios.

Y se preguntarán ¿y el mentado viaje? ¡Es mañana! Destino a España por fin, y mis emociones estos días atrás estuvieron a flor de piel, con cualquier cosa siempre andaba pintada una sonrisa, hasta cuando me regañaban. Tenemos que estar a las siete en punto de la mañana.

La verdad hoy que quería mencionarle eso a Dederick pues no he podido, no ha caído ningún mensaje suyo y yo tampoco quiero incordiar acumulando su bandeja de mensajes, tal vez luego le cuente que saldré por primera vez de mi país.

Ya guardé lo mas importante en mi pequeña maleta floreada, sigo con la adrenalina recorriendome entera. Estoy moviéndome de un lado a otro sin poder dormir, solamente no puedo, mi eufória aumenta cada vez más. No tengo nada que hacer para poder relajarme.

Me pongo a contar cada estrella que hay situada como decoración en el techo como si fueran ovejas. Cuando estaba de unos 14 años las dibujé creyendome la artista rapunzel, están un tanto chuecas, pero se pueden distinguir.


★★★

Sin necesidad de una alarma me levanto enseguida, me ducho y me pongo la ropa más bonita que tengo.

Hay que rememorar este momento y qué mejor que con una foto de todos juntos en el aeropuerto, y lo mejor es que ¡vamos a estar otra semana más!, nuestros padres son un tanto alcahuetes y decidieron que para que disfrutaramos más pasáramos esa semana extra que pensaron no nos podrían dar permiso en el colegio, pero si se pudo, ¡la esperanza es lo último que se pierde!

Reviso el móvil y sonrío como una boba, pero al mismo tiempo reflejo una incrédula, ¡contestó el mensaje después de que yo me quedara dormida!. Lo sé porque antes de quedarme bien dormida vi la hora. Vaya, la vida es cruel conmigo, bueno, no tanto porque en la vida me han sucedido cosas increíbles y no todo en ella llegará a ser perfecta.

-¡Melody, estas lista!

-Sí, enseguida bajo.

No voy a responder por ahora, hay que darse a desear tantito, ¿no? Bajo a toda prisa porque conociendo a mi mamá es capaz de subír para ver qué estoy haciendo y llevarme de las orejas al auto, a ella le gusta ser puntual, aunque eso implique despedir momentáneamente a su hija.

Ya estamos en el aeropuerto Toncontin, y me vuelvo a poner ansiosa que no me cabe la felicidad.

-Vamos Mel, tus amigos están esperándote.

Mi madre cumplió con su palabra y habló con mi hermano luego de que aceptara darme permiso de ir, para que él estuviera pendiente de mi llegada. Se lo tomó bien y vaya que estaba contento.

Al encontrarnos con los chicos volvemos al abrazo grupal como si nunca nos hubiésemos Visto. Nuestros padres se nos quedan viendo mientras nos dicen que nos quieren mucho, que nos cuidemos y que nos llamarán todos los días.

Dederick © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora