Veintiséis

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¿Es un sí?

Y plan fallido


DEDERICK

Siento la bilis atascada en mi garganta ante la ansiedad de saber su respuesta. Me siento como un novio a punto de pedirle matrimonio a su novia. ¿Será que no se siente preparada todavía para un noviazgo?

En su rostro hay todo tipo de sentimientos. Se hace a un lado y siento venir el famoso y aterrador «NO». Desvío la mirada hacia el suelo y lanzo un suspiro lleno de decepción que trato de ocultar. No estoy preparado mentalmente para un «no». Creo que si lo dice me tiro por la ventana de la segunda planta de este restaurante.

No es broma, hasta mi corazón palpita más lento. Estoy por decirle que si no se siente preparada yo podría esperarla todo lo que fuera posible. Pero abro mis ojos desmesuradamente cuando se abalanza sobre mí y enrosca sus brazos en mi cuello para robarme un beso. Devolviendo mi paz interior. La tomo de la cintura y la pego a mí. Mordisqueo lentamente su labio inferior cuando ella dicide jalonear mi cabello. Luego vuelvo a la realidad.

«¡Tenemos espectadores! Y entre ellos está ¡mi suegra!».

Me tengo que comportar. Adiós beso delicioso y candente. Nos separamos y juntamos nuestras frentes para sonreír cohibidos.

-Eh-carraspeo-. E-eso es... -tartamudeo. ¡Diablos, estoy nervioso!-. Eso es un ¿sí?-Melody sonríe risueña mientras sus ojitos no pierden ese brillo que me gusta ver en ellos.

-Es un sí definitivo.

¡Jesús! Me hizo pensar e imaginar muchos escenarios feos. Esta chica hace que cada fibra de mi ser se descoloque en cuestión de segundos.

-Todo esto que has hecho, e-es muy hermoso. Muchas gracias. ¡Estoy muy feliz!-sonríe. Suelto una leve risa.

-Ahora sí que llegué a los extremos de cursi, eh-me arrimo a ella sacudiendo su brazo con el mío.

-Ujum. Pero entonces eres mí cursi-juguetea con el cuello de mi camisa.

-Y tu mí melón. Te quiero, Melody.

-Yo también-muerde su labio inferior. Me hago el indignado.

-¿Cómo así pues? ¿Que tú también..., te quieres? ¿Y yo...? ¿dónde quedo?-bromeo. Ella me da un leve empujón riéndo.

-No bobo, yo también te quiero a ti.

-Ah, ahí ya cambia la cosa, me encantas-rozo la punta de su nariz con la yema de mi dedo índice-. Lo mejor del día ha sido tu sí.

Estoy por acechar sus labios una vez más, cuando osan interrumpir mi momento de galán... Ally y Raúl. ¿Qué acaso no tienen nada más importante que hacer? No sé, como ir a ver cómo preparan la mesa, ver el techo, conocer el baño, que sé yo. Me están dando ganas de mandarlos al otro lado del mundo en este instante, pero son mis amigos y no haré eso, además de que no soy millonario para pagar dos boletos con hotel incluido por un año.

-Me la llevaré un momento, necesito hablar con mi prima y luego con todos, okay. Tranquilo hombre, quita esa cara de «los quiero matar». Cuidaré de tu meloncito.

Ruedo los ojos y asiento. Le doy una mirada a mi chica cuando se gira para seguirle los pasos a su loca prima. Ese vestido le queda jodidamente bien, gracias a Itala y a Juliana por la buena elección del vestido, son unas ángeles. Me supe perfectamente su talla, y no porque le haya quitado la ropa-aunque quisiera-, sino porque estuve en su habitación y miré un vestido en su closet, así que busqué su talla.

-No mames, Dederick. ¿Todo esto para que sea tu novia? Orale carnal, yo más bien pensé que le ibas a proponer matrimonio-ondea sus cejas mientras ríe.

Dederick © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora