Veintitrés

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Chismes & primicias


Las semanas siguen transcurriendo, pero aún guardo en mi lado sensorial lo magnífico que fue llegar al autocine. Con las chicas decidimos salir ayer y tener esa noche solo para nosotras, dejamos botados a los chicos, y pues ellos "dolidos" fueron a casa de Jhy a despecharse. El señor Rolando se sorprendió, pero nos acogió muy bien mientras habían muchas más personas en los viejos tiempos. Me alegré por eso, todos los que estábamos ahí gritabamos como si el demente de la película hubiera estado entre nosotros.

Termino de arreglarme el uniforme y meto en la mochila los cuadernos y libros que me tocan el día de hoy. Estamos a nada de empezar exámenes nuevamente por lo que no estaré mucho tiempo con Dederick. Al llegar a la sala mi pantorrilla siente un leve masaje-cosquilleo gracias a la vibración del celular, suelto una risita. Estoy por sacarlo cuando mi hermano abre la puerta al escuchar que tocan con demasiada urgencia. Samuel se hace a un lado dejando pasar a Raúl y Erick. Sus caras están algo pálidas y serias, llenas de preocupación. Erick es el primero en romper el silencio.

-¿Pero que coño pasó? ¿Te encontráis bien, Melody?-asiento con confusión-¿Dónde está Dederick? Necesitamos hablar con él.

¿Qué miércoles está sucediendo aquí? ¿Por qué de la nada aparecen con tanta preocupación? Sam gesticula las mismas preguntas que yo en su mente ya que frunze su ceño con confusión.

-Yo estoy bien chicos. Pero, ¿cómo que donde está Dederick? Él está aquí, en su habitación-señalo las gradas.

Fijamos la vista en las gradas al escuchar sus pasos, y digo que es él ya que mamá salió temprano, que del ruido que hacía con algunas ollas me desperté, se escuchaba hasta en mi habitación, parecía que las tenía en el oído. Estoy despierta desde las cuatro y media de la madrugada. Ya no pude quedarme dormida la otra hora extra y aproveché para dejar la casa limpia y ordenada.

Mi tranquilidad vuelve. Estaba asustada, por poco y me hago ideas de que había huido por la noche o que Verónica lo había secuestrado. En cuanto llega a mi lado me abalanzo sobre él y lo abrazo con ansias mientras Dederick refuerza sus brazos a mi alrededor con calidez.

-¡Dios!-sonrío ya más tranquila-Estos chicos casi me dan un patatús, pensé que te había sucedido algo, o no sé, yo...

-Shh-acaricia mi cabello en finos roces-, tranquila, estoy bien. Los chicos se refieren a otra cosa, pequeña melón-levanto mi cara para verlo, intenta darme una sonrisa reconfortante, pero le falla estrepitosamente, llenandome de dudas-. Ella aún no lo sabe.

-¿Ah, sí? ¿Qué no sé? ¿Es algo malo?-me separo del abrazo para así no perderme ni el más mínimo detalle de su reacción. Pero él simplemente se mantiene apacible.

-Sí-carraspea-. Mira, será mejor que te lo expliquemos cuando vuelvas. Por ahora no tienes mucho tiempo. Te llevaré al colegio. Solo te diré que es un video que tiene que ver con los dos. No lo he visto aún, esperaré a que vuelvas para hacerlo juntos. Los chicos me llamaron temprano para comentarme algo, pero preferí esperarte a ti.

Con una mueca de disconformidad asiento. Él se percata y se acerca para dejarme un beso en mi cabeza, gesto que calma la leve inquietud que siento dentro de mí.

Nos separamos y veo que cierra su mano derecha en un puño para luego hacer girar en su eje en el dedo índice las llaves, y digo llaves porque contiene la llave del auto y de la puerta de la casa, mamá es un poco olvidadiza a veces, así que, ubicó todas las llaves importantes en un solo lugar. La verdad no sé porqué tiene dos llaveros con las mismas llaves. Consigo sonreír y tranquilizarme para llegar con mente fresca al colegio.

Dederick © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora