Hay que huir
MELODYFinalmente estamos en la cancha. Dederick me propuso una partida de baloncesto. Y yo pues, soy nivel muy básico para eso, en el colegio solo era buena para encestar cuando tenía suerte. Una pareja va saliendo dejando el lugar solitario. Nos acercamos a la bolsa que está en las gradas y sacamos el balón.
-Pequeña Melody, este juego va a ser... Interesante-mordisquea su labio inferior.
-Ni te imaginas. Creo que terminaremos en el suelo sin siquiera haber empezado a movilizarnos-reímos. Entonces él, queriendo distraerme, me guiña el ojo con coqueteo galante y se da la vuelta. Empieza a correr con el balón en sus manos, rebotandolo una y otra vez en el suelo.
-Mel, ¿te quedarás ahí esperando a que te gane, eh?-entrecierra sus ojos-. Está bacano-sonríe.
-Ni lo sueñes, precioso-se queda pasmado ante el apelativo cariñoso-. Ya me ganaste la carrera, ahora te ganaré yo.
-Melody, si tú ganas, haré lo que me pidas.
-¿Seguro?-sonrío con inocencia.
-Claro. Me dejo hacer por ti-sonríe con picardia.
Me acerco hasta él y pongo mi dedo índice en su mejilla delineando hasta rozar su mandíbula con barba incipiente. Poco a poco la bajo a pecho y torso, luego me desvío a su brazo, en donde rozo esas venas sobresaltadas que hacen que sus antebrazos se vean muy masculinos y ardientes.
-Quiero que tú...
-Melody, estás jugando con fuego y no creo que te quieras quemar, ¿o sí?-suelta un leve suspiro.
-Dejame terminar-río-, quiero que me lleves en tu espalda a dar una vuelta hasta llegar al Cristo del Picacho-apachurro sus mejillas y luego le planto un beso. Él por su parte frunce el entrecejo y hace un mohín. Coloca sus manos en mis hombros y sonríe juguetón.
-Mmm, viéndolo bien, no está nada mal tu propuesta-ahora es él, el que invierte el papel. Se acerca peligrosamente a mi encuentro.
-¿Ah, si?-enarco una ceja mientras sonrío.
-Sí, Elaine-acaricia mi hombro erizandome completa-. Pero si gano yo, harás lo que yo diga.
-Humm-me lo pienso-, eso me huele a peligro.
-Puede ser que sí, ¿quién sabe?. Cuando sea el momento lo sabrás, pequeña melón-deja un beso fugaz sobre mis labios para luego apartarse y salir corriendo con el balón en manos como todo un niño eufórico.
-¡Ven, quitamela!-hace una serie de movimientos para desconcertarme.
-¿Me estás retando?-Lo desafío. El ríe fuerte, contagiandome. Quien nos viera diría que estamos locos.
-Y un reto muy jugoso, preciosa. Así que ven, y a los tres encestes en la canasta habrá un ganador.
«Ya verás Rick, en ésta sí te gano».
«Ajá, sí, mientete a ti misma».
«Me ofendes. De veras que para qué quiero enemigos si ya te tengo a ti, chusma».
-Melooody.
-Ah... -Dejo la charla con mi conciencia que de vez en cuando es mi espada de doble filo-Sí, prepárate para la derrota.
Empezamos a correr por toda el área, me aturden sus buenos movimientos en donde no puedo arrebatarle el balón, luego más decidida y en un movimiento desconcertado por su parte, le arrebato el balón sonriendo con suficiencia. Corro lo más rápido que mis enanas piernas me lo permiten. Vamos puntería, no me falles ahora. La lanzo directo a la canasta cruzando los dedos y...¡Entró!
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Dederick ©
Teen FictionMelody tiene una vida monótona, de la casa al instituto y viceversa. Pero... ¿Qué pasaría si en busca de algún chisme en YouTube se topa con un trío de influencers, y uno en particular le parece carismático y atractivo? ¿Y si se lo muestra a sus ami...