Dederick ©

Veinticinco

Llamada indeseada

MELODY

Ya pasaron cuatro semanas desde el altercado con el video y el live que prometieron subir en instagram. Uno de ellos, que ni idea de quién pueda ser, se disculpó por lo ofensivo y horrible que fue el video, a muchos Hondureños no les gustó ese comentario, así que en el directo se excusaron con que no se habían expresado del modo correcto.

¡Bah, ingratos! Sabían que haríamos que cerraran su página si no lo hacían, estábamos divididos con los que apoyaban a chismes & primicias, y con los que no, quedando en un cincuenta y cincuenta por ciento en ambos bandos.

Por mi parte, lo llevo de la mejor manera, y en el colegio muchos me dieron su apoyo, menos las que antiguamente decían ser mis amigas, que era de esperar. Me lanzaban miradas iracundas y sus gestos eran sinuosos a la mofa que ignoré por completo. Prefiero pasar de ellas y que hagan lo mismo conmigo.

Dederick toma mi mano para darle un beso a mis nudillos, así que desvío toda mi atención hacia él. La verdad es que Dederick ha manejado muy bien la situación, eso sí, me sigue preocupando lo de sus redes, cosa que él por el momento ha evitado decirme, haciéndose pasar por tranquilo ante ello. Y sus fans en vez de disminuir, han ido aumentado.

-No creas que no entendí lo que me dijiste aquel día que te dejé en el instituto-entrecierra sus ojos divertido.

-No sé de que me hablas-niego inocente. Quiero estallar a carcajadas por su expresión tipo: «policia charlando con el supuesto criminal». Luego sonríe y, oh, no, la debilidad. Veo hacia otro lado.

-¡Claro que lo sabes!-Ríe enérgicamente y se aclara la garganta-. «Eres un cursi», acaso... ¿te suena?-Y hasta ahí aguanto, le doy rienda suelta a mis carcajadas.

-Pensé que no lo entenderías ya que no lo dije en voz alta. Yo nunca entiendo con solo el movimientos de labios-resoplo haciendo un mohín en mis labios.

-En un don, no lo sé, siempre lo he captado rápido, me puedes decir la frase más larga del mundo y te la diría sin pestañear-se regodea con una gran sonrisa.

-Okay, señor egocéntrico es un don-bajo la mirada a mis manos y sonrío-. Gracias por todo lo que hiciste por mí-él levanta mi mentón, teniendome cerca de su rostro para brindarme una cálida sonrisa que me reconforta.

-Melody-niega-, no me des las gracias, eso fue necesario, no te pueden atacar así y, de paso quería hacerles entender que ni a ti ni a nadie tienen el derecho de herir de esa manera, peor en público y mucho menos opinar sobre mi relación contigo. Haría lo que fuera por ti, eres muy importante para mí-desliza sus dedos en mi mejilla con leves roces, enviándome descargas eléctricas por todo el cuerpo.

Me inclino un poco más para así rozar delicadamente sus labios sin llegar a besarlo del todo, cuando él, con facciones decididas y sus esmeraldas ensombrecidas llenas de anhelo, nos funde en un beso inocente, que se vuelve intenso al él inmiscuir su lengua, entrelazandola con la mía. Nos sobresaltamos por la melodía que desprende mi celular, pero él me retiene con un gruñido que me hace reír en medio del beso, y con rebeldía, me decido a ignorarlo. Hasta que vuelve a sonar insistentemente.

Me separo de Rick, y él a regaña dientes me da un sugerente apretón en la cintura para luego soltarme lentamente, haciéndome sonrojar. Veo la pantalla y me descoloco. Es un número desconocido de... ¿Estados Unidos?. Descuelgo la llamada rápidamente. Al otro lado sólo percibo una respiración y un bufido que me pone ansiosa.

-¿Hola?-No sé por qué, pero me siento intranquila. Devuelvo el peso de un pie a otro sin cesar.

-... Melody. -Su voz destila molestia y aborrecimiento.