Cinco

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Mensajes

DEDERICK

Me encuentro revisando algunas facturas ya que no aparece una reciente en la que había comprado materiales para algunos de mis videos. Aunque ahora que lo pienso no es tan importante que digamos, solo quiero encontrar el precio de lo que había gastado anteriormente y así tener un tipo de presupuesto para más adelante por si los vuelvo a necesitar. Cuando no la necesite va a aparecer. Siempre es así que hasta me río en el momento.


Después de mi broma hacia Raúl—que por cierto se encabronó a mil—, saqué las cámaras de donde las había escondido, pase el video a la computadora y le agregué unos cuantos elementos, un poco de música y uno que otro detalle. Ya solo me falta publicarlo y ver la reacción de Raúl, algún día me las iba a pagar por su broma hacia mi persona y ese día llegó.

Dejando todo eso de lado, la que creía mi fan, Melody, no respondió nunca mi mensaje. Los chicos me molestaron diciendo que había sido totalmente ignorado, aunque eso no pasó, porque ella no los había leído. Por curiosidad al día siguiente entré al chat ya que yo sí puedo ver quienes han visto mis mensajes mientras que la otra persona no, la verdad es una herramienta muy útil. Hubiera sido genial ver lo que sea que hubiera pensado ella, o pensado en escribir. No todas las veces respondo mensajes al privado, como dije, siempre los subía en mis estados y ahí es donde respondía. 


Y es hasta ahora que lo recuerdo, cuando mi estómago gruñe como un ogro, ¡claro! Había ordenado comida china y yo quité el sonido del móvil para no desconcentrarme por mientras hacía todo lo de la edición. Andy me matará, era una amiga de Erick en la universidad y siempre suele llamarnos a nuestros móviles cuando ya está fuera con los pedidos.

—Carajo.

Volviendo a lo de antes, fue extraño que desapareciera, o a lo mejor pensó que todos los influencers somos creídos y cero humildes, que no respondemos porque nos creemos la gran cosa. Y claro que no, se me hace muy entretenido y genial interactuar de vez en cuando con mis seguidores.

Me levanto de la silla y tomo el celular, pero no enciende. ¡Rayos!, solo eso me faltaba, que Erick me lo dejara sin nada de carga, totalmente muerto, ni siquiera se dignó a conectarle el cargador el muy juemadre, me siento indignado, se lo presto y así me paga. ¡Ahg, Erick!

Espero por lo menos unos 30 minutos hasta que veo que lleva lo suficiente para ver si tengo alguna llamada perdida... Todavía no la hay, qué alivio. Reviso a ver si tengo algún nuevo mensaje de los chicos, al principio no me aparece ninguno, supongo que es porque acaba de agarrar la señal del wifi. Solo son videos de la gran fiesta a la que fueron.

En la barra de notificaciones se suman muchas más llamándome la atención las de instagram. Al entrar y ojear los mensajes sonrío incrédulo ¿en serio me respondió luego de dos meses? No lo puedo creer. Y sobre lo que había pensado anteriormente ¡lo sabía! Ella escribe y se expresa diferente, y lo raro e increíble es que tampoco me quiso decir lo típico “no fui yo, disculpame, fue mi amiga que se equivocó de persona”. Sabrá Dios a quién le cubres las espaldas, señorita Melody.

Me dispongo a leer y ensancho aún más mi sonrisa. La verdad cero rencores, respondió y no ignoró que es lo importante. Ahora me reiré en la cara de mis parceros, y me devolverán el dinero que habían apostado antes sobre que ella jamás respondería, la cual ganaron hace dos meses atrás, y como si lo hizo a pesar del tiempo,  cobraré lo que me corresponde. Por mi parte olvidaré el hecho de que cierta «IM» me envió ese mensaje desconcertante, y como dice Melody, a empezar con un buen pie.

Dederick © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora