Doce

94 26 69
                                    

Beso accidental


DEDERICK

Melody se encuentra divertida comiendo unos cuantos snacks observando a su amiga bailar con Jhy, esos dos son tal para cual, ni siquiera terminaron de comer y ya estaban bailando. Me lo pienso y sí, tengo unas inmensas ganas de bailar con ella.

«Te has tardado millones de siglos, amigo. Ya te iba a decir: ¡amigo date cuenta!». Ironiza mi subconsciente.

«¡Joder!, lo sé, mejor tarde que nunca, ¿no?». Observo su perfil tan calmado, disfrutando de la música.

—Oye, Melody—me acerco con algo de nervios y codeo su hombro.

—¿Uh? Dime—gira su rostro para verme a los ojos. Me acerco para así rozar nuestras mejillas y susurrale:

—¿Quieres bailar con este humilde chico?—pregunto con mucho entusiasmo a una exigua distancia de su rostro. Suelta una risita.

—No lo sé, no es que no quiera, claro que quiero, pero es que... Mis pasos son algo tiesos, necesitan aceite—reímos—. A veces parece que tuviera dos pies izquierdos, mi mamá una vez intentó bailar conmigo y terminé haciendo que la punta de su tacón se rompiera—sus mejillas se tornan coloradas. Volvemos a reír, eso esta de locos.

—Tú tranquila y yo nervioso—me mira con confusión, me vuelvo a reír ya que su nariz se arruga bien chistoso—. Por los pisotones que me darás. Pero como te lo dije antes, seré tu vaquero y hoy tú bailarín, yo te puedo ayudar con lo del aceite, lo harás bien. Así no tendrás que accidentar a alguien más— río. Me empuja juguetona y ríe.

—Está bien, pero que conste, yo te lo advertí, aunque creo que hoy día no lo hago tan mal.

—Eso lo veremos preciosa-le guiño un ojo. Una bachata de aventura comienza a sonar.

—¡Vamos a bailar un bachaton! —noto emoción en su timbre de voz.

—Será interesante—sonrío. Al menos con este tipo de música habrá mucho contacto físico—. Vamos que yo seré tu guía el día de hoy—le guiño un ojo.

Me acerco a la pista, me tiende su mano la cual tomo enseguida pegando su torso junto con el mío, solo ese roce me hace delirar. Reímos porque siempre que la acerco a mí, la estrello en mi pecho. Coloca su mano en mi hombro y la otra la entrelazo con la mía, y la mano que tengo desocupada la dejo descansar en su cintura, donde doy un leve apretón para hacerla que me vea y así conectarnos a profundidad. Le doy indicaciones de a dónde nos moveremos y los pasos que debe dar a cada lado.

—¿Voy bien?—Sonríe con un movimiento de cejas.

—Sí melón, más que bien diría. Eso demuestra que soy un buen guía y que tú sí puedes bailar. ¿Cuanto nos darías a ambos calificación final?

—Humm... —coloca una mano en su mentón—Un 100 por ciento.

—También lo pensé, por cierto, no te lo dije, pero esta noche estas hermosa—la verdad es que no pude decírselo antes porque bueno, nos engatusamos en arreglarnos para caber en el auto.

—Qué lindo tu cumplido, gracias, tú también estas muy bien hoy—me mira de una forma encantadora y risueña.

—Oh, no, no es ningún cumplido. Te lo digo en serio—digo mientras veo cada detalle de su rostro—. Sobre lo otro, ¿solo bien?—asiente sin despegar su mirada de la mía—. Eso es muy cruel de tu parte, pero si me veo guapo—bromeo. Ella suelta una gran risotada y niega, tapa su boca tratando de calmarse.

Dederick © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora