Seis

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¡Nos vamos!

Creo que ya estoy lista, ni siquiera he tenido tiempo de revisar los mensajes. En cuanto llegue a casa de mi amigo veré si Rick me respondió y tal vez le pediré algo de ayuda ya que Jhy es varón y sabe lo que piensa un hombre.

Solo espero que a mi madre le agraden los padres de Jhy Hoong, porque si no le diría, bye bye al viaje de España. Estoy nerviosa por como puedan salir las cosas y al mismo tiempo confiada, una mezcla de todo.

Me doy un último vistazo en el espejo y me dispongo a salír de la habitación. Al llegar a la planta baja salgo y me quedo parada a la par de auto ya que mamá está cerrarando la puerta con seguro.

Durante el trayecto me pongo a pensar demasiado sobre todos los escenarios que se presentarían hoy durante la tarde y es que, ¡rayos! sí quiero ir, y más si es junto a mis amigos. Creo que muchos ya conocen esa sensación de que las madres a último momento les digan «No», y nos quiten esa ilusión de salir a ese lugar que sólo una vez en la vida, tendrán oportunidad de visitar.

Al doblar por la esquina y ver que mi madre estaciona el auto frente a la casa, vaya sorpresa que me llevo, o sea, Jhy solo me dijo que le salió una buena oportunidad de empleo a sus padres.

Pero no me imaginé que fuera demasiado buena, esta casa es estilo mansión y se encuentra en una residencial. La casa es al estilo de las que salen en mis series coreanas favoritas. Estoy pensando en decirles si me pueden adoptar junto con mi madre. Lo sé, es soñar mucho.

Sé que esa es la casa porque dejando de lado el estilo, ahí veo parado a mi coreano favorito junto a la acera de su casa de brazos cruzados y con una sonrisa de entusiasmo.

Me bajo y camino hacia él para darnos un abrazo cálido- tampoco tan exagerado puesto que podrían malinterpretar nuestra relación con algo más-, nos separamos mientras espero a que mamá nos alcanze y se saluden con él para seguir el camino a la entrada.

Esta casa sí que es muy bonita, tan no sé ¿familiar?, sí, puede ser, tiene un toque de modernismo, clase y algunas cosas antiguas, me encanta. Nos hacen pasar a la sala de estar, pero no encuentro a mis amigas por ningún lado.

Jhy se acerca a mí y murmura a una distancia prudente:

-Tranquila, sí vendrán. Avisaron por el grupo hace unos minutos que llegarán tarde y es un embrollo total puesto que quedaron de encontrarse y tuvieron un problema en lo que venían. solo sé que estarán aquí en una hora más o menos.

-Oh, bueno, no me fijé ya que no me he detenido a revisar los mensajes... Oye, entonces por mientras nosotros podemos aprovechar y hablar, pero no aquí, necesito algún consejo tuy... -y no termino de hablar ya que mi madre me interrumpe.

-Buenas tardes-sonríe con una amabilidad tan característica de ella-, es un placer para mí poder conocerlos.

Mi madre se inclina hacia adelante bajando un poco de la cadera para arriba dando un saludo cordial y se suspende de vuelta para estar de frente a ellos. Este saludo demuestra respeto a los mayores y también es porque en Corea así se saluda.

-Soy Beatriz y ella es mi hija Melody. Anda cariño presentate-me impulsa. Lo bueno es que Jhy ya me había mencionado los nombres de sus padres desde antes.

-También es un gusto para mí conocerlos señora Jho Rae y señor Sohn Ju-y repito el mismo saludo que ha hecho mi madre, tipo reverencia. Ellos se ven cordiales y muy radiantes.

-El gusto es de nosotros querida, es un gran placer conocer a la madre y la mejor amiga de mi hijo, me contó que fuiste muy amable y amistosa con él. Me ha hablado mucho de ti y de sus otras amigas, sobre todo de Juliana-uuh, está hablando de su nuera sin saberlo. Esto lo tiene que saber Juls.

Dederick © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora