Jhy y las primeras impresiones✈️🌟✈️
Me despierto por culpa de los frustrantes rayos de sol que se cuelan a través de la ventana. Malditas esas cortinas salmón transparentes que solo hacen que la habitación parezca una pecera iluminada. Definitivamente necesito unas más oscuras si quiero mejorar la calidad de mi sueño en los fines de semana. Me tapo la cara con la sábana, pero es inútil. No me queda de otra más que levantarme.
Mi hermoso y breve fin de semana —gracias a que vi a Dederick y salí de paseo con mi madre, quien no visitaba el pueblo desde hacía siglos— se ha esfumado. Hoy es lunes. ¡Lunes! Hago a un lado la sábana que me mantenía en calor y siento un pequeño escalofrío, pero ni modo, ¡el que madruga Dios lo ayuda!Miro el reloj: 6:50 a.m.
—¡Rayos! —me quejo.
¡Mi mamá no me despertó! Corro al baño y me aseo como si estuviera en cámara rápida, estilo película de acción.
Salgo, me visto a la velocidad de la luz: camiseta blanca, camisa azul marino de botones, calcetas altas azul oscuro y el pantalón del mismo tono con unas rayas blancas finísimas. Sí, mi uniforme es rarísimo, no tengo idea qué fumaron al diseñarlo.
Siempre que ando por la calle con mis amigas, riéndonos por cualquier tontería, aparecen los típicos viejos verdes diciendo:
—¡Oigan chicas! ¿Cuánto cuesta el bote de agua?
Patético. En serio, deberían estar ya en un bingo, no acosando colegialas.Bajo corriendo y abro la puerta justo cuando mi transporte llega. En el camino me acuerdo que mis amigas están ansiosas por saber del chico: Dederick. Ya nos daremos a la tarea de investigar más allá de sus videos. Aún me faltan varios por ver, como los del inicio de su carrera en YouTube.
Llego al colegio y subo las gradas de dos en dos, como si el piso quemara. Dejo mi mochila en mi asiento y veo a mis dos mejores amigas: Juliana e Itala, paradas junto a la ventana como si estuvieran cazando ovnis.
Las conocí el año pasado cuando retomé clases. Al principio se veían muy reservadas —normal, no me conocían—. July es la más tímida; recuerdo que una vez le pidieron su cuaderno para mí, y su cara fue de: "¿Esta chica se lo va a llevar para sacarle copia?"
Y la de Itala decía: "¿Es nueva? Espero que entienda mi letra".
Y sí, literalmente eso fue lo que me dijo después.Con el tiempo nos volvimos inseparables. Aprendí que no se puede generalizar a las personas por experiencias pasadas. Vale la pena dar oportunidades.
Me acerco a ellas y ni me notan. Están tan concentradas viendo por la ventana que hasta parece que están en trance. Camino en silencio y, en cuanto estoy cerca, suelto un ruido con la boca que hasta a mí me asusta.
¡JAJAJA! Las caras que pusieron son una obra maestra del terror. Se sobresaltan y levantan las manos como si fueran karatekas.
—¡Melody, eso no fue gracioso! —protestan cruzándose de brazos.
—L-lo siento, chicas —digo mientras hago un gesto de paz con las manos y limpio una lágrima de risa que me cae del ojo izquierdo—. ¡Pero es que fue épico!
—Sí, sí, tu falsa disculpa. Pero ahora, a lo importante: ¿qué fue tan urgente como para usar el código?
Ah, sí. El glorioso código: UGV. Urgencia de Guapo a la Vista. Lo creamos en una salida al cine, cuando vimos a un chico hermoso que, obvio, tenía novia. Desde entonces, usamos la sigla cuando necesitamos hacer una reunión de emergencia sin que nadie entienda.

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Dederick ©
Teen FictionMelody tiene una vida monótona, de la casa al instituto y viceversa. Pero... ¿Qué pasaría si en busca de algún chisme en YouTube se topa con un trío de influencers, y uno en particular le parece carismático y atractivo? ¿Y si se lo muestra a sus ami...