🍊𝒰𝓃𝒶 𝒜𝓁𝒻𝒶 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝒴𝑜𝑜𝓃𝒾𝑒🍷

²⁴. 𝒯𝒶𝓃𝑔𝒶𝓇𝒾𝓃𝑒*

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Despues de algunos días en el hospital bajo atención médica, ya era hora de regresar a mi casita. Todo ese tiempo estuve muy bien cuidado por mi familia y Eris, quien no se quería alejar en ningún momento de mi lado, ya que según ella cuando lo hizo sucedió lo que sucedió.

Con respecto a aquel hombre, no sabía que había pasado con él, ninguno ha querido decirme nada y siendo sincero no me importaba mucho porque todos estábamos a salvo.

Justo ahora me encontraba en mí casa recostado en mi cómoda cama, mientras Jimin jugaba con m cabello y ambos veíamos Bob esponja.

-De verdad aún no sé cómo pudiste hacerlo. —Jimin tranzaba mi cabello, el cual estaba algo largo. —Eres el omega más valiente que conozco. No, corrección eres la persona más valiente que conozco. —Mire hacia arriba la cara de Mimí y le sonreí. —Salvaste la vida de mi hermano, eso es algo que nunca olvidare y te estaré en deuda toda mi vida.

-No digas eso Mimí. —Tomo sus manitas. —Eres mi mejor amigo. Y tu hermano es el alfa a quien Félix ama, no iba a dejar que ese señor le desgraciara la vida.

-No hablemos más de eso. —Sacudió su cuerpo provocando risas en el pelinaranja. —Más bien dime, como esta la herida?

-Bien, sanando. Ya no duele casi, aunque debo estar limpiándola por las noches y en la mañana cuando despierto.—Jimin hizo un gesto de dolor al ver como Yoongi levanto su suéter para mostrarle donde estaba.

3 toques en la puerta llamaron la atención de los dos omegas. Jimin se levantó con cuidado para no lastimar a Yoongi y fue a abrir la puerta, topándose con nada más ni nada menos que con Eris. Tenía en sus manos una flor y unas mandarinas en una pequeña tacita.

-Aquí es la habitación de un tierno omega con lindas mejillas?—Su corazón de acelero y se sintió tan cálido al verla sonreír así.

Lucia tan tierna de esa manera. Esa sonrisa le transmitía tan lindo sentimientos, y le permitió darse cuenta de que estaba completamente enamorado de esa alfa.

-los dejare solos. —Le guiño un ojo al omega pelinaranja para cerrar la puerta.

Eris quedo parada con de la puerta detrás de ella. Miraba al omega con tanto amor, que lo hacía pensar siempre me ha visto así o es solo ahora?

-¿Qué haces ahí? Ven y abrázame. —Fingió estar molesto pero solo se vio tierno.

-A tus ordenes, rey. —Hizo una pequeña inclinación provocando risas en ambos.

Dejo las flores en mi pequeño escritorio al igual que las mandarinas, para sentarse al lado mío y con sumo cuidado ayudarme a sentarme levemente recostado y abrazarme con mucha delicadeza.

Ese olor a Vino y chocolate que tanto amaba lo relajo por completo, era tan puro que lo volvió totalmente adicto a él. Mientras Eris sentía exactamente lo mismo, ese dulce olor era su perdición y podía estar todo el dia oliéndolo sin si quiera preocuparse en moverse.

-Te extrañe tanto, omega. —Acariciaba levemente su cabello sin separarse.

-Me viste ayer. —susurro Yoongi con sus manitas sobre la espalda contraria.

-Fue demasiado tiempo. —Se separaron y miraron directo a los ojos.

El azul claro de los ojos del omega tenían un brillo tan especial, y Eris era la razón. Los ojos de la alfa soltaban leves destellos vinotinto hipnotizando al omega por completo.

-Tus ojos. —Susurro tomando su mejilla. —Brillan en vinotinto...

-Enserio?—Se alejó para mirarse al espejo pero ya no sucedía. —Bueno, creo que sucede cuando te veo. —Un tono de vergüenza y timidez adorno su rostro.