Puedo decir que ha sido el mejor beso que me han dado en toda mi jodida vida, sus labios carnosos se ajustan a la perfección con los míos y si así mueve su lengua en un beso ya quiero sentir un oral hecho por él.
Fabián detiene el beso y señala una mesa con un sofá pequeño ubicados en una esquina para que nos sentemos, estando allí me siento pero él no lo hace se queda de pie frente a mí, puedo notar que su miembro está duro y se me hace agua la boca al ver como sigue aumentando su tamaño y lo mejor es que desde este sofá quedo a la altura perfecta para chupársela, sin más lo toco y me deleito con lo que siente mi mano, pero mi curiosidad va más allá, no puedo aguantar la tentación y ni hablar de las ganas que tengo.
Bajo su atenta mirada suelto el botón de su pantalón, deslizo la cremallera y saco el pene de su bóxer, mis ojos se abren a más no poder, el pensar que era grande quedó corto ante el tamaño monumental que tiene, no entiendo cómo tenía guardada semejante anaconda allí, no tiene ninguna curvatura, tiene un lindo color chocolate y varias venas sobresalen por la presión del momento, asumo que cabrá menos de la mitad en mi boca, si lo introduzco más podría vomitar o tal vez morir por asfixia, por un momento imaginé la situación y el posible encabezado de la noticia en los periódicos "Pareja tiene sexo oral en una discoteca, él se vino y ella se fue".
Sujeto su miembro con mis dos manos una delante de la otra quedando todavía bastante espacio para que mi boca haga lo suyo, muevo lentamente mis manos hacia adelante y hacía atrás, su respiración se agita y sujeta mis manos con la intención de acelerar mis movimientos pero no lo hago, en vez de eso las detengo y lo introduzco en mi boca, él echa la cabeza hacia atrás al sentir el calor de mi boca rodeando la punta de su miembro.
Muevo mi cabeza rápido adelante y atrás, luego lento, saco su verga de mi boca y paso mi lengua por su glande varias veces, la vuelvo a meter, la chupo, succiono, la sujetó fuerte con mis manos y me ayudo moviéndolas para complementar su placer, parezco una pobre alma hambrienta recibiendo su primera comida después de un largo periodo de hambruna, Fabián gime cada vez más alto, aprieta sus manos en mi cabello mientras mueve mi cabeza a un ritmo más acelerado para poder alcanzar el orgasmo, continúo hasta que ya no puede más y se viene en mi boca, suelto su pene y él retrocede dos pasos intentando tomar aire como si este estuviese fuera de su alcance, tomo unos pañitos húmedos de mi bolso, escupo allí el semen y me limpio un poco los labios.
Fabián guarda a "grandulín" y acomoda su ropa, se agacha hasta que su boca queda a la altura de la mía y deja un leve beso en mis labios, mientras introduce sus manos en mi vestido, toma el cachetero de encaje que traigo puesto, me levanto un poco para que lo pueda sacar con facilidad y lo desliza por mis piernas hasta quitármelo, para finalmente guardarlo en un bolsillo delantero de su pantalón, vuelve a besarme, se arrodilla frente a mí, abre mis piernas, levanta un poco mi vestido y comienza lo que anhelé durante toda la noche.
Siento el primer lametazo y mi cuerpo se contorsiona de placer, lame, chupa, succiona mi clítoris y hasta introduce su lengua en mi vagina, si sigue así en poco tiempo habré alcanzado el orgasmo, introduce dos dedos en mi vagina, los mete y los saca con mucha facilidad debido a lo húmeda que estoy, comienza un vaivén de placer con sus dedos mientras su lengua continúa atacando mi clítoris, aprovecha su mano libre para rozar mis pezones por encima de la tela del vestido, mis senos son uno de mis puntos débiles así que en menos de nada me vengo pero él no se detiene hasta que las contracciones debido al orgasmo cesan.
Fabián se levanta para luego sentarse junto a mí en el sofá, me abraza de una manera muy afectuosa y me besa la mejilla. -Me encantas, Sara me ha hablado MUY BIEN de ti, espero sea cierto todo, de ser así esta será una noche deliciosamente buena- Me sonrojo ante su comentario mientras que la malicia y la perversión me invaden, jamás me sentí tan libre para dar rienda suelta a mi deseo.
Mi celular suena y es la imprudente de Sara que se le da por llamar cuando no debe y en vista de que no le contesto ataca mi celular con mensajes de texto.
Mensajes de Sara:
-Abigail dónde estás metida?
-Pasó algo con Fabián?
-Te fuiste a tu casa?
-Le pregunté al portero y no te ha visto salir.
-Amiga contesta por favor estoy preocupada.
-Si te hizo algo ese malnacido le arrancaré la cabeza y no precisamente la que tiene encima de los hombros.
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ADICTA [+18]
RandomHistoria con alto contenido sexual, apta para mayores de edad. La vida de Abigail cambia cuando conoce uno de los placeres de la vida: EL SEXO, no le importaba con quién, dónde o las circunstancias, sólo le importaba satisfacer sus necesidades, veía...