CAPÍTULO 26

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Javier Medrano
(Exnovio de Abigail)

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Su celular suena y Fabián se aleja de mí finalizando el beso, alcanzo a ver que es Alessandra quien lo llama, él se levanta y se dirige a la cocina para contestar sin decir absolutamente nada, yo tomo la crema que me dió y salgo del lugar a toda prisa, miles de pensamientos cruzan mi cabeza, siento que ese magnífico beso duró mucho y a la vez tan poco, también me embarga el sentimiento de culpa y a la vez de satisfacción, pero de algo si estoy segura y es que fue realmente increíble deleitarme con sus labios nuevamente.

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Llamada telefónica con Aarón

-¿Entonces es definitivo? ¿No pudiste viajar?- Dije con las lágrimas amenazando con salir de sus cavidades.

-No princesa, lo siento.
Me fue imposible aplazar la cita que tenemos en el juzgado hoy.

-Ok, está bien

-¿Por qué no le pediste a Sara que te acompañara? dudo mucho que se negara a ir, ella ha deseado esto tanto, como tú y como yo.

-Sí, la llamaré, adiós.

-Adiós mi amor, te amo.

Claro que le pedí a Sara que me acompañe a mi graduación, pero por cuestiones laborales no puede hacerlo, hace ocho días se tomó el día libre para festejar su cumpleaños y hace 2 días se tomó el día libre también para arreglar ciertas cosas para su boda con Marcus.

Los padres de Sara no pueden tampoco y Aarón ya tiene 15 días en España, su forma de hablarme en ocasiones me hace pensar que oculta algo o que tal vez no quiere regresar, no lo sé pueden ser cosas mías, tal vez sea la culpa de haber besado a Fabián hablándome, a ese sujeto no lo volví a ver desde ese día ni hemos vuelto a hablar, sus vacaciones acabaron y se regresó para Italia con Alessandra.

Hoy en uno de los días más importantes de mi vida estoy tan sola como la tenia que vive en mis intestinos, tan triste como un animalito abandonado y tan frustrada como un vendedor ambulante en un día lluvioso.

El pensamiento de no ir y luego pasar a la universidad por el diploma atraviesa mi mente, pero si algo he hecho en esta jodida vida ha sido esforzarme, estudiar mucho y trabajar duro por alcanzar esta meta, no me voy a dejar vencer por los obstáculos que se me atraviesen, además tengo la certeza de que mi madre estará allí conmigo.

Con este nuevo pensamiento y mi ánimo un poco más elevado, me levanto de la cama y comienzo con el arduo trabajo de latonería y pintura, río ante mis ocurrencias, comienzo por darme un exquisito baño de cuerpo completo, al salir perfumo mi cuerpo con loción de aroma a lavanda, arreglo mi cabello, seguido de mis uñas y finalmente le doy un ligero toque de maquillaje a mi rostro, nunca me ha gustado exagerar con el maquillaje, confieso que soy fanática de colocarme pestañas postizas para resaltar mi mirada y labial para dirigir la atención también a mis labios, del resto me gusta verme lo más natural posible.

Me coloco el atuendo para la ocasión que consiste en una toga y un birrete de color azúl turquí con ropa ligera debajo para no morir sofocada ya que la ceremonia es a las dos de la tarde, no sé a quién se le ocurre programar un evento masivo a esa hora, lo combino con unas sandalias rojas de tacón grueso súper altas, acompañado de unos aretes largos, un collar corto sencillo y una pulsera dorada a juego con lo anterior, además de un pequeño bolso dónde guardo mi celular, dinero, pañitos húmedos, entre otras cosas que probablemente necesitaré.

Al llegar veo a muchas personas acompañadas de sus seres queridos, hoy no solo nos graduamos los de administración, sino que todos los estudiantes de los programas de la universidad que culminaron y cumplen con los requisitos se gradúan hoy.

La ceremonia se retrasa un poco pero transcurre con normalidad, llaman a cada estudiante por orden alfabético del primer apellido, pasamos al frente nos entregan el diploma, nos toman una foto con el director de la universidad y retomamos nuestros asientos a esperar que todos reciban su diploma, ya finalizada la ceremonia salimos del auditorio y me dispongo a irme con mi soledad antes de que el panorama se vuelva más deprimente para mí, pero una voz conocida hace que me detenga.

-¿Te vas tan pronto Abigail?- Me giro y confirmo que es Javier, mi primer y único novio antes de Aarón, está más apuesto de lo que recordaba y de él emana un aura diferente y peligrosa, definitivamente no es el mismo Javier que estuvo conmigo años atrás.

-Sí, ya no tengo nada más que hacer aquí, ¿Tú a qué has venido? Hasta donde sé te graduaste hace tres años.

-Así es, no he venido por ti o a acosarte como antes si es lo que estás pensando, mi hermano se graduó hoy también y estoy acompañándolo.

-Que bien, me alegra.- Sus palabras me recuerdan lo sola que estoy pero ignoro inmediatamente esos pensamientos para no llorar.

-Me enteré que tu madre murió, supongo que por eso has venido sola.- Javier sin duda ha cambiado, parece que tratara de herirme con cada palabra, achico un poco los ojos analizando cada movimiento de su parte. -No te enojes conmigo que yo no te he hecho nada fuiste tú, pero para que veas que no soy rencoroso te invito a festejar, mi hermano va a hacer una fiesta con sus amigos en casa y puedes venir si quieres.

-No gracias, prefiero pasarlo sola.- Intento irme nuevamente pero me sujeta del brazo, acerca su cuerpo de manera peligrosa al mío y su boca a mi oído.

-No te vas a arrepentir, te lo juro.- Desliza los dedos de su mano libre desde mi mejilla hasta mi clavícula, suelta mi brazo y pasa esa mano a mi espalda y esta vez es su lengua la que acaricia mi cuello, su hermano llega y agradezco que haya interrumpido el momento, aprovecho para liberarme de su agarre y escapar.

Ya en el apartamento me debato entre quedarme encerrada, sola, triste, aburrida y llorando o aceptar la invitación de Javier, me dejo influenciar por mis negativos sentimientos y me decido por lo segundo y que pase lo que tenga que pasar.

ADICTA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora