CAPÍTULO 39

247 13 64
                                    

Final, parte 1

5 años después...

Todos hablan de las dos caras que tiene el amor, de lo doloroso y maravilloso que puede llegar a ser, pero no hablan de que tiene infinidades de formas para manifestarse, no existe una norma universal que nos indique cómo es y cuando llegará a la vida de cada uno de nosotros, siempre te sorprende y cuando muestra su lado bueno y eres correspondido cautiva, es mejor que cualquier droga.

Yo siempre estuve equivocada con respecto al amor, creía que era normal sentirme atrapada en una relación para amar y ser amada, creía que debía dejar de ser yo misma para encontrar la felicidad pero resulta que la felicidad debe provenir de uno mismo, podemos tener todo materialmente hablando y a las mejores personas a nuestro alrededor pero si no decidimos ser felices, si no tenemos la disposición jamás lo seremos.

Decidí arriesgarme por aquel amor que me daba la libertad de ser yo misma, aquel amor que jamás me ha juzgado y que no tiene prejuicios para conmigo, escogí a Sergio como compañero de vida, no es complicada la convivencia con él pero en todo caso establecimos ciertas reglas, desde hacer un listado con los quehaceres del hogar distribuidos de forma equitativa para ambos, hasta las reglas que nos permiten ver a otras personas.

Reglas

*Respetar al otro en todo momento, no estará permitido actuar de forma promiscua ante la sociedad.

*No tener sexo con otras personas dentro de nuestra casa.

*Avisar al otro cuando se vaya a tener un encuentro sexual para no ser interrumpido.

*No mezclar sentimientos con sexo, solo será permitido amarse entre sí, si comienza a sentir algo más allá de lo sexual con alguna pareja casual, deberá hablarse para buscar una solución.

*El echo de estar con otras personas no debe significar el fin de la vida sexual entre las partes, deberán seguir supliendo las necesidades del otro.

Esas son las principales reglas que establecimos desde el momento en que decidí aceptarlo, todo ha sido siempre consensuado, en el camino fueron surgiendo otras pero no tan relevantes como esas.

Al principio solo éramos él y yo sexualmente hablando, nos fuimos a vivir juntos y nos tomamos un tiempo para convivir y conocernos, casi no salíamos de la casa, habían días en los que perdía la cuenta de cuántas veces lo hacíamos, no quedaba ningún rincón puro y libre de nuestra pecaminosa faena en la casa, Sergio desde el principio le dió la talla a mi apetito, jamás se niega a complacerme, parece insaciable e incansable.

La primera vez que tuve un encuentro sexual fuera de la relación fue de la mano de Sergio, le comenté que quería pero no sabía cómo hacer para no ser descubierta, así que junto a él visité mi primer club swinger y tuve mi primera orgía, fue increíble el millón de sensaciones que me invadieron, ver a Sergio poseer a otras fue realmente excitante, al principio sentí un poco de celos pero cuando me hicieron participe me di cuenta que era sólo sexo.

Estuve con varios tipos esa noche, probé de los penes más grandes que ví, porque aunque parezca increíble en esos lugares todo se hace bajo el respeto y debe ser consensuado, sentí que mi vagina se extendía más allá de los límites, pero parar no era una opción, fui con Sergio un par de veces más después de esa, luego me atreví a ir sola y después de obtener el número de celular de algunos de ellos pude tener encuentros sexuales comunes.

A pesar de estar enamorada de Sergio, porque se ganó mi amor desde el principio, es un hombre maravilloso, tener buen sexo con él y frecuentar a otros seguía sintiendo que algo me faltaba, me frustraba al sentir que mi felicidad nunca era completa, siempre me sentía así.

Todo cambió cuando ví a Fabián de nuevo, sentí que el pedazo de mi corazón que se llevó con él cuando se fue a Italia había vuelto a mí con solo verlo, ya llevaba un año con Sergio y en mis andanzas, le oculté lo de mi relación para que no se alejara de mí, logré mi cometido y tuvimos sexo y luego de eso fue cuando le confesé de mi relación pero que podíamos seguirnos viendo ya que a Sergio no le molestaría.

Fabián se sintió indignado al principio, estaba molesto conmigo, se sentía utilizado pero con el pasar de los días el deseo le ganó a la razón, Fabián se regresó a vivir a la ciudad con su familia por lo que tuvimos muchos encuentros, pero algo no andaba bien, estaba infringiendo una de las reglas.

Yo no solo tenía sexo con Fabián, también hacíamos el amor, nos fundíamos en el cuerpo del otro y nos entregábamos totalmente, con el tiempo se volvió mi única pareja además de Sergio, pero el amor por él venía desde antes de conocer a Sergio, lo único que me confortaba era que por primera vez en mi pecaminosa existencia me sentía realmente bien, me sentía completa, me sentía feliz.

Decidí encarar a Sergio y contarle lo que estaba sucediendo, él se veía contrariado y algo molesto, pensó que yo no había sabido llevar las cosas pero le expliqué quién era el sujeto y entendió, pero no hallábamos una posible solución, dejar de ver a Fabián no era una opción para mí y dejarlo a él tampoco por lo que le propuse vivir los tres juntos en poliandría, tal como su madre  ha vivido estos años, si ellos pudieron formar un hogar estable entonces nosotros también podríamos, después de todo una mesa necesita más de dos patas para sostenerse.

Sergio se negó, él no quería vivir así, no quería que señalaran a sus hijos y que tuvieran que vivir lo mismo que él, pero si convencerlo a él era difícil convencer a Fabián iba a ser el triple de complicado, él no tenía la mente abierta como Sergio y en todo momento manifestó no querer compartirme.

Cuando le conté mi idea a Fabián casi me deja tirada en el motel, estuvo un tiempo sin hablarme pero yo seguía insistiendo, ambos hombres en medio de su enojo se rehusaban a complacerme por lo que tuve que recurrir a otras personas como antes, pero estos solo me hacían sentir más miserable, no era lo mismo, me hacían sentir asqueada y no disfrutaba estar con ellos, mi cuerpo pedía a gritos a mis dos hombres, a mis dos amores.

Un día los cité en un lugar privado para conversar y que se conocieran, quedé perpleja cuando comenzaron a hablar y ver cuánta afinidad tenían, sus gustos en muchas cosas eran iguales, coincidieron en algunas comidas, apoyaban el mismo equipo de fútbol, estaban enamorados de la misma mujer e incluso sus profesiones iban de la mano, Fabián un arquitecto y Sergio un ingeniero civil.

La velada fue magnífica, el problema es que hablaron de todo menos de lo que debían conversar, me ignoraron por completo y entre ellos idearon miles de proyectos dónde posiblemente trabajarían juntos, aunque a mí lo que me importaba realmente era que se llevarán bien y al parecer eso estaba sucediendo.

Sergio le permitió la entrada a Fabián a nuestra casa y tal como ocurrió con sus padres, Fabián también se metió de a poco hasta convertirse en parte vital de nuestra pequeña familia, los tres nos complementamos a la perfección, parece que tuviésemos toda una vida juntos, los padres de Sergio no tuvieron problema en aceptarnos, siempre fueron comprensivos y amorosos con nosotros, en cambio los padres de Fabián no querían vernos ni en pintura.

Y eso es solo una parte de lo alocada y feliz que es mi vida ahora...

ADICTA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora