-Doctora ¿Qué es lo que tiene mi mamá?- Estoy hecha un mar de lágrimas y a duras penas se me escuchó lo que dije.
-¿No lo sabes Abigail?
-¿Saber qué?
-Lamento ser yo quien te diga que tu madre tiene cáncer, tiene un tumor en el cerebro, le informamos a ella de eso hace poco más de un mes y en ese tiempo solo le quedaban dos meses de vida, ella no quiso seguir ningún tratamiento y quiso también seguir trabajando, el estrés pudo haber causado que su condición empeorara rápidamente.- No puedo más y me desmorono, caigo sentada en el suelo, quiero gritar pero el aire y la voz se atoran en mi garganta, la doctora se agacha para quedar a mi altura -Abigail tu madre llegó muy mal, debemos prepararnos para lo peor, lo siento mucho.- La llaman desde la recepción, se levanta y se va.
Me levanto de suelo y comienzo a caminar de un lado para otro sin poder parar, como mis uñas, rasco mi cabeza y miro para todos lados como si alguien me estuviese vigilando, me siento desorientada y tengo náuseas, Marcela que es la doctora y amiga de mi madre me ve y se acerca inmediatamente.
-Abigail ¿Estás bien? Tienes... las pupilas dilatadas, y ese comportamiento... ¿Estás consumiendo alguna sustancia psicoactiva?- Su ceño se frunce y detalla cada movimiento. -Acaso ¿Estás en abstinencia?
-Por supuesto que no, lo de mi madre me tiene muy nerviosa eso es todo, ¿Puedo pasar a verla?
-La tenemos en cuidados intensivos, no puedes verla ahora.
_Código azúl, código azúl_
-Mariana ¿Dónde es la emergencia que acaban de informar por el altavoz?- Preguntó Marcela a la enfermera que estaba en recepción, mientras yo escuchaba atenta y rogaba porque no fuese mi madre.
-Es en la habitación 14 doctora, en la UCI (Unidad de cuidados intensivos), me temo que Sandra se complicó.
Al escuchar esas palabras no lo pienso dos veces y corro hacia ella sin importarme nada, Marcela intenta detenerme pero no se lo permito, golpeo a algunos enfermeros y sigo corriendo hasta llegar a ella, por suerte he estado aquí antes y conozco dónde está ubicado casi todo.
Me quedo paralizada en el vidrio que da acceso visual a la habitación, una enfermera le da RCP a mi madre, mientras que el doctor junto con otro enfermero preparan el desfibrilador para tratar de reanimarla, ver cómo su cuerpo se estremece pero esta vez por las descargas eléctricas me parte el corazón, es muy doloroso.
Siento que alguien me toma de la cintura y me levanta para tratar de sacarme de allí, mientras yo grito y pataleo para que me suelte.
-¡NOOOOOO! ¡Sueltame! ¡SUELTAMEEEE! Mamá resiste, vuelve por favor ¡MAMÁ NO ME DEJES! ¡MAMÁÁÁÁÁÁ!- El miedo se apodera de mí y un frío escalofriante me hiela hasta los huesos.
_¿Hora de muerte?
-¡No la dejen morir por favor! ¡MAMÁ RESISTEEEE! Vuelve mamá.
_11:52pm_
-Llévela... a mi consultorio por favor, en la sala de espera alteraría a los demás familiares- le dice Marcela al enfermero que me tiene entre sus brazos, ya no me retorcía ni pataleaba, solo sollozaba y miraba a la nada.
El joven obedece a Marcela, me lleva hasta el consultorio y me recuesta en la camilla que ahí se encuentra. -Cierra la puerta- Le ordeno sentándome en la camilla, él me mira extrañado por mí cambio de actitud pero no se inmuta, a diferencia de él en mi mirada no hay más que vacío y un profundo deseo de hacerlo por primera vez... en un hospital. -¿Puedes obedecer las órdenes de Marcela pero no las mías? Créeme que esta orden te conviene más.- Lo tomo del suéter, lo atraigo hacia mí y lo beso descaradamente aunque la puerta no esté del todo cerrada.
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ADICTA [+18]
RandomHistoria con alto contenido sexual, apta para mayores de edad. La vida de Abigail cambia cuando conoce uno de los placeres de la vida: EL SEXO, no le importaba con quién, dónde o las circunstancias, sólo le importaba satisfacer sus necesidades, veía...