CAPÍTULO 29

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Estoy en mi habitación revisando mi correo electrónico para ver si tengo respuesta acerca de las hojas de vida que envié en estos días, ya que por celular no he recibido notificación alguna, de repente siento que la puerta principal comienza a abrirse, doy un salto de la cama y voy corriendo hasta la sala para ver de quién se trata, al llegar veo entrar a Aarón con una gran sonrisa plasmada en su rostro.

Él al verme deja su maleta a un lado y se dirige hacia mí y me besa con gran ímpetu al tiempo que aprisiona mi cuerpo con sus fuertes brazos, pensé que al verlo sentiría la misma felicidad de antes pero no es así,  si lo extrañé pero lastimosamente no he podido sacarme a Fabián de la cabeza y el saber que en dos semanas se va a casar me tortura, trato de alejar esos pensamientos y concentrarme en el hombre que está junto a mí y le correspondo su afectuoso saludo.

-Te extrañé muchísimo, no te imaginas cuánto.- Dice en cuanto nuestros labios se separan, yo le sonrío, pues también lo extrañé, su sonrisa y sus palabras siempre me alegran el rato.

-Yo también te extrañé, te tardaste mucho en España.

-Lo sé, pero las cosas salieron mejor de lo que pensé, ven vamos a sentarnos y te cuento.

Nos sentamos en uno de los sofás de la sala, mientras veo como se acomoda, la culpa comienza a instalarse en mi mente y el recuerdo de haberme acostado con Javier borra mi sonrisa, le fallé, traicioné su confianza y me debato entre decirle o no porque sé que lo lastimaré, pero es peor si finjo que no pasó nada.

A veces quisiera que mi vida fuese solo un libro, una historia que alguien está creando y que mi escritor se encargará de editar cada parte negativa de mi vida para poder ser más normal y feliz, para no dañar a tantas personas como ya lo he hecho, pero sé que no es posible.

En este momento quisiera ser tan valiente, decidida y directa al momento de decir las cosas como Bárbara la protagonista de Enamorada de un gay, una historia que estuve leyendo en Wattpad, esa actitud sin duda me ayudaría a enfrentar mi problema, por lo que vuelvo a la misma conclusión, quisiera ser solo el personaje de un libro y hago un puchero mental para que Aarón no lo note.

-Pagué una gran suma de dinero para agilizar los procesos...- Comienza a decir Aarón haciendo que vuelva a la realidad. -El abogado logró que el juez otorgara la custodia compartida de Santiago, Mónica lo tendrá la mayor parte del tiempo pero yo también podré estar con él ¡¿Puedes creerlo?!

Me mira extrañado porque mi rostro no refleja la misma emoción que él, por el contrario un sentimiento amargo se instala en mi pecho haciendo que las lágrimas comiencen a aparecer.

La psicóloga en las últimas sesiones que tuve me dijo que cuando aceptara los sucesos del pasado que marcaron mi vida y me tomara el tiempo de llorar o expresar de alguna forma lo que siento, solo en ese momento las heridas comenzarán a sanar, los fantasmas se irán, llegará el perdón de mí para mí y por supuesto la reconciliación conmigo misma.

El escuchar a Aarón decir con tanta felicidad que luchó por su hijo y que pronto lo tendrá junto a él me hace sentir orgullosa, no cualquier hombre busca tener esa responsabilidad, es un excelente ser humano, pero me hace recordar también a mi padre, aquel cobarde que huyó dejando a mi madre sola con una criatura en su vientre, a pesar de eso mi madre nunca me habló mal de él, de echo no lo mencionaba, jamás ví siquiera una foto, pero mejor que fuese de esa manera, así mi mente puede seguirle dando la imagen de demonio ardiendo en el infierno.

-¿Dije algo malo mi amor? ¿Princesa por qué lloras?

-Me siento muy orgullosa de ti, eres un gran hombre.- Logro decir a pesar de que el llanto me debilita el hablar. -Cualquier hombre en tu caso habría dejado las cosas así y se habría librado de esa responsabilidad, pero tú luchaste por lo que era correcto, eso es algo hermoso y de admirar.- Él me da una sonrisa enternecida con las lágrimas a punto de escapar de sus ojos.

-¿Por eso estás llorando o hay algo más?- Debo hablar las cosas con alguien, debo decirle lo que siento para sacar este dolor de mí.

-Es por mi padre, tú ya conoces la historia, verte hacer lo que hiciste me recuerda que él probablemente atravesó medio mundo pero para alejarse de mí y olvidarse que existo.- Aarón me abraza nuevamente y aprecio que lo haya hecho. -Dijiste que habías pagado para agilizar los procesos, ¿Qué otros procesos hiciste?- Le digo para cambiar de tema.

-El proceso de divorcio, está casi listo, en poco tiempo seré completamente libre y podremos casarnos y formar una familia tú y yo.- Esta vez siento una lanza atravesar mi corazón, ¿Cómo puedo ser tan hija de puta con un hombre tan bueno como lo es él? Debo ser sincera, está muy ilusionado con todo esto, no quiero que se entere después y sentirme aún más miserable, es ahora o nunca, me armo de valor, tomo una gran bocanada de aire y me dispongo a hablar.

-Aarón, hay algo que debo decirte...- Él me mira y su sonrisa se borra al instante.

-Dime que no es lo que creo Abigail.- Bajo la cabeza de vergüenza, no soy capaz de mirarlo. -Abigail mírame, ¡Mírame! Y dime qué carajos pasó.

-Te fallé.- Es lo primero que dale de mi boca al levantar el rostro.

-¡¿Qué hiciste?!

-Me acosté con mi ex.- Aarón baja la cabeza y lleva sus manos a ella, se levanta de manera abrupta y le lanza un manotazo a un jarrón que está encima de una de las mesas de la sala haciendo que caiga al suelo rompiéndose en mil pedazos, camina de un lado a otro pasando sus manos de su rostro a su cabello y viceversa. -Perdóname, jamás quise lastimarte.

-Yo sabía que eso pasaría, yo sabía que no debía irme.

-No es tu culpa, es totalmente mía, tú has sido un buen hombre y has hecho lo posible por hacerme feliz, yo no supe valorar eso, si no quieres volver a verme lo entenderé.

-¿Cuántas veces lo hiciste?

-Solo una vez te lo juro.

-¿Cuándo?

-El día de mi graduación, no era mi intención, pero me sentía muy sola, ni Sara ni tú estaban conmigo y me dejé llevar, yo sé que no es excusa y me arrepiento en serio...- Aarón no me deja terminar de hablar cuando se acerca y me da un beso lleno de furia y amor, me desconcierta su reacción.

Me empuja por lo que termino acostada en el sofá, levanta la batola, quita mi ropa interior, libera su pene de su pantalón y se adentra en mí, yo grito de dolor, al introducirlo me maltrata ya que estoy totalmente seca, no me esperaba que terminara así la conversación, me mira con mucho enojo mientras continúa penetrándome bruscamente, con sus manos sujeta fuerte mi cintura al punto de marcar sus dedos y causarme dolor, las lágrimas que habían cesado comienzan a salir de nuevo.

-¿Esto es lo que te gusta Abigail? ¿Así es como quieres que te traten?

Yo continúo estática y llorando, Aarón logra venirse y sale de mí rápidamente como si el estar pegado a mí le quemara, mi llanto se intensifica y él comienza a llorar también.

Te he dado todo de mí maldita sea!- Dice con voz estrangulada, yo me siento en el sofá y lo miro quebrarse. -¡Me enamoré como un estúpido! Creí... Creí que podría cambiarte, que podrías llegar a amarme, que podríamos ser felices.- Aprieta sus manos y le da un golpe a la pared.

Me siento tan culpable y tan impotente por no poder hacer nada para evitar su dolor, me siento doblemente mal por lo que hice y por lo que él acaba de hacerme, me hizo suya aún cuando yo no quería, supongo que con eso me demostró cómo se siente, utilizado.

-Te puedes quedar por esta noche, pero para mañana quiero que recojas tus cosas y te vayas.- Dijo con voz dura secando sus lágrimas y sin más se fue para la habitación.

Doblo mis piernas colocando los pies sobre el sofá y las abrazo, reposo mi frente en mis rodillas y lloro, una vez más he cagado todo, la soledad se ha convertido en mi fiel compañera y parece no querer separarse de mí.

ADICTA [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora