CAPÍTULO 2

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Actualmente

-Entonces desde que terminaste con Javier ¡¿No has tenido sexo?!

-Así es Sara, gracias por informar a toda la universidad sobre mi situación sexual.

-No te enojes conmigo por favor, es que eso fue hace 5 meses Abigail. ¿Cómo es posible que no te hayas comido con ningún otro tipo en este tiempo?

-No tengo culpa de que ninguno de los que me rodea me desee, tal vez yo no soy tan irresistible como la miel es para los osos.

En ese momento sólo pudimos reír a carcajadas por mi mal y sarcástico chiste y más por las miradas nada disimuladas de los demás que se deleitan al escuchar nuestra conversación, pero eso no va a evitar que Sara pare su sermón y que no trate de convencerme de acostarme con algún amigo suyo. Ella es una loca pervertida pero es la única persona que puedo llamar amiga, en estos 6 semestres que llevamos en la universidad se ha ganado mi confianza.

-Pero ¿De qué rayos hablas Abi? ¡Eres preciosa! Mira ese culo que tienes, esa cabellera, esos ojos y esa boca chupadora- Me sonríe de lado y me guiña un ojo -Ya quisiéramos las demás tener esos atributos.

-¿Podemos hablar de esto luego? Ya debo irme a casa, mamá llegará temprano hoy y me advirtió que me quería allí para cuando ella llegue.

-Está bien pero te advierto Abigail Cardona, no te vas a salvar de tener esta conversación conmigo ¿Entendido?- Lo que mi amiga desconoce es que hace unos meses ví a ese hombre al salir de la universidad, aún no sé nada sobre él y tampoco lo he vuelto a ver, pero lo deseo tanto que no me ha apetecido estar con alguien más, su actitud de macho alfa, su musculoso y trabajado cuerpo, sus ojos oscuros que combinan perfectamente con su cabello negro, su boca carnosa y rosada y esa barba poco poblada y bien delineada ¡DIOS! hace que me moje de solo pensarlo. En algo tiene razón Sara y es que desde que me desvirgaron jamás había estado tanto tiempo sin hacerlo, debo buscar con quién quitarme las ganas, lo necesito. -Oye te estoy hablando, en ¿Qué estás pensando?

-Nada, ya me voy ¡Adiós!- Me despido de ella y al atravesar el pasillo del primer piso para dirigirme a la salida, en uno de los salones diviso a uno de los profesores que me dio clases de Estados Financieros en el 3 semestre y que además está rebueno y apetecible, a pesar de su notable atractivo jamás había considerado comérmelo, antes tenía quien me quitara las ganas, pero esta vez no.

-Buenas tardes profe- Digo, ingreso al salón y cierro la puerta con seguro.

-Buenas tardes, ¿Necesita algo joven?- Preguntó bastante extrañado, tal vez por no reconocerme o por haber ingresado de esa manera, fuese cuál fuese su razón no me importa, yo solo quiero sexo y lo voy a conseguir.

Él está sentado en su silla detrás del escritorio, me dirijo a paso firme hacia él y me siento en sus piernas quedando frente a frente, paso mis manos por detrás de su cuello y lo atraigo hacia mí para besarlo, al principio se resiste al beso, pero poco a poco cede, al parecer me tiene tantas ganas como yo a él, sus labios son suaves pero el beso es firme y demandante, una de sus manos se dirige a mi cabeza y aprieta un puñado de cabello, mientras que la otra pasa de mi espalda a mi trasero.

Me separo un poco de él sin dejar de besarlo, comienzo a quitar el cinturón, a desabotonar el pantalón y bajar la cremallera, en cuanto tuve su bóxer a la vista introduje mi mano y saque su miembro el cual ya se encontraba duro y palpitante, agradecí el haber llevado vestido ese día, con mi mano derecha comienzo a masturbarlo para mantener su dureza y con mi mano izquierda hago a un lado mi ropa interior, me levanto un poco para introducir su pene en mí pero él deja de besarme y detiene mi acción.

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