CAPÍTULO 35

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Mensaje de texto a Sergio

-Necesito un hombro para llorar, ¿Me prestas uno de los tuyos?
2:15pm

-Para ti lo que sea, ¿Vienes o voy?
2:16pm

-Voy. Por cierto me encanta el Mcflurry de oreo y también las hamburguesas.
2:16pm

-¿Quieres llorar o engordar?
2:16pm

-😅 A estas alturas de mi vida ya no sé qué quiero.
2:17pm

-Ya mismo consigo lo que pidió majestad, o debería decir Homicida en potencia, acosadora y marranita.
2:17pm

-Jajajaja como gustes, voy en camino.
2:18pm

Al parecer Sergio es el único que no me juzga y por alguna razón me entiende, es extraño sentirme bien con él cuando apenas lo conozco, es diferente a lo que siento por Fabián, ambos me hacen sentir segura pero con Fabián es algo más especial, aunque ahora solo me quedan los recuerdos.

Llego al edificio y el chico de la recepción me concede el paso, subo hasta el apartamento de Sergio y toco la puerta, él abre al instante, en cuanto lo veo me lanzo sobre él y comienzo a llorar pero me separo inmediatamente.

-¿Es en serio? ¿Qué te pasa...?

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-No te hagas el pendejo, crees que no sentí el bulto en tus pantalones.

-Oye dijiste que vendrías y mi cuerpo reaccionó así, luego al sentirte... ¡Ay! Yo no tengo la culpa.

-Si fuesen otras las circunstancias te comería sin pensarlo, pero no lo haré, eres muy extraño y no sé nada de ti.

-Eso se arregla linda, ¿Qué quieres saber?- Si... Justo en el clavo.

-Sabes todo de mi vida, cuéntame de la tuya.

-No creo que estés preparada para tal cosa pero lo haré, con una condición, sentémonos, ven.

-¿Cuál?- Le pregunto sentándome en el mismo sofá de la vez pasada, él se sienta a mi lado.

-Quiero tenerte, poseerte, hacerte mía.

-O sea ¿Quieres que me acueste contigo para sacarte información de tu vida? Olvídalo.- Me levanto y me dispongo a marcharme pero me detiene sujetando mi brazo, me da un leve giro haciendo que quede frente a él, me sujeta de la cintura y me habla con voz casi ronca por la excitación del momento.

-Eso quiero, deseo, anhelo, pero no es lo que te voy a pedir, con un beso me conformo... Por ahora, pero no uno robado, quiero que tú me lo des por voluntad propia.- Me libera de su agarre y levanta los brazos en señal de rendición. -Soy todo tuyo.

Me debato por un momento, a fin de cuentas no tengo nada que perder si lo beso, el problema es que el beso prospere y no pueda controlarme. Me decido a hacerlo y lo tomo del cuello haciendo que se incline, ya que es más alto que yo, uno nuestros labios en un desaforado beso, el roce de nuestras lenguas producen corrientes eléctricas por todo mi ser, el deseo emana de nuestros cuerpos, me sujeta de la cintura y me pega más a él, siento como su pantalón se abulta más por su erección, pero antes de perderme en su besos me separo de él y le hablo aún con mi respiración descontrolada.

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