CAPÍTULO 32

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Solo a mi alocada amiga se le ocurre planear ir de fiesta en pleno ombliguito de la semana, entre ella y Alessandra decidieron que iríamos a Majestic, una discoteca nueva en una zona no muy prestigiosa por lo que sus precios no son tan elevados pero con muy buen ambiente y servicio, la gente habla maravillas de ese lugar, a Fabián y a mí no nos quedó más remedio que aceptar.

Obviamente la diversión que tengo planeada para mí va más allá de bailar y beber, quiero a Fabián y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para tenerlo conmigo, cuando estoy con él me siento tan bien, tal vez sea la respuesta a todas mis súplicas y mis problemas.

Ahora voy en camino a la casa de Sergio, en cuanto terminé el recorrido visitando a los músicos con los que acordé verme, llamé a Sergio para ver cómo seguía y si necesitaba algo, total fue mi culpa el incidente, le compré analgésicos y un par de hamburguesas con papas fritas para cenar juntos.

En cuanto llego al lugar que él me indicó me anuncio en la recepción, es un edificio pequeño de apenas 6 pisos con 2 apartamentos en cada uno, le doy mi nombre a la recepcionista y me indica el lugar donde está el ascensor para que suba, Sergio vive en el tercer piso así que no me toma mucho tiempo llegar.

Toco el timbre y un guapo Sergio sin camisa abre la puerta, tiene la cara un poco vendada para que no se infecte la herida, un pantalón de pijama holgado y un sexy y marcado abdomen, quedo embelesada viéndolo y él ríe al notarlo.

-¿Aparte de homicida eres una acosadora también?- Lo miro profundamente avergonzada y él ríe a carcajadas, parece disfrutar de la pena ajena o bueno de la mía y cada instante que paso con él es una vergüenza tras otra. -¿Vas a pasar o vas a seguir comiéndome con los ojos?- Me dice y esta vez no ríe, sus ojos me dicen que quieren que haga justo lo que acaba de decir.

-Oh... No... Yo... Disculpa... No pensé encontrarte así, te ves... Bien a pesar de tu herida- Bien es poco, se ve delicioso, debo calmarme o esto se saldrá de control.

Entro al apartamento y Roco corre hacia mí moviendo su cola, es una bola de pelos muy adorable, dejo las cosas encima de una mesa y me agacho para jugar con él, el muy perezoso se acuesta boca arriba en el suelo moviendo sus patitas para que le acaricie y le rasque la panza y así lo hago.

Al levantar la cabeza veo a Sergio recostado a la pared con una mirada tierna y una gran sonrisa, me levanto rápidamente y sin darme cuenta yo también tengo una sonrisa de esas pendejas plasmada en mi rostro.

-Espero que no te moleste que juegue con él.

-Por supuesto que no, a Roco le gusta jugar y tú pareces ser una perfecta compañera de juegos, creo que Roco estaría feliz si le hicieras compañía siempre.

-¿Solo a Roco?- Y ahí estoy yo metiendo la pata como siempre, ¿Cuándo será el día que dejaré de ser imprudente?

-¿Quieres que le pida a una completa extraña, con dotes de homicida que me haga compañía?- Coloca una expresión de espanto, luego se acerca como si fuese depredador y queda de pie a dos pasos de mí. -Porque yo encantado de estar con una mujer tan hermosa como tú, solo que... No sería para jugar, por cierto ¿Cuál es tu nombre?

-Gracias por el halago y disculpa, con tantas cosas que han sucedido no nos hemos presentado correctamente, mi nombre es Abigail Cardona, y de verdad que ha sido un gusto conocerte.

-Bueno a comer... Muero de hambre, traeré unos platos, siéntate donde quieras, disculpa la decoración y todo eso, la verdad no es de mi gusto, tomé el apartamento ya amoblado para no tener que preocuparme por esas cosas, total no planeo estar mucho tiempo aquí.

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