Capítulo 7

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Narra Eva

Dios mío lo que me había hecho disfrutar Hugo durante toda la tarde. No recuerdo un polvo mejor que ese en mi vida, y eso que era el primero con él... que normalmente no suele ser demasiado satisfactorio porque no conoces a la persona. Pero con él, todo era fácil, todo fluía, todo era increíble. Parecía que ya nos conociéramos de antes, que llevásemos toda una vida juntos bajo las sábanas. Y toda una vida no, pero toda esa tarde, sí.

Hugo tuvo que irse para que Flavio y Bruno no le pillasen, y nada fue incómodo. Parecía que él había estado bien, y que había disfrutado. Ojalá no se quedara solo en eso, ojalá poder seguirle viendo y pasando tardes como esa juntos. No sabía qué pensaba él, pero sus actos demostraban comodidad y felicidad, y por el momento, eso me valía.

Cené antes de que Flavio y Bruno llegasen, y les dije por el grupo de Whatsapp que teníamos, que me encontraba un poco mal y me iba a dormir. Mi cara irradiaba felicidad, llevaba escrito en la frente "he echado uno de los mejores polvos de mi vida". Y no podía permitir que me pillasen, porque habíamos decidido mantenerlo en secreto por el momento.

Estaba a punto de dormirme y me llegó un Whatsapp, era de mi rubio.

"Buenas noches ojazos, he pasado una gran tarde, y espero pasar muchas más." - Me puse colorada. Él también quería repetir.

Le conteste rápidamente deseándole buenas noches y diciéndole que yo también esperaba pasar muchas tardes más con él.

Y la conversación se quedó ahí.

Me desperté rápido para ir a la universidad. Miré el reloj y vi que, cómo no, iba justísima de tiempo. No me miré ni al espejo, solo me eché agua fría en la cara, me vestí, me lavé los dientes, y salí pitando hacia la universidad.

Samantha me estaba esperando en la entrada, ya que nos tocaba clase con el profesor de interpretación. Nos quedaba un día para presentar el ejercicio que estábamos trabajando y yo solo estaba centrada en entrar a clase. Pero por lo visto, Sam no.

Sam: Dios mío de mi vida Eva, ya me estás contando quién es él ahora mismo. - abrí los ojos de par en par, no sabía ni qué decir.

Eva: ¿Qué estás diciendo, Sam?

Sam: Pero niña, ¿tú no te has mirado al espejo antes de salir de casa? - soltó riéndose.

Eva: Pues la verdad es que no, iba tarde y no podía perder tiempo mirándome al espejo. - ¿Por qué me decía lo del espejo?

Sam: Se nota, se nota. - seguía riéndose y me estaba poniendo muy nerviosa - tienes un chupetón en el cuello del tamaño de mi cabeza. - de golpe noté mucho calor en mis mejillas, supongo que acababa de enrojecer lo más grande.

Eva: Sam déjate de tonterías. - le dije mientras cogía el móvil, ponía la cámara frontal y me daba cuenta de que lo que decía Sam era cierto.

Sam: Cuéntamelo todo ya.

Eva: Sam, no sé si recuerdas que tenemos clase y que mañana tenemos que entregar el trabajo, así que pa' dentro amiga. Ya habrá tiempo.

Sam: Qué manera de escaquearte hija... pero que sepas que no se me va a olvidar. A parte que tu chupetón me lo irá recordando hasta que me lo cuentes.


No sabía cómo iba a escapar de esa... Maldito Hugo, ¿cómo quería que lo guardáramos en secreto si me hizo un chupetón de tal calibre a la vista de todos? Iba a matarle en cuanto lo viera. Matarle a besos, claro, sino no podría seguir disfrutando de él, y es algo a lo que no me arriesgaría.

Estuve todo el día escabulliéndome de Samantha, no podría toparme con ella porque tendría que explicarle lo ocurrido, y no me gusta mentir, así que no podía permitirme que me pillase desprevenida. De momento, iba a seguir con evasivas, al menos hasta poder hablar del tema con Hugo.

Salí corriendo de clase para no ser pillada, y al llegar a casa me llegó un Whatsapp. ¿De quién? Suyo. Era de Hugo. Y se estaba riendo porque Samantha le había explicado que yo tenía un chupetón y que no le había contado de quién era. Este niño siempre tenía que reirse de todo, incluso lo que él mismo provocaba. Y él no tenía muestras del delito, por lo que Sam solo iba a machacarme a preguntas a mí.

Estuvimos hablando un rato, y Hugo me propuso hacer algo el finde. No me dijo en qué consistía el plan, pero me fiaba de él. La otra vez que no me había explicado qué íbamos a hacer, acabamos haciendo un picnik con unas vistas preciosas, así que no había por qué temer.

Estaba ilusionada, Hugo quería seguir haciendo cosas conmigo, pero me daba miedo que de golpe todo se torciera, porque él siempre estaba de buen rollo, pero Sam insistía siempre en que su ex le hizo mucho daño... Y no sabía hasta qué punto, ese daño podría acabar repercutiéndome a mí. Quizás lo mejor era preguntarle por el tema directamente. Quizás me lo iba a contar. O quizás se enfadaba y no iba a querer saber de mí nunca más. Esperaba que la última opción no fuese lo que iba a pasar, no lo podría soportar.

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¿Qué pasará? ¿Los fantasmas de la ex de Hugo de le aparecerán de golpe en la cabeza o se dejará llevar? Os leo!

Siempre nos quedará MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora