Narra Hugo:
La noche de la fiesta, Eva me sorprendió con una pregunta cuando estábamos por dormirnos.
Eva: ¿Te acuerdas que me dijiste que no nos estábamos cuidando? - la miré extrañado.
Hugo: Si amor. Sé que hacerlo sin protección no está bien, pero la verdad es que te siento mucho más.
Eva: Hay muchos métodos anticonceptivos cariño, no solo existe el preservativo. Pero mi pregunta no iba en esa dirección.
Hugo: ¿Entonces?
Eva: ¿Quieres ser padre? - se me salieron los ojos de las órbitas, me quedé pálido y mi corazón creo que se paró.
Hugo: Eva...
Eva: Amor cambia esta cara. No estoy embarazada.
Hugo: En este caso, sí. Quiero ser padre. En un futuro - remarqué esas últimas tres palabras.
Eva: Tenemos toda una vida por delante - dijo acercándose a mí -. Anda ven, abrázame, que con tus brazos alrededor duermo mucho mejor.
Eva se durmió enseguida. Yo no podía parar de dar vueltas a esa pregunta que me había hecho. Ella había asegurado que no estaba embarazada, pero últimamente estaba más cachonda que nunca, y sus pechos habían crecido.
Ya tuvo que hacerse un test de embarazo hacía un tiempo, y yo me había comportado como un capullo, así que no me iba a permitir repetir la situación. Si eso volvía a pasar, iba a apoyarla y estar a su lado.
Salí a fumar, y cuando estaba a punto de acabarme el cigarillo, noté unos brazos rodeando mi cintura y me giré poniéndome frente a ella y rozando nuestras frentes.
Hugo: Si tienes una falta, quiero ser el primero en saberlo. Sé que la otra vez no estuve a la altura, pero te prometo que no volveré a fallarte.
Eva: Cariño, tiene que bajarme la regla la semana que viene. - Me destensé - No te preocupes, no pasa nada. Y ya sé que no me fallarás, me lo demuestras cada día.
Hugo: Vale mi amor, pero aún así, si algún día pasa, quiero ser el primero en saberlo.
Eva: Si hay la posibilidad de que vayas a ser papi, serás el primero en saberlo. Venga, vamos dentro que mañana ambos actuamos y tenemos que descansar.
Entramos de nuevo y, entre besos, abrazos y caricias, nos quedamos dormidos enseguida. La conversación en la terraza me había relajado y pude dormir como un niño pequeño.
Ese fin de semana fue tranquilo, igual que todos los que lo siguieron. Eva y Sam actuaban todos los sábados y los domingos, al igual que yo en el bar. A Eva le bajó la regla cuando tocaba, y decidimos empezar a utilizar las píldoras anticonceptivas para no tener sustos. Parecía que nuestras rutinas se iban amoldando a nosotros, y ya no lo vivíamos con tantos nervios e inseguridad. Había pasado ya un año y nos habíamos acostumbrado a combinar el trabajo, los estudios y los ensayos. Además, estábamos haciendo lo que nos gustaba, y en momentos de debilidad, el pensamiento de nuestro futuro laboral, siempre nos animaba.
En cuanto a Sony, las cosas seguían muy bien. Paco y yo teníamos muy buena relación. Casi todos los sábados venía a verme al bar, y se traía a sus amigos.
El último fin de semana que había actuado, Paco vino con un señor al que yo no conocía. Pensé que podría ser su padre, porque tenían muy buen feeling y hablaban como si se conocieran de toda la vida. Pero cuando acabé de actuar, me percaté de que me equivocaba.
Paco: ¡Hugo! Ven, que quiero presentarte a alguien - le sonreí a su acompañante.
Alberto: Buenas, Hugo. Soy Alberto, el gerente de Sony Music España - intenté que mi cara no se desencajara, pero por dentro estaba de los nervios.
Hugo: Alberto, mucho gusto - nos estrujamos las manos.
Paco: Él es el que toma las decisiones más importantes en Sony, y por eso he querido traerlo aquí.
Alberto: Si, y además, después de los últimos días de ensayos y grabaciones, me di cuenta que tenías futuro, y quería verte desenvolverte encima de un escenario.
Hugo: ¿Qué os ha parecido el concierto de hoy? - pregunté dubitativo.
Paco: A mí me ha flipado, como siempre - dijo chocando mi mano.
Alberto: Pues la verdad es que no me esperaba que tuvieras tanta soltura. Tienes una voz que, evidentemente, es digna de ser valorada, pero además te ganas al público y lo vives mucho ahí arriba.
Hugo: Gracias - me sonrojé -. Para mí, la música es mi vida, lo he mamado desde chico. Solo intento transmitir a los demás lo que siento yo al cantar y actuar.
Alberto: Pues a mí, me ha llegado. Y por la entrega del público contigo, creo que a ellos también.
Seguimos hablando un rato más y me fui a casa. Estaba muy contento por las palabras de Alberto. Si él era quién tomaba las decisiones importantes, y me había dicho eso, quizás tenía la oportunidad de tener un contrato fijo en Sony y ser uno de sus artistas. Quizás iban a apostar por mí.
Aceleré el paso. Tenía ganas de llegar a casa y contarle todo a Eva. Acabábamos más o menos a la misma hora, por eso seguro que ella ya se encontraba en casa. Vi la luz de la habitación encendida al entrar, y supe que ahí estaba ella. Entré, y Eva no me vio porque estaba mirando por la ventana. La abracé por detrás, hundiendo mi boca en su cuello.
Hugo: Tengo algo importante que contarte. - Se giró y me di cuenta de que estaba llorando. - ¿Por qué lloras mi amor? ¿Qué pasa? - se secó las lágrimas y me miró fijamente.
Eva: El musical se traslada a Nueva York - mi mundo se hundió en ese momento. - Y quieren que siga siendo la protagonista. - tragué saliva.
Hugo: ¿Y tú qué quieres hacer? - solté resignado.
Eva: Me gusta mucho mi trabajo, disfruto actuando - soplé -. No quiero dejar de hacerlo y no tengo opciones. ¿Qué crees que debería hacer?
Hugo: Yo no puedo darte la respuesta a esta pregunta. Tienes que decidir tú. ¿Sabes? - me miró - Hoy Paco ha venido con Alberto, el gerente de Sony, y por sus palabras, creo que van a ofrecerme un contrato en Sony. Venía contentísimo dispuesto a contártelo, pero ahora mismo no tengo ganas de nada.
Eva: ¡Hugo! ¡Esto es genial! Es lo que siempre has querido, ¿cómo que no tienes ganas?
Hugo: Tú te vas a ir, y mi vida sin ti se quedará vacía.
Eva: No he decidido aún, pero aunque me vaya, eso no significa que sea nuestro final.
Hugo: Eva... venga vamos, no seamos incrédulos. Una relación a distancia es difícil, y más cuando no tienes fecha de vuelta. No sé, tengo ganas de dormir - me puse en la cama dándole la espalda. - Buenas noches.
Escuché que ella resoplaba y se metía también en la cama. Mi día acababa de convertirse en una mierda, y solo quería dormir y pensar que eso estaba siendo una pesadilla y al despertarme todo estaría como siempre, y Eva y yo seguiríamos juntos en Madrid.
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Pues bueno... no hay bebito.
¿Eva se irá a Nueva York o se quedará con Hugo?
Si os pasara a vosotrxs, ¿qué haríais?
¡Os leo! Dadme estrellitas jiji así os subo más capítulos este finde... :)
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Siempre nos quedará Madrid
Teen FictionDos caminos que se cruzan en una estación de tren de Madrid. Eva y Hugo se mudan a Madrid para estudiar. Desde su primer encuentro y un seguido de coincidencias de la vida, sus vidas les llevan a conocerse más a fondo. Eva conoce al Hugo despreocupa...