Narra Eva
Ya era 18 de Septiembre, mi cumpleaños. Estaba muy feliz porque mis amigos se habían molestado en hacerme una fiesta sorpresa, pero esa felicidad no era completa ya que me faltaba mi rubio de ojos verdes. No había vuelto a saber nada de él desde que salí de su casa dando un portazo. Intentaba no pensarlo pero me era imposible.
Estaba con Sam y Mai en la cocina sirviéndonos una copa cuando de repente llamaron al timbre. Mai y Sam se echaron una mirada y me dijeron que abriese yo, ya que era la cumpleañera.
Me fui acercando a la puerta pensando en quién podría ser, ya que estaban todos en el salón. Cuando abrí la puerta me llevé la sorpresa. Ahí estaba él, tan guapo como siempre, y con ese olor que tanto le caracterizaba. Le había echado demasiado de menos.
Eva: Hugo ¿Qué haces aquí? - solté con un susurro ya que por los nervios no me salía casi la voz.
Hugo: No podía faltar pequeña, - pequeña me dijo, como si no hubiera pasado nada - No podía perderme tu cumpleaños. - sin darme cuenta las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas.
Mi impulso fue abrazarle fuertemente. Él me abrió los brazos y me siguió el abrazo, pero en un instante recordé todo lo mal que me había hecho sentir y le aparté de un empujón.
Hugo: ¿Qué te pasa?
Eva: ¿Cómo que qué me pasa Hugo? - le dije enfadada. - ¿Tú te crees que puedes aparecer aquí como si nada, después de la que me liaste el otro día? He estado casi tres días sin saber nada de ti, no fuiste capaz de responderme al mensaje, y ahora tienes el valor de venir aquí como si todo estuviese bien. Estás muy confundido, las cosas así no funcionan.
Hugo: Por favor Eva, déjame pasar y explicarte las cosas, fui un verdadero idiota - me dijo con la mirada en el suelo. En el fondo a mí se me rompía el alma, no podía verlo así.
Me aparté de la puerta y le dejé pasar. Hice una señal a Sam dándole a entender que me iba a hablar con él. Yo tampoco podía esperar más y necesitaba arreglar esto que me estaba comiendo por dentro.
Llegamos a mi habitación y me senté encima de la cama. Él no dejaba de dar vueltas de un lado para otro, se le notaba que estaba muy nervioso. Ninguno de los dos hablábamos hasta que decidí romper el hielo.
Eva: Si te soy sincera, no me esperaba esa reacción que tuviste. Pensaba que me ibas a abrazar y a apoyar pero obviamente no estaba en lo cierto.
Hugo: Me bloquee Eva. - dijo llorando.- En ese momento no estaba pensando en lo que decía, me vinieron muchos pensamientos malos a mi cabeza y reaccioné de la peor forma posible, haciéndote daño. Si no te he hablado todos estos días es porque me sentía como una mierda por haberte generado tanto dolor. No sabía ni cómo mirarte a la cara. Fui un cobarde.
Eva: Es que Hugo, huiste a la primera de cambio en vez de quedarte conmigo y afrontar las cosas los dos juntos. Me diste a entender que solo habías jugado conmigo y que te importaba una puta mierda. - le dije yo también con lágrimas en los ojos.
Hugo: Ni se te ocurra volver a decir eso. Nadie en la vida me ha importado tanto como lo haces tú. Créeme Eva yo jamás te haría daño intencionalmente, me he dado cuenta que eres la mujer de mi vida.
No dejé que hablase más, esas palabras me habían llegado al corazón e instintivamente le abracé, necesitaba inspirar su olor. Me cogió de las mejillas y me dio un beso cálido en los labios. Cómo lo necesitaba.
Nos separamos ambos sonriendo pero sin soltar nuestras manos.
Hugo: Te he traído un pequeño detalle - dijo escondiendo su cara en el hueco de mi cuello.
Eva: No hacía falta Hu, con tenerte aquí y que hayas reflexionado lo que pasó, me es suficiente. - le respondí con un rubor en mis mejillas.
Él se levantó y empezó a rebuscar en el bolsillo de su chaqueta. Sacó un paquetito y me lo dio. Yo lo abrí torpemente ya que mis nervios estaban a flor de piel. Cuando vi lo que era no podía dejar de llorar, se había acordado de lo que habíamos hablado días atrás y me había regalado una cadena con un colgante de una sirena. Me tiré a sus brazos, él me cogió de las piernas y empecé a llenarle la cara de besos. No podía ocultar mi emoción.
Hugo: Espero que te guste mi niña. En cuanto lo vi me recordó a ti y supe que ese era el regalo.
Eva: ¿En serio preguntas que si me gusta? - le dije sorprendida.- Esto significa mucho para mí, te has acordado de todo lo que te conté, me estás dando a entender que en realidad sí te importo y le prestas atención a lo que hablamos.
Ambos nos fundimos en un beso suave con dulzura, pero poco a poco iba subiendo la temperatura, hasta que alguien nos interrumpió llamando a la puerta. Nuestros amigos eran incapaces de dejarnos un rato a solas.
Hugo: Vamos a disfrutar de tu fiesta, después no te me escapas. - soltó guiñandome el ojo y apretándome el culo hacia él.
Fuimos hacia el salón de la mano. Ya podía disfrutar de mi fiesta completamente. Por fin estaba todo solucionado con mi rubio.
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No podía ya con tanto drama... Necesitaba dosis de amor :)
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Siempre nos quedará Madrid
Teen FictionDos caminos que se cruzan en una estación de tren de Madrid. Eva y Hugo se mudan a Madrid para estudiar. Desde su primer encuentro y un seguido de coincidencias de la vida, sus vidas les llevan a conocerse más a fondo. Eva conoce al Hugo despreocupa...