Narra Eva:
Todo este tiempo sin Hugo se me hacía muy cuesta arriba. Había habido mil malentendidos entre nosotros por culpa de las redes sociales. El hecho de ser famosos los dos era un precio muy alto a pagar. Muchas veces creía que no me compensaba, pero realmente, sí lo hacía. Era muy feliz actuando y me sentía casi completa. Solo me faltaba Hugo, pero ya no podía hacer nada para remediarlo.
Durante nuestra ruptura lo pasé fatal, sentía que me faltaba el aire constantemente y tuve suerte de la confianza que me daban en el musical. Me aferré a mi trabajo, en ese momento era lo único seguro y estable que tenía.
Me llegaban cientos de notificaciones de las letras que componía Hugo. Me rompía aún más el corazón porque me daba cuenta de que él estaba igual de mal que yo. Y lo peor de todo, que era yo quién lo había provocado al irme a Nueva York.
Siempre intentaba mantener mi vida personal apartada del foco de los medios de comunicación, pero parecía que mis fans eran el FBI, se enteraban de absolutamente todo.
Y hubo un día en el que eso se volcó en mi contra. Estaba conociendo a un bailarín del musical. Teníamos muchas cosas en común y nos lo pasábamos muy bien juntos. Salimos a cenar y él me besó sin que yo pudiera verlo venir. No es que no me gustara ni que no deseara que eso pasara, pero estábamos en un restaurante y cualquiera podía haberlo visto. Quité ese pensamiento de mi cabeza, y me dejé llevar. Ya era suficiente que mi anterior vida siguiera atormentándome, seguro que Hugo también estaba haciendo lo mismo aunque yo no lo viera.
Efectivamente, a los pocos minutos, empezaron a saltarme notificaciones. La foto estaba por todos lados. Inevitablemente Hugo vino a mi cabeza. Hugo iba a ver la foto, estaba segura de ello. Se despertaría por la mañana con esa imagen, y si hubiera sido al revés, yo me habría quebrado. Aunque igual él no. Igual él ya me había olvidado.
Pensé en escribirle, pero ese pensamiento salió rápidamente de mi cabeza. ¿A santo de qué iba yo a darle explicaciones o justificarme? Ya no éramos nada, no éramos ni amigos. Todo lo que sabía de él, lo sabía por lo que publicaba en sus redes sociales.
Me seguía doliendo haber cortado la relación, me seguía doliendo no poder explicarle todo lo que me estaba pasando. Le echaba de menos, no podía negarlo. Y también echaba de menos mi vida en Madrid. Toda esa felicidad que dejé atrás hacía ya años.
Con ese chico, Jacob, me sentía a gusto. Me hacía reír y olvidarme un poco de todos los problemas que pueden surgir en el día a día. Estábamos bien. No era mi novio, pero nos veíamos a menudo.
Es necesario decir que nunca sentí con él lo que me hacía sentir Hugo. Creo que esa sensación de amor tan pura no la sentí con nadie nunca más. Nadie me hacía tocar el cielo como Hugo, nadie me completaba como él, nadie me comprendía y me apoyaba como él. Y eso me frustraba. Quería pasar página, pero parecía imposible. Cuando mejor estaba o cuando mejores noticias me daban, la primera persona que venía a mi cabeza era Hugo.
Al día siguiente de esa cena, estaba con Jacob en Central Park, y empezó a sonar mi móvil. Eran notificaciones. De Instagram, de Twitter, de todos lados. Hugo liándose con una chica en una discoteca, algo que no era propio de él. Seguro que Hugo quiso hacerlo público porque vio mi foto con Jacob, pero en ese momento me daba igual. Solo quería estar sola y llorar.
Me disculpé con Jacob y me fui a mi casa. Me pasé la noche llorando. Quería volver a Madrid antes de que fuera tarde. Quizás no estaba todo perdido con Hugo. Esa foto me hizo hacer el "click" en el cerebro, dándome cuenta de que mis sentimientos por él seguían intactos y que no podía luchar contra eso por mucho que lo intentara.
Como si el destino lo hubiera querido, cinco semanas después me llamaron de Netflix España. Estaban buscando una actriz que supiera cantar y sabían, porque yo lo había dicho en muchas entrevistas, que echaba de menos Madrid. Ellos me vendieron que sería una gran oportunidad y que así podría volver a casa. ¿Qué hice? No dudarlo ni un minuto. Dejé atrás el musical de El Rey León y dejé atrás Nueva York.
Esa ciudad me dio el impulso que necesitaba, pero sentía que todo lo que tenía que hacer allí, ya lo había hecho. No quería quedarme de por vida actuando ahí, quería nuevas oportunidades. Así que cogí el primer vuelo, que coincidía que llegaba el día del cumpleaños de Sam, y me planté en Madrid.
Nadie sabía nada, no se lo había contado ni a mis padres. Quería que fuera sorpresa, y por eso tuve que irme rápido hacia Madrid, sino Netflix empezaría a presentarme como protagonista de la serie y la sorpresa se iría a la mierda.
Cogí un hotel en el centro, dejé todas mis cosas y me fui directa a casa de Sam. Sabía dónde vivía porque con ella nunca había perdido el contacto, así que fue fácil encontrarla.
Iba a darle una sorpresa a mi mejor amiga por su cumpleaños, pero la sorpresa me la llevé yo. Cuando Sam me abrió la puerta, aparte de tirarse encima de mí y ponerse a llorar como una loca, al igual que yo, vi a Hugo con la chica de la foto. Él también me vio y su cara cambió. Los dos sonreímos, no podía creerme que lo tenía de nuevo tan cerca.
En ese momento fue como si no hubieran pasado casi cuatro años sin verlo, como si todos los sentimientos que teníamos el uno por el otro volvieran a flote de golpe. Y él sentía lo mismo, le conocía y lo leí en su expresión facial al verme.
También pude ver la cara de su novia, y no tenía nada que ver con la suya. Mostraba desagrado con mi presencia, miró a Hugo, y al ver que ambos estábamos sujetándonos la mirada, se deshizo de su agarre y se fue con los demás.
Hugo la siguió, evidentemente, y aunque yo habría hecho lo mismo con mi novio si lo tuviera, entristecí. Sam me trajo con los demás, todos celebraban mi llegada como agua de mayo. Era como si el tiempo no hubiera pasado, como si todo siguiera tal como lo dejé, como yo deseaba. Lo único que había cambiado era mi relación con ese rubio de ojos verdes, que seguía volviéndome loca y poniéndome nerviosa con tan solo aguantarme la mirada.
Solo esperaba que a él se le hubiera removido todo por dentro, al igual que me pasó a mí. Esa sonrisa tonta que nos salió, tenía que significar algo, ¿no?
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¿Qué me decíis? ¿Tensión? ¿Amor? ¿O simplemente recuerdos? ¿Cómo pensáis que acabará la noche?
Os pido disculpas por mi inactividad, he estado muy liada con unos temas... para compensar, hoy os subo 3 capítulos si les dais amor jiji
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Siempre nos quedará Madrid
Teen FictionDos caminos que se cruzan en una estación de tren de Madrid. Eva y Hugo se mudan a Madrid para estudiar. Desde su primer encuentro y un seguido de coincidencias de la vida, sus vidas les llevan a conocerse más a fondo. Eva conoce al Hugo despreocupa...