Capítulo 28

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Narra Eva

Me desperté por culpa de los rayos de sol que entraban por la ventana, ya que ayer no nos dimos cuenta y nos bajamos la persiana. Me giré para quedar enfrente de Hugo que estaba durmiendo plácidamente. Se le veía tan tranquilo que parecía un bebé. No me pude resistir y le empecé acariciar toda su cara con mis dedos. Cuando llegué a sus labios me quedé embobada y noté como a él le salía una pequeña sonrisa. Me acerqué y le dejé unos cuantos piquitos en sus labios.

Hugo: Qué buen despertar. - soltó con una voz ronca de recién despertado e intentando abrir sus ojitos.

Eva: Buenos días amor. - atrapó mi espalda haciendo que rodase por la cama quedando debajo de él con nuestros cuerpos muy pegados. - Y buenos días a ti también mini Hugui.

Hugo: Buenos días mi niña. ¿Has visto lo que causas en mí desde primera hora de la mañana?


Empezó a restregar su pene por mi sexo y yo sin poder evitarlo, me empecé a humedecer. Metió las manos en su camiseta que yo había utilizado para dormir. Me encantaba dormir con ellas. Cuando me la iba a sacar por la cabeza llamaron a la puerta.

Hugo: Jodeeer! - resopló un poco frustrado.

Sam: Buenos días tortolitos. El desayuno está en cinco minutos así que bajad que nos está esperando mamá para desayunar los cinco juntos y así despedirnos.

Eva: Vale Sam, ahora vamos. - le dije como pude ya que Hugo no se iba a rendir tan fácilmente.- Amor para, tu madre nos está esperando, ya te lo recompensaré.

Hugo: Eso espero, porque te prometo pequeña que esto no se va a quedar así. - dijo dándome un pequeño beso.


Salimos los dos de la cama y nos metimos en el baño. Teníamos que arreglar un poco las pintas que llevábamos y Hugo tenía que bajar esa erección, que cada día se le veía más grande.

Llegamos al salón de la mano y Sam, cómo no, estaba con sus comentarios para ponernos en evidencia. Nosotros no le hicimos ni caso y nos adentramos a la cocina para llevar lo que faltaba para poder desayunar. Allí estaba Ana con una sonrisa. Ahora entendía la sonrisa de Hugo, la había heredado de ella.

Ana era super dulce conmigo siempre, y los últimos días se había comportado como si fuese mi madre. Admiraba la fortaleza de esta mujer, el que siempre tuviese buenas palabras para la gente y una gran sonrisa a pesar de todo lo que había vivido.

Desayunamos entre charlas. Esta familia siempre estaba de buen humor y te lo contagiaban a ti. Cuando acabamos, llegó la hora de las despedidas. A Hugo se le notaban los ojos vidriosos.

Eva: Mi amor no llores, que seguro que en nada la vuelves a ver.

Hugo: No estoy llorando. - me dijo haciéndose el fuerte, pero yo le conocía muy bien.


Nos despedimos todos de Ana y montamos en el coche. Conducía Hugo, yo iba de copiloto y Sam y Fla iban en la parte de atrás. Pusimos música para hacer el camino más llevadero. En un descuido me di cuenta que Hugo había puesto la mano en mi muslo, desde esta mañana estaba muy pegajoso.

Sam: Hermanito... Las manos donde yo las vea. ¿No ves que estás en compañía?

Hugo: Cuando repartieron el don de por culo a ti te tocó dos veces, porque madre mía lo pesada que llegas a ser.


Soltamos una carcajada los cuatro. El resto del viaje transcurrió tranquilo. Fuimos a dejar a Sam y a Flavio en casa de ella, ya que estaba sola porque Mai y Bruno se habían ido a pasar las navidades con la familia de Mai.

Cuando llegamos a mi casa, Hugo dejó las maletas en el pasillo y me cogió a modo princesa llevándome a la habitación. Se me estaba volviendo un ñoño, pero a mí esos detalles me encantaban. Se estaba abriendo poco a poco a mí y eso me volvía loca.

Hugo: Creo que me debes una cosita ¿no señorita...? - soltó con un tono picarón.

Eva: ¿Yo? Creo que te estás confundiendo, yo no le debo nada a nadie. - le quería picar un poco, ya que me encantaba hacerlo.


Esas palabras hicieron que Hugo se excitara más y me cogió tumbándome en la cama dejando una hilera de besos por toda mi cara.

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Ya están de vuelta a Madrid!

Hugo haciéndose el fuerte, cómo no... él nunca llora jajajajajj

Venga va que si llegamos a 10 like subo otro capítulo esta noche sobre las 12!

Siempre nos quedará MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora