Narra Hugo:
Estaba en casa de Sam, celebrando su cumpleaños. Sonó el timbre, nos sorprendimos ya que no esperábamos a nadie. Sam se dirigió a la puerta y yo seguí bailando de la mano con Cris, sin prestar atención. Hasta que escuché a Sam gritando y me fijé en quién había llegado.
A día de hoy sigo sin poder definir la sensación que tuve al volver a ver a Eva. Algo se removió de nuevo dentro de mí. Bueno, lo que no había dejado de removerse dentro de mí, volvió a flote. No pude evitar sonreírle, al igual que ella hizo conmigo. Estaba ahí, plantada en la puerta de casa de Sam, y no podía sacarle la mirada de encima. Estaba increíblemente guapa, como siempre, y se la veía más madura y crecida. Claro, habían pasado cuatro años desde la última vez.
Cris me miró enfadada, supongo que se dio cuenta de que me quedé embobado mirando a Eva. Soltó mi mano y se fue con los demás. La seguí, era mi novia, no quería que se sintiera mal, aunque lo que realmente me preocupaba en ese momento era otra persona, la que verdaderamente me hacía vibrar, y me acababa de dar cuenta que mis sentimientos hacia ella no habían cambiado.
Hugo: Cris, ¿por qué te vas así? - no necesitaba respuesta, ya la sabía.
Cris: Y tienes los huevos de preguntármelo... Pensé que lo habías superado.
Hugo: Que había superado ¿el qué?
Cris: A Eva - hice una mueca de desacuerdo.
Hugo: Y así es - la abracé, y ni yo me creía la afirmación que le acababa de hacer -. ¿Por qué estás así? - Cris se zafó de mi agarre.
Cris: Porque ahora entiendo lo que todo el mundo me decía Hugo. Solo habéis cruzado una mirada y me he dado cuenta.
Hugo: Cariño, estás exagerando. Basta por favor - intenté abrazarla de nuevo, sin éxito.
Cris: A mí no me has mirado así en mi vida, Hugo. No pierdas el tiempo conmigo y recupérala.
Hugo: ¿Entiendes que hacía cuatro años de la última vez que la vi? Es normal que la mire con ternura, fue alguien muy importante para mí - me excusé.
Cris: Es alguien muy importante para ti, deja de hablar en pasado.
Hugo: Déjame al menos demostrarte que te equivocas, por favor. Ven, no seas tonta - finalmente Cris se acercó y me permitió abrazarla.
¿Que si tenía ganas de que fuera Eva la que estaba entre mis brazos? Claro que sí, no había duda alguna que esa visita sorpresa acababa de desestabilizar toda mi vida, al completo. Pero no podía permitirlo, no sin antes hablar con ella.
Lo que más miedo me daba, era que Cris tenía razón. Jamás volví a mirar a alguien como miraba a Eva. Hasta yo me había olvidado de lo que era mirar a alguien de esa manera y tener la capacidad de comunicarnos con tan solo una sonrisa. Estaba aterrado porque esos sentimientos habían vuelto, y quizás solo había sido para mí.
Después de esa intensa charla con Cris, Eva vino con todos los demás. La abrazaron y se pusieron muy contentos por tenerla de vuelta. ¿Iba a quedarse? ¿Estaba solo de visita? ¿Era algo temporal?
O hablaba con ella, o todas esas dudas no iban a despejarse de mi cabeza. Aproveché que Cris se fue a la cocina a llenarse el cubata para abordar a Eva y salir a la terraza para hablar más tranquilos.
Las miradas eran idénticas a cuando la puerta de la casa de Sam se abrió. Estaban cargadas de sentimientos, cargadas de todo eso que pudo ser y no fue, porque no supimos hacerlo funcionar. Pero deseábamos con todas nuestras fuerzas que hubiera funcionado.
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Siempre nos quedará Madrid
Teen FictionDos caminos que se cruzan en una estación de tren de Madrid. Eva y Hugo se mudan a Madrid para estudiar. Desde su primer encuentro y un seguido de coincidencias de la vida, sus vidas les llevan a conocerse más a fondo. Eva conoce al Hugo despreocupa...