Capítulo 26

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Narra Eva

Qué tonta fui al pensar que Hugo me estaba engañando. Pobrecito, yo dudando de él, y él hablando maravillas de mí a su ex. Si es que no me merecía el novio que tenía. Realmente iba muy borracha, y creo que por eso no podía dejar de llorar. Y menos después de lo que Hugo acababa de decirme que pensaba sobre mí. Aunque esta vez, el llanto no era negativo, sino de emoción.

En cuanto acabó de explicarme todo, no pude esperar más para besarle. Me senté encima de él y empecé a mordisquearle el cuello y las orejas. Sabía lo que ese acto generaba en él. Y era exactamente lo que andaba buscando.

Su cara reflejaba el placer que le estaba haciendo sentir. Hoy iba a tomar yo el mando. Con las palabras que me dijo, hizo que mi autoestima subiera al cielo y me sintiera capaz de dominar el mundo en ese instante. Supongo que la borrachera ayudaba a que mis sentimientos se exageraran de esa manera.

Le quité toda la ropa que llevaba. Dejé la camisa para lo último y le desabroché sensualmente cada uno de los botones, dejando besos durante el recorrido. Hugo se mordía el labio cerrando los ojos mientras masajeaba mi cabeza. Verle disfrutar me ponía a cien por hora.

Y así, sin más dilación, me metí su erecto pene en la boca. Él gemía mi nombre pidiendo más. Y eso hacía, darle más. Hasta que Hugo no aguantó más, y cuando estaba a punto de correrse, cogió decidido mi cabeza y la subió a la altura de la suya. Me besó ferozmente como si no hubiera un mañana y me quitó sensualmente el vestido, lamiendo todo lo que encontraba a su paso.

Hugo: Madre mía ¡Qué bien te queda ese conjunto!. - me susurró lamiéndome el cuello.

Eva: Mi novio, tiene buen gusto hasta eligiendo la ropa interior. Aunque ahora prefiero que me la saque.


Cuando ya estaba del todo desnuda, bajó a mi zona íntima e introdujo la lengua en ella. Cada vez que hacía eso, veía todas las estrellas del firmamento. ¡Cómo podía tener un novio tan bueno en la cama...!

Llegué al orgasmo en su boca, y él sonreía ladeadamente satisfecho. Volví a coger yo el mando de la situación. Le hice sentarse y me coloqué a horcajadas encima de él, rozando nuestras zonas íntimas. Él se puso uno de mis pechos en la boca y masajeaba con su mano el otro.

Cogí un preservativo y se lo puse con la boca. Me introduje su pene dentro de mí, y empecé a moverme de manera lenta, haciendo que ambos notáramos el contacto.

Me sentía tan bien cuando le tenía dentro de mi.

Hugo: Un día de estos vas a matarme. Dios mío de mi vida Eva, me tienes loco.


No respondí, me limité a acelerar el ritmo de las embestidas ya que notaba que él estaba a punto de llegar. Bajó su mano a mi sexo y acarició mi clítoris para que los dos pudiésemos rozar el cielo a la vez. Cada día me gustaba más como me lo hacía, tenía unas manos que eran oro. Bueno, más bien, todo él era oro para mí.

Me callaba mis gritos y mis gemidos con besos, ya que no estábamos solos en casa y no queríamos que su madre nos escuchase cuando estábamos en mitad de la faena. Llegamos al orgasmo prácticamente a la vez, y nos quedamos tendidos uno encima del otro, intentando recuperar la respiración. Él me hacía cosquillas en la espalda y me acariciaba el pelo, mientras yo estaba acurrucada en su pecho haciéndole círculos con el dedo índice.

Estuvimos en esa posición un rato, hasta que decidimos levantarnos e ir a limpiarnos al baño. Por suerte, Hugo tenía baño dentro de su habitación, y no nos teníamos que esconder en pelotas por el pasillo. Luego entramos a la habitación y Hugo sacó unos calzoncillos limpios que se los puso. A mí me pasó mi tanga y la camisa que había llevado esa noche. Sabía que me encantaba dormir con su ropa, porque así podía oler su perfume y sentirme aún más cerca de él.

Nos volvimos a tumbar en la cama, no tardando mucho en quedarnos dormidos. Estábamos completamente entrelazados abrazándonos. Después de la intensidad de todo lo ocurrido esa noche, necesitaba sentirle más cerca que nunca, y me pegué a él como si fueran a arrebatármelo.

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¿Lo bonitas que son las reconciliaciones...?

¿Se despertarán bien? ¿O el hecho de seguir en Córdoba atormentará a Eva?

Si llegamos a 10 estrellitas, subo otro capítulo por la tarde!

Siempre nos quedará MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora