Narra Eva:
Acababa de romper aguas. Sola. Sin Hugo. Él estaba en su último concierto. La gira cerraba en Málaga, pero en ese momento estaba actuando. No podía ni explicárselo porque no había manera de contactar con él.
Estaba atacada de los nervios, no quería vivir sola mi parto, pero no me quedaba otra que hacerlo. Hugo lo había planificado todo para acabar la gira y estar conmigo la última semana antes de salir de cuentas. Y mi princesa parecía que no quería esperar para nacer.
Decidí llamar a Paco. Era la única persona que podía avisar a Hugo. Aunque estuviera a unas cinco horas en coche de Madrid, necesitaba hablar con él para relajarme.
*Vía llamada*
Paco: Eva, ¿va todo bien? - respondió sorprendido al escuchar mis sollozos.
Eva: No, Paco. Acabo de romper aguas. Sé que Hugo está actuando, le estoy escuchando a través del teléfono, pero necesito que le avises, por favor.
Paco: Lo primero es lo primero cariño. Le aviso enseguida.
Las palabras de Paco me relajaron. Avisó a Hugo, y en menos de 2 minutos me estaba llamando.
Hugo: Mi vida, pídele a la princesa que se espere, por favor. Me quedan tres canciones y salgo corriendo para Madrid. Quiero estar presente cuando nazca - me dijo inquieto.
Eva: Hugo estoy muy nerviosa, no quiero pasar por esto sola. Quiero coger tu mano cuando llegue el momento - no podía parar de llorar.
Hugo: No llores mi amor, no llores por favor. Aguanta. Me quedan tres temas solo, pero si tú me lo pides, acabo ya el concierto y vengo ahora mismo.
Eva: Las contracciones me están matando. Esto me duele mucho amor. Pero quiero que acabes el concierto, tus fans lo merecen. No quiero que dejes todo por mí.
Hugo: ¿Recuerdas lo que te dije? Que quería estar presente en todo momento. Así que no te preocupes. Mis fans lo van a entender.
Eva: No amor, por favor. Acaba el concierto. Intentaré aguantar.
Me prometió que acabaría el concierto. No sabía si iba a aguantar. Lo estaba intentando, pero tuve que llamar a Sam porque los dolores de las contracciones eran cada vez más seguidos e inaguantables.
Sam llegó a mi casa a los diez minutos. Ella misma se encargó de llevarme al hospital. Si Hugo no llegaba, al menos tenía a mi lado a mi mejor amiga, que era como mi hermana. Ella me daba la calma que necesitaba en esos momentos.
En cuanto llegamos al hospital, me dirigieron a la sala de partos. Yo no quería, estaba deseando que mi bebé aguantara unas horas más.
Sam: No aprietes cariño. Deja que tu cuerpo actúe. Si el bebé quiere salir, va a tener que salir - decía sin soltar mi mano.
Eva: Necesito a Hugo aquí. Es nuestra hija, por favor Sam entiéndeme.
Sam: Te entiendo. Yo haría lo mismo. Pero relájate, va a ser lo mejor. No queremos complicaciones en el parto.
Perdí la noción del tiempo. No sabía cuántas horas llevaba en ese hospital. El ginecólogo apareció y me dijo que había llegado el momento, que si esperaba más, el parto podría complicarse. Así que le hice caso y prepararon todo para el momento más esperado de los últimos meses.
Tenía una mezcla de sentimientos. Estaba ansiosa por conocer a mi hija, pero a la vez estaba triste porque no lo haría con su padre al lado.
Pero todos tenían razón, si seguía apretando para arriba y resistiéndome al parto, al final mi hija podría sufrir las consecuencias de mis actos, así que decidí parar y dejarme llevar.
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Siempre nos quedará Madrid
Teen FictionDos caminos que se cruzan en una estación de tren de Madrid. Eva y Hugo se mudan a Madrid para estudiar. Desde su primer encuentro y un seguido de coincidencias de la vida, sus vidas les llevan a conocerse más a fondo. Eva conoce al Hugo despreocupa...