Narra Hugo:
Las dos semanas que pasamos en Nueva York con Eva fueron increíbles. Nueva York era increíble, y mi niña brillaba más que nunca ahí. Tenía lo que se merecía, todo por lo que había luchado tanto.
Pero nada de lo que habíamos planeado fue como esperamos. Los primeros dos meses hablábamos a diario, adaptándonos al cambio horario, y poco a poco las llamadas fueron disminuyendo por culpa de la carga laboral de ambos.
Yo la echaba mucho de menos y me refugié en mi trabajo. Me pasaba el día metido en el estudio componiendo canciones dedicadas a ella y a la distancia que nos separaba.
Estábamos creciendo laboralmente y haciéndonos famosos, cada uno en lo suyo, pero sin dejar de lado los estudios.
Decidimos dejarlo, ya que la situación empezó a ser insostenible. Discutíamos muchísimo y no podíamos arreglarlo viéndonos porque estábamos a casi siete mil quilómetros el uno del otro.
No queríamos joder la buena relación que teníamos, y tuvimos que dejarlo para que no se convirtiera en algo tóxico como venía pasando los últimos meses.
No me hacía a la idea de mi vida sin ella, estaba muy triste, sin ganas de hacer nada. Pero una vez más, la música me salvó. Mis seguidores se daban cuenta de mi estado de ánimo y la culpaban a ella. Los suyos, me culpaban a mí por no haberlo dejado todo por ella e irme a Nueva York a intentarlo de nuevo. Nuestros fandoms estaban en guerra, y eso era lo último que nosotros queríamos, así que hicimos un comunicado anunciando nuestra ruptura.
Recibí muchísimos mensajes de apoyo, pero también otros deseándome la muerte. Era alucinante cómo la gente, sin conocerme, me juzgaba de esa manera. Eva y yo hablábamos de vez en cuando, alegrándonos de nuestros éxitos y deseándonos suerte. Al final, lo importante era lo que pensábamos nosotros y nos daba igual lo que se dijera por redes.
Tres años después, en junio, nos graduamos. Por fin dejábamos la etapa estudiantil aparcada y podíamos centrarnos de lleno en nuestros proyectos laborales. Había sido complicado abarcarlo todo. Yo me gradué en Madrid, y ella lo hizo en Nueva York, ya que había estado estudiando a distancia.
La relación con Eva fue cortándose poco a poco. Ya no hablábamos, solo sabíamos del otro gracias a lo que se publicaba por las redes sociales. Yo seguía alegrándome por ella aunque no se lo dijera. Y si, la seguía queriendo. Como el primer día.
Un jueves cualquiera, me desperté con mis notificaciones de Twitter e Instagram a rebosar. Todo el mundo me enviaba una foto de una revista norteamericana con el titular de: "Por fin Eva B encuentra la felicidad en Nueva York", con una foto de ella besando a un chico. Muy guapo el chico, por cierto.
Mi corazón se partió en mil pedazos al ver eso, pero no podía juzgarla. Yo también había seguido con mi vida y había estado con otras chicas. Habían pasado tres años, nuestra conversación era nula, y no esperaba que siguiera guardándome luto.
Sam: Hermanito... por la cara que me llevas, supongo que ya te has enterado...
Hugo: Sam, la foto está por todos lados, cómo no iba a enterarme - dije roto.
Sam: Algún día tenía que pasar, era inevitable. Aunque no dudo que ella sigue pensando en ti.
Hugo: Vamos a ver. Estamos lejos, han pasado tres años y no tenemos ninguna interacción, ¿cómo quieres que siga pensando en mí? - me quejé.
Sam: Pues de la misma manera que tú sigues pensando en ella y no la has olvidado.
Hugo: ¿Cómo se hace para olvidar al amor de tu vida, Sam? - grité roto.
Sam: Yo sigo hablando con ella de vez en cuando, y te digo que tiene muy presente su anterior vida en Madrid. No hablamos de ti porque no creo que sea conveniente, pero siempre se pone melancólica recordando esta ciudad - comentaba Sam mientras me abrazaba entre mis llantos.
Hugo: Eso no significa que no pueda rehacer su vida, Sam. Y no la juzgo, yo también lo estoy haciendo. A los dos nos va bien, y mientras ella sea feliz, yo me alegraré de todo lo bueno que le pase.
Sam: ¡Qué mierda más grande todo! Que asco encontrar a tu media naranja y que por razones laborales no podáis vivir vuestro amor. Solo hacía falta veros para entender el significado de la palabra "complicidad" - se lamentaba ella.
Hugo: Por favor Sam, necesito airearme. ¿Hacemos algo? Es sábado, salgamos de fiesta. Quiero olvidarme un rato de esta situación.
Esa noche nos desfasamos, más de lo que deberíamos. No está bien ahogar las penas en alcohol, nadie debería hacerlo porque te lleva a cometer actos impropios de ti. Y eso pasó.
Conocí a una chica con los ojos azules. Me recordaba mucho a Eva, y me lié con ella. No puse atención al hecho de que podían estarme haciendo fotos y subiéndolas a las redes sociales, hasta que abrí mi móvil y vi todo el revuelo que se había generado. Seguro que Eva ya las había visto, porque en Nueva York era mediodía.
No quería que pensara que lo había hecho por despecho, porque no lo hice por eso. Lo hice por diversión. La chica me gustó, y me lié con ella, sin más. Incluso me la llevé a casa de Sam y pasé la noche con ella.
Se llamaba Cris, y me gustaba su forma de ser. No fue solo un lío de una noche, sino que todo fue a más. Empezamos una relación, y ya todo el mundo lo sabía. No me apetecía esconderme, y no creía que fuera bueno para ella sentir que estaba en la sombra de Eva. Aunque lo estaba, pero no se lo hacía notar.
Me sentía muy a gusto con ella, pero Eva seguía apareciendo por mi cabeza. No sabía hasta cuándo eso me iba a pasar, pero decidí dejar de pensar y dejarme llevar.
_____________
Lo intentaron... pero no funcionó.
No me odiéis mucho por favor... mañana prometo subir la versión de Eva de la ruptura.
Y os digo que casi tengo la novela acabada, así que si subimos los like de los capítulos, prometo subir más rápido, incluso dos capítulos por día...
Dadle amor y no me matéis por favor!
ESTÁS LEYENDO
Siempre nos quedará Madrid
Teen FictionDos caminos que se cruzan en una estación de tren de Madrid. Eva y Hugo se mudan a Madrid para estudiar. Desde su primer encuentro y un seguido de coincidencias de la vida, sus vidas les llevan a conocerse más a fondo. Eva conoce al Hugo despreocupa...