Narra Hugo
Eva acababa de decirme que había una mínima posibilidad de que estuviera embarazada y mi reacción ¿fue esa? ¿de verdad?
Después de todo lo que habíamos pasado, creo que me comporté como un completo gilipollas, egoísta y no supe qué decirle. Los nervios me bloquearon. Aunque los nervios no eran una justificación para mi pasotismo y mi reacción de mierda. Estaba realmente arrepentido, y Eva se había ido con un portazo de mi casa. Estaba en blanco, no sabía qué hacer para calmar las aguas.
Llevaba todo el día pensativo, y de golpe me llegó un mensaje de Eva diciéndome que el test había salido negativo. Me alegré. Claro que me alegré. Pero es que si hubiera salido positivo, hubiera estado a su lado apoyándola en su decisión, al final yo era el padre. Me sentía fatal por no haber sabido transmitirle mi apoyo desde el inicio. Dejé el móvil apartado y reflexioné en que el cumple de Eva era en dos días. Tenía poco tiempo para enmendar mi error.
De repente oí un portazo y vi cómo Sam venía embalada hacia mí.
Sam: ¿Pero a ti qué cojones te pasa? - me dijo gritando y volviéndose loca. - ¿Cómo la has podido dejar tirada cuando más te necesitaba?
Hugo: No sé Sam, no me esperaba esa noticia y me bloqueé, no supe reaccionar. - mis ojos se empezaron a aguar pero aguanté para que no se me cayesen las lágrimas.
Sam: Es que en ese momento lo único que ella necesitaba era un abrazo y un poquito de apoyo por parte tuya y tú haces todo lo contrario, haciéndola sentir como una verdadera mierda, haciéndola pensar que no la quieres y que no te importa - fui a hablar pero ella no me dejó - Hugo solo te pido una cosa, si no la quieres déjala, pero por favor no juegues con ella, no se lo merece.
Hugo: Joder Sam, no estoy jugando, no podría hacerle daño intencionadamente, he acabado completamente enamorado de ella. Pensar que la he perdido me está matando por dentro, me he dado cuenta que es la mujer de mi vida. - mis lágrimas rodaban por mis mejillas, Sam se dió cuenta y me abrazó.
Sam: En dos días es su cumpleaños. Haz algo, sorpréndela. Pero si verdaderamente la quieres, lucha por ella, no puedes perder a esta niña.
Hugo: Gracias Sam, eres la mejor hermana del mundo - nos volvimos a fundir en un abrazo.
Tenía que impresionarla, no podía dejarla escapar. Estaba seguro que ella era con la chica que quería pasar el resto de mi vida.
Al día siguiente me levanté, me duché y fui al centro comercial. Me acordé que el finde tuvimos una conversación donde ella me decía que le gustaba todo lo relacionado con el agua. Antes practicaba natación sincronizada en un Club Federado de Galicia. Me dijo que era su deporte favorito porque se sentía como una sirena, bailando en el agua.
No sabía qué comprarle exactamente. Tenía que ser algo significativo para ella, algo que le hiciese darse cuenta que me tomaba muy en serio la relación y que siempre la escuchaba muy atentamente cuando me hablaba.
Entré en una joyería. "Las palabras de amor se las lleva el viento, pero las joyas se quedan para siempre", pensé. Eso es lo que Eva necesitaba. Hechos. No palabras.
¿Pero qué joya era la adecuada? Llevaba un rato mirando, y vi un colgante que llamó mi atención. Era una sirena. No dudé en comprarlo, era ese el regalo.
Su día había llegado y estaba de los nervios, Sam me había dicho que le habían preparado una fiesta sorpresa en el piso de Eva, que no fuese tonto y que me presentase ahí. Dudé. Lo dudé mucho porque no sabía cómo iba a reaccionar ella, pero le eché coraje y me presenté. No podía perder esa oportunidad.
Estaba en frente de su casa temblando de los nervios, llamé al timbre y me abrieron la puerta. Los nervios volvieron a apoderarse de mi cuando vi quién se encontraba detrás cuando ésta se abrió.
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¿Quién habrá abierto la puerta?
Esta noche lo descubriremos :)
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Siempre nos quedará Madrid
Teen FictionDos caminos que se cruzan en una estación de tren de Madrid. Eva y Hugo se mudan a Madrid para estudiar. Desde su primer encuentro y un seguido de coincidencias de la vida, sus vidas les llevan a conocerse más a fondo. Eva conoce al Hugo despreocupa...