Capítulo XXIII

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-Entonces ¿este es el primer objeto que creaste? –pregunto Ivy.

Dante y sus amigos se habían reunido en su lugar habitual a las orillas del lago, y ahora estaban sentados alrededor del reloj del chico.

-De hecho, es uno de mis primeros intentos, el primero, para ser exacto, fueron mis auriculares y mi reproductor, pero eso es otra historia.

-Entiendo, pero ¿qué hacia esta cosa? –dijo Howard tomando el reloj con dos dedos y dejándolo colgar frente a su cara – ¿y por qué esta tan hecho mierda?

-Esta así porque al tercer intento exploto en mira cara y me rendí con ese proyecto.

-Vale... ¿Qué hace? –pregunto Howard dejando el reloj en el suelo mientras lo miraba con temor.

- ¿Saben que es lo del interior? –pregunto Dante.

-No es verdad –dijo Scarlett tomando el reloj y mirándolo - ¿un giratiempos?

- ¿Giratiempos? ¿no son ilegales? –pregunto Ivy.

-No del todo ilegales y si, es un giratiempos, mi plan original era amplificar su poder para poder viajar al pasado y al futuro sin limitaciones... no salió muy bien.

-Dijiste que al tercer intento te rendiste –dijo Scarlett –¿Qué paso?

-Sobreestime mis habilidades y subestime lo difícil que era tratar con espíritus y lo complicado de la magia temporal... tenía 8 años y apenas estaba comenzando con esa parte de mi entrenamiento, al tercer intento me di cuenta de la realidad y lo abandone.

- ¿Tan mal te fue? –pregunto Howard.

-Al primer intento perdí el control y mi maestro tuvo que destruir el reloj, al segundo el mecanismo interno se derritió y al tercero exploto con una honda temporal que me convirtió en un bebe recién nacido por tres días –Dante se ganó una mirada de sorpresa de sus amigos –no pregunte.

- ¿Por qué lo conservas aun? –pregunto Ivy.

- ¿Y por qué lo quieres volver a intentar? –pregunto Scarlett.

-Mi maestro me obligo a conservarlo como el eterno símbolo de lo que la arrogancia puede hacer, pero han pasado 7 años desde ese entonces, he adquirido más experiencia y esta vez no seré tan ambicioso.

- ¿Así que nada de viajes en el tiempo? –pregunto Howard.

-No... esta vez pienso doblar el tiempo a mi voluntad –Dante cerro su puño en un gesto que se podría asociar a un villano, mientras miraba con seriedad hacia la nada con una media sonrisa en su rostro.

-Claro, para nada ambicioso –dijo Howard, mientras él y las chicas intercambiaban miradas con algo de miedo.

-Tranquilo solo estoy siendo dramático –Dante le sonrió a sus amigos –si quiero hacer esto necesito su ayuda, necesito entrar en la sala de menesteres donde creo que puede haber algo que me ayude, además de que la aislé para que nadie sienta la cantidad de magia que pueda provocar... y talvez la posible explosión.

-Suena más interesante que estudiar –dijo Howard –cuenta conmigo...

-Y conmigo –dijeron Scarlett e Ivy.

-Bien, lo haremos esta noche.

- ¡¿Qué?! ¿tan pronto? –pregunto Ivy sorprendida.

-Los espíritus de aire atacaran en cualquier momento, tengo que estar listo, pero no se preocupen, sé que hacer.


Durante la cena, los cuatro amigos terminaron de comer y se reunieron en mitad de las escaleras del segundo piso, no había aurores por ningún lado y los cuadros más cercanos, estaban lo bastante lejos para no escucharlos, una vez miro a su alrededor para confirmar que nadie estuviera cerca, Dante dijo:

El mago anilleroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora