Parte 32

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Tan silente y sigiloso como el viento que revolvía su capa, pero veloz y ágil como cualquier intrépido gato de aquella friolenta ciudad, Timothy arreciaba su paso para acudir al llamado urgente que Alfred le hizo llegar con tanta preocupación.

Esa llamada la traía en la mente, al menos parcialmente. Su petición cayó en el peor momento y sólo aumentó su inquietud. Ahora acudía a cumplir con los requerimientos de su abuelo a medias concentrado en la misión y a medias mentalizado para volver a la abadía y estar con Jason.

-Jason... -Murmuró de verdad ansioso, suspirando para mitigar su creciente preocupación-.

Algo en esos momentos, mientras corría a través de los techos, lo estaba realmente molestando. Por alguna razón, todavía se resistía a llegar al lugar que Alfred le dijo. No quería atender ese llamado y no quería hacerlo porque muy dentro de él, no deseaba separarse de Jason; no en esos instantes y menos por motivos que involucraran a los dos seres menos queridos de su vida.

"Maldito Richard, torpe Damian...". Pensó en ellos frunciendo su ceño y mostrando su iracunda mandíbula.

Y por si fuera poco, recordar la convalecencia de Jason lo volvía más inestable al invadirlo con una verdadera intranquilidad profunda.

De sólo pensar en la llegada de ese perro extraño, la paranoia en Timothy se había disparado. Ahora no encontraba la línea divisoria entre un mal presentimiento y un razonamiento lógico que podría desembocar, mayoritariamente en porcentajes hablando, en una tragedia a expensas de Jason.

-No debí dejarlo solo... -Completó justó antes de brincar a una nueva azotea-.

Sus talones apenas tocaron el suelo y Tim emprendió su apresurada carrera. Ya no faltaba mucho para arribar al punto indicado. Unas cuantas cuadras más y llegaría finalmente al tan afamado puerto de Gótica. El peor sitio en toda la ciudad, pero bastante adecuado para la enredadera en la que los otros involucrados estaban atrapados.

-Malditos impertinentes... -Murmuró bufando su enfado, percibiendo su paciencia acabarse a la par de su tranquilidad y concentración-.

Su mente se fraccionaba entre el presente y lo que había sucedido tan sólo un par de horas antes. Aquella llamada cambió su jornada y no estaba realmente seguro de poder recuperar la sensatez, no al menos hasta que volviera a la compañía de Jason.

-Maldita sea... No, no debí haber venido... -Seguía repitiéndose, torturándose con la ansiedad que su partida le estaba provocando-. Debí haber dicho que no, pero... -Musitaba una y otra vez, pero su mente lo transportaba reiteradamente a esa conversación que lo obligó a despegarse del renegado.

Sus recuerdos yacían frescos en su propio arrepentimiento e incertidumbre.

Repasaba neciamente ese momento tratando de descubrir cómo hubiese podido evitarse el compromiso que ahora debía realizar.

Remembraba cada detalle a pulso. No olvidó pensar en la fatiga emocional que aún llevaba en el alma cuando salió de ese baño. Se vio nuevamente a sí mismo salir de aquella habitación para evitarse la discusión con el can.

-Sólo esto me faltaba... Demonios... -Recordó exclamar a la par de su llegada a la cocina. –Esto es estúpido... De verdad, muy estúpido... -Dijo con un suspiro, quitándose momentáneamente la máscara y tallando su rostro después-.

-Nada puede empeo... -Musitó, pero fue interrumpido por una señal característica de su teléfono-.

Se paralizó infiriendo lo que ese zumbido codificado significaba.

Kidnapper Peach [TimJay]Where stories live. Discover now