Parte 37

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-¡Drake! –Damian insistía-. ¡Te hice una pregunta! ¡Sigamos hablando; no te vayas! ¡Drake! ¿De quién hablas? ¿Hablas de Jason? ¿Vas a ir con Jason, en serio? ¿O de quién hablas? ¡Drake! ¡Drake, dije que estábamos hablando! ¡No te puedes ir! ¡Drake, contesta! ¡Dra...! –Lo llamó e iba a hacerlo de nuevo antes de verlo ponerse el casco, pero una presencia tan sorpresiva como indeseada irrumpió en su conversación-.

-¡Miren nada más qué linda escena! –Ambos oyeron una voz terriblemente familiar acompañada de una serie de aplausos chapuceros-.

Los dos se petrificaron al instante, pues al llevar su mirada al origen de la voz, un demonio de alas azules se dejó ver cínico y sonriente saliendo de entre los estantes.

Distinguieron entonces una silueta demasiado conocida para su gusto y bastante aborrecida para su desahogo.

-Dick... –Murmuró Tim sintiendo cómo el pánico regresaba apoderándose de él al pensar que la conversación antes sostenida había sido desgraciadamente escuchada por la endemoniada ave celeste-.

Se paralizó en tal medida que enmudeció y se perdió en sus paranoias.

Por supuesto, sintió que su existencia se hundía en la más podrida de las desventajas. Aunque no hubiese dicho algo incriminatorio, no podía darse el lujo de dejar nada a las dudas de nadie, mucho menos, dejar la puerta abierta a temas tabúes entre Richard y él.

Apretó su boca de inmediato y apartó su mirada discretamente, pero al hacerlo, le fue inevitable no cruzarse con la furia desmedida en los ojos de Damian, quién anunció repentina, pero vaticinadamente, su acto de odio con una maldición rotunda.

-¡DESGRACIADO! ¡MALDITO INFELIZ! –Gritó desmedido, apropiándose en el instante de algún objeto que Tim no alcanzó a ver-. ¡MALDITO, MALDITO MIL VECES! –Exclamó arrebatado y desenfrenado justo antes de lanzar el objeto, que resultó ser una llave inglesa tomada de alguna de las mesas de trabajo-.

La cara de Richard fue el blanco. Los tres vieron el ataque y esperaban el desenlace, sin embargo, al experimentado acróbata le bastó ladearse sólo un poco para esquivarlo.

La respiración de Timothy se detuvo unos segundos, pero no por creer que Dick resultaría herido, sino porque Damian no se detuvo en ese punto. El chico saltó literalmente sobre Richard; pues la llave aquella sólo había sido un distractor para el mayor, quien no pudo esquivar el cuerpo pesado del menor de los Wayne. Damian no desperdició ningún instante y a pesar de sus fuertes heridas, sus puños se adelantaron para saludar el rostro de Richard.

Todo sucedió tan rápido que Timothy aún permanecía con sus manos sobre el volante de la motocicleta. Nunca se imaginó que Damian reaccionaría así con el estado que lo convalecía. Ni siquiera pensó que podría hacerlo. Damian apenas y podía moverse; no cruzó por su mente que le saltaría a Dick encima con claras intenciones de vengarse.

Timothy perdió un par de segundos reflexionando y asimilando lo que veía. Cuando Richard gimió un poco al sentir los puños de Damian partirle el labio, fue que sacudió la cabeza y decidió moverse para intervenir.

-¡MALDITO INFELIZ VOY A MATARTE! –Gritaba Damian enajenado y sin mesurar sus puñetazos ni su fuerza-.

-¡Damian! –Decidió Tim interponerse-.

Aventó el casco y bajó de la moto, pero se quedó a escasos dos pasos de atajar al menor cuando Richard se adelantó y empujó violentamente a su atacante quitándoselo de encima.

Timothy volvió a detenerse. Escogió analizar la situación antes de mover un músculo, pero mejor hubiera sido interrumpir aquel trato nefasto que Richard le devolvió al más joven de los tres.

Kidnapper Peach [TimJay]Where stories live. Discover now