Parte 41

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Algunas horas pasaron con sus pieles cobijadas bajo el agua fría. Timothy ni siquiera se dio cuenta del momento de su rendición al sueño. Justo se quedó sentado, en la misma posición, abrazando a Jason, sosteniendo su cabeza y su cuerpo inconscientemente para no dejarlo hundirse. Timothy se perdió ante su cansancio y dolencias, pero ni siquiera así, mientras los dos yacían sobre lo liso de la porcelana, el de la capa roja lo abandonó a su suerte.

La tarde ya los cubría y el frío fue quien trajo de vuelta a Tim. Entreabrió los ojos observando la habitación apenas alumbrada por los últimos rayos de Sol. Lo primero en su mente fue Jason. En ese instante, como dagas atacando a sus pensamientos profunda y dolorosamente, todos los recuerdos fatídicos que involucraban a su prisionero y la tragedia que había sufrido lo atravesaron instantáneamente. Se sobresaltó aterrado y preocupado. Sin embargo, al percibir en sus brazos el cuerpo lánguido de su amado, detuvo su desesperación, pero al menos recuperó la respiración.

Agitó su cabeza intentando recuperar el resto de sus sentidos y principalmente, su sentido común. Percibió la temperatura del agua y lo gélido en la piel de Jason. Así comprobó que la fiebre en su amigo había disminuido, aunque sólo un poco. se enteró también del tiempo que estúpidamente perdió. Al no ver luz en el recinto, Timothy cayó en cuenta de la idiotez que había hecho quedándose dormido. Desperdició tiempo valioso.

Se levantó deprisa cuidando de no maltratar a Jason en el proceso, pero muy torpemente, irguió sus piernas, pues se hallaba entumecido y bastante atontado por su precario estado. El dolor lo apabulló de inmediato; lo frío del agua empeoró sus heridas. Si bien la inflamación disminuyó, el dolor aumentó. Se retorció algunos segundos y se quejó soltando maldiciones.

El agua negruzca se escurría por los bordes de la bañera, así como de la piel lacerada de Timothy, quien tambaleaba, tropezaba y se esforzaba por girar las llaves de la regadera. El agua continuaba fría, pero ahora se llevaba la mugre, el lodo y la sangre que se había mezclado con su baño. Se recargó en la pared tocando la cabeza de Jason para apoyarla en sus muslos. Esperó algunos minutos hasta que el agua limpia purificara sus pieles rasgadas.

Mientras todo fluía, el cerebro agarrotado de Timothy comenzaba a reflexionar en el obscuro futuro que se avecinaba para él, pero, sobre todo, en el incierto destino que Jason debía afrontar a partir de ahora. Por primera vez en su vida, Tim sintió que no existía alguna respuesta o una salida. Con semejante panorama desolador, a Tim le fue consolador llorar nuevamente. Ahí se mantuvo inestable, sintiéndose culpable, percibiendo el gigantesco dolor de su alma.

Con la bañera vacía, aguardó a estabilizar su equilibrio un poco y cerró los grifos. Le fue una tarea titánica acomodar a Jason y luego salir del mueble. Para él, fue inevitable no caer torpemente al poner un pie afuera. Su cuerpo le ardía y la jaqueca lo empeoraba todo. El edificio giraba a su alrededor, sentía vomitar otra vez, pero nada de eso le impedía continuar con sus malos intentos de salvamento.

Cayó varias veces, pues su cuerpo yacía acalambrado no sólo por el agua fría, sino por sus heridas que estaban agravándose con los minutos y sus movimientos bruscos. Una última vez flaqueó y se tumbó sobre el suelo encharcado.

-Hace frío... -Murmuró percatando de su propia desnudez-.

En consecuencia, también reparó que Jason necesitaba abrigo de inmediato. No deseaba por nada en el mundo que su estado se agravara. No le fue bien bajándole la fiebre. No contó con quedarse estúpidamente dormido y empeorar algo más.

Ahí sentado en el suelo mojado y frío, pensando en todo lo que le rodeaba y viendo a Jason inconsciente y diseminado por la tina de baño, sintiendo dolor y cansancio, ahí, en el medio de la nada y sin un camino seguro para seguir, Timothy aceptó su existencia miserable y sus nulas posibilidades de salir indemne. Sintió lástima por sí mismo y por todo el escenario que se caía a pedazos, así como de su propia vida y de la solución que ya no veía. Suspiró lamentándose, tallándose la cara, queriendo desaparecer. En ningún momento dejó de llorar.

Kidnapper Peach [TimJay]Where stories live. Discover now