Parte 9

638 68 31
                                        

Pasó la noche en vela reflexionando esas últimas palabras. Fingió dormir para no tener que lidiar con aquel hombre de la máscara. Y aunque lo intentara, el sueño no llegaba. Su mente trabajaba horas extra pensando en el significado detrás de esa última charla. "Date la oportunidad de redescubrirme, de amar, de sentirte protegido... El estúpido de Richard no te merecía y nunca supo lo que tenía a su lado... Juro por mi vida que yo haré que me ames sinceramente...Porque yo te corresponderé de la misma manera... Lo juro..." Recordó nuevamente.

A veces el hombre enmascarado dormía junto a él, pero desde que liberó sus manos y sus ojos, ahora su lecho era el sofá. Así que en lo que cabía, no debió preocuparse por ser manoseado, no al menos esos últimos días. Se preguntaba cómo y cuándo sería la próxima vez. Pasó del mismo modo cuando convalecía luego de enfermar por no comer. Lo dejó ser un tiempo y luego lo asaltó nuevamente. Seguramente, era cuestión de tiempo antes de ser ultrajado de nueva cuenta. Y más después de tantos días sin ser su víctima.

Le preocupaba, sí, pero le inquietaba más el hecho de ver su cuerpo reaccionar a los toques y caricias. Incluso había momentos en que se le olvidaban sus circunstancias reales. Aun así, no iba a entregarse como un orgulloso cordero en sacrificio. Lucharía y se resistiría, y más cuando ese sujeto le dijo al ojiturquesa que estaba destinado a amarlo.

"¡Nunca!" Jason declaró en su cabeza, apretando sus puños.

-¡Jason despierta! ¡Ya casi es medio día y quiero que veas lo que te traje! –El sujeto habló sacudiendo el hombro del renegado-. ¡Vamos, ya levántate!

-¡No me toques! –Reclamó en respuesta, sentándose para evitarle un movimiento repetido-.

-¡No estés de gruñón, Jason! ¡Y mira, ven! –Le indicó mostrándole una pila de libros sobre la mesa del comedor-.

El renegado, perplejo, enfocó su vista incrédulamente. Abandonó la cama casi hipnotizado. Avanzó al encuentro de aquellos textos.

-Supongo que te faltan muchos lugares por explorar en la propiedad, pero si te aburres, puedes leer todo lo que quieras. Te traje los títulos de los autores que más te gustan, aunque si hay algún otro que querias, sólo pídemelo y te lo traeré... -Explicó el hombre, siguiendo a Jason hasta la mesa-.

El ojiturquesa tomó cada uno de los libros, observando las portadas e inconscientemente sonriendo al ver de cuales se trataban.

-¡No sabía que este autor ya había sacado uno nuevo! ¡Increíble! –Expresó Jason infantilmente, de verdad ignorando por algunos segundos la realidad que lo ahogaba penosamente-.

-La preventa fue hace dos semanas. Sólo pasé a recogerlo. –El de la máscara mencionó sentándose a la mesa-.

-¿Y éste? ¿En serio es el que creo? ¿"La mano en la brisa"? –Inquirió con bastante normalidad, como si de un encuentro familiar y amistoso se tratara-.

-Sé que lo perdiste por culpa de tu hermano Damian. El pequeño demonio lo arrojó al fogón. Me costó un poco de trabajo encontrarlo, pero si le llegas al precio a la persona indicada, te puede conseguir lo que sea...

-Pero... creí que ya no había ediciones disponibles... El que yo tenía me lo dio...

-Alfred. Lo sé. –El tipo interrumpió extrayendo a Jason de su momento embelesador-.

Apartó su vista del libro llevándola al sujeto que yacía frente a él. Permaneció segundo enteros comprendiendo lo que se desplegaba en ese instante. ¿Cómo sabía de su gusto por la lectura? ¿Y más de los detalles más particulares de su pasatiempo? ¿Cómo sabía de ese libro que Damian arrojó a la chimenea cuando peleaba con Timothy? ¿Cómo sabía de esa noche que lo perdió por culpa de ese enano fastidioso? Y peor aún, ¿cómo sabía que había sido Alfred quien se lo había obsequiado? Nadie sabía de eso excepto el propio Alfred, Bruce y... y... ¿Tim?

Kidnapper Peach [TimJay]Where stories live. Discover now