Parte 1

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La cornisa de pronto se volvió divertida. Los últimos ladrones que detuvo no satisficieron su violenta personalidad. Se subió a la orilla balanceándose irresponsablemente. Jason saltaba y bailaba girando, parándose de manos graciosamente, pateando enardecidamente enemigos imaginarios, agitándose mientras sofocaba sus intentos por sonreír desinhibidamente. Nada lo ponía tan feliz como pensar en Dick y en la idea de ser sostenido entre sus brazos. Mejor respiraba y recomenzaba su danza infantil. En algo debía entretenerse mientras esperaba a su cita.

Llego a la orilla, dio media vuelta y se idealizó para encaminarse nuevamente sobre la cornisa, sin embargo, un ligero sonido llamó su atención. Levantó la vista abandonando la estrecha superficie.

-¿Dick? –Preguntó estirando sus labios-. Ya te oí, no eres nada sigiloso... Te hace falta entrenar...

Pero sólo el escándalo urbano le acompañó en esos instantes. Levantó las cejas indagando, caminando hacia el centro de aquel techo.

-¿Dick? –Repitió mostrando su emoción en la cara-. Ya sé que estás ahí... Ya sal, bobo...

Nuevamente, nada ni nadie le respondió. Avanzó otros pasos llegando a las enormes tuberías de las calderas. Se quitó el casco arreglando su cabello.

-Dick... -Llamó-. Si quieres asustarme, estás hablando con el hombre equivocado...

Le bastaron unos segundos para comenzar a dudar de lo que creyó oír. Estuvo dispuesto a dar media vuelta cuando escuchó otra vez aquel sonido inicial.

-¿Una capa? –Musitó al pensar en la prenda ondeándose con el viento-. Dick no usa capa...

Alcanzó a decir antes de percibir una profunda punzada en la espalda. Giró enseguida buscando la causa cuando un puñetazo le impidió la tarea. Cayó al suelo aturdido, alarmado por encontrar al responsable, pero fue tonto pensar que esa punzada había profesado inocencia. Era el clásico residuo de una inyección, la cual iba cargada de algún sedante, cuyos efectos comenzaban a atraparlo en la inconsciencia. Ni siquiera pudo apoyar las manos para levantarse, su cuerpo dejó casi instantáneamente de responderle. El cielo nocturno se mostró mucho más obscuro de lo que era, tanto que la penetrante sombra que se postró frente a sí fue imposible enfocar.

Cerró sus ojos contra su voluntad, sumiéndose en una extraña preocupación.

Sintió frío en su cuerpo. La molestia le sugirió moverse y apartarse de la sensación, pero inútil fue su esfuerzo al darse cuenta de las esposas que lo limitaban a la cama. Y no sólo sus manos, también sus pies se involucraron en ese extraño sometimiento, así como sus ojos que permanecían obstaculizados por una venda.

-¿Qué sucede...? –Preguntó torpemente, distinguiendo los efectos de la droga todavía en su sangre-.

-No te preocupes... -Escuchó una voz masculina claramente sintetizada-.

-¿Quién eres? ¿Qué quieres?

-Creo que es obvio... -Le respondió posándole una mano encima-.

Entonces comprendió por qué percibía el ambiente gélido; su piel completa se exponía indefensa ante aquel que osaba tocarlo decididamente.

-¿Qué haces? –Jason reclamó exaltado-. ¡No me toques! –Ordenó al sentir las manos de aquella persona sobre su dorso-.

-Calma... -Esa voz le sugirió, escuchándolo más cerca de lo que quería-.

El renegado se tensó oponiendo resistencia, pues imaginó lo que vendría después de que su cara fue sujetada con fuerza. El beso que fue obligado a recibir lo paralizó enfurecido. Se resistió incluso con su respiración, pero no fue oponente para aquellos labios que se agasajaron con los suyos.

Kidnapper Peach [TimJay]Where stories live. Discover now