Kidnapper Peach [TimJay]

Parte 3

Cuando se encontró consciente nuevamente, el sujeto lo condujo amablemente a la mesa. No lo ató a la silla como otras veces, se conformó con las esposas a la espalda. Lo dejó disfrutar al menos de la idea de libertad, pues en cualquier momento podía levantarse y correr a donde quisiera, sin embargo, incluso Jason sabía que eso era mala idea. No se arriesgaría a lastimarse por causa de su ceguera. Y todo se volvería en su contra con un hueso roto o una herida en la cabeza.

Le dio de comer sin recibir amenazas o groserías, ni siquiera una palabra limitante. Jason abría su boca acogiendo las cucharadas de sopa, los mordiscos de pan, los pequeños trozos de carne y el simple, pero delicioso puré de papa. No comió mucho, pero sí probó variedad. Bebió agua hasta hartarse y hubiese continuado comiendo, pero pronto empezó a cabecear. Su respiración se tranquilizaba apaciguando sus sentidos, dentro de poco, Jason caería completamente dormido.

El sujeto dio por terminada la cena. Se sorprendió y se alegró al darse cuenta de lo apacible que había resultado la comida. Al final no debió recurrir a métodos extravagantes para hacer pasar los alimentos por su garganta. Luego, pronosticando el resultado, sonrió al mirarlo recargar su cabeza en el respaldo y quedarse dormido posteriormente.

El hombre sin rostro suspiró destensando sus hombros. Aunque no era capaz de demostrarlo, realmente se había asustado. Observar el cuerpo tendido, febril, frágil e inmóvil de la persona que más amaba en el mundo, de verdad le partió el alma. Pensó en lo peor, y le dolió no poder expresarse con sinceridad, debía mantenerse ecuánime y tranquilo para no perder el hilo de la seguridad; lo más importante era atender a Jason y no sucumbir a los miedos. Ahora se le veía mejor, el renegado comenzaba a recuperarse. Saberlo, le hizo estirar sus labios pronunciando una sonrisa infantil.

Acarició su rostro peinando su cabello. Antes de tomarlo en brazos se aseguró de que no despertaría con un beso.

-Perdóname... Juro que no volveré a descuidarte... -El sujeto le susurró llevándoselo a la cama-.

Lo recostó en el lecho arropándolo gentilmente.

-Descansa, Jason... -Le dijo besando su frente, retirándose a limpiar la mesa y los utensilios que ocupó para cocinar-.

Esa pequeña rutina se repitió un par de días. Jason apenas y hablaba, apenas y reaccionaba, apenas y dedicaba algo de su presencia en admitir su molestia. Había sido una estupidez portarse caprichosamente. Incluso él debía reconocer que dejarse llevar por esas niñerías pudo haberle costado muy caro. Lo único que debía priorizarse en su mente era pensar en una salida, en un medio para escapar, en algún método para huir, no en recuperarse de una mala decisión. Ganar fuerza y estar saludable ahora se habían convertido en su única primacía; no tenía por qué distraerse ni deliberar de más. Además, convenía aprovechar que el sujeto no lo había obligado a hacer algo que no quisiera, ni siquiera tocado de forma indebida o bochornosa, salvo en las noches, que se acostaba junto a él abrazándolo, estando al pendiente de su temperatura, de su descanso, de sus sueños. Algo que a Jason incomodaba, inclusive más que aquellas violaciones.

Durante una de sus siestas, le fue imposible no percibir el frío del lugar. El clima había cambiado, volviendo aquel sitio un centro gélido. Aunque Jason no podía escucharla, la lluvia no le daba cuartel al edificio.

Despertó queriendo buscar una posición que le diera calor. Se retorció tratando de hundirse entre las sábanas, pues con sus manos inutilizadas no halló un mejor método.

Luchó torpemente intentando ganarse la piedad de las mantas, pero por más que peleó, el éxito no llegó. Se molestó desquiciantemente; si no encontraba calor, no podría volver a dormir. Bufó tragándose las ganas de pedir ayuda, ni aunque su vida corriera peligro, jamás se rebajaría a dirigirle la palabra a aquel hombre, y menos para algo tan absurdo como era arroparse. Impensable algo parecido, la sola idea le provocó náuseas y repugnancia. Le bastó ese pensamiento inútil para virarse e ignorar todo a su alrededor.