Luego de arrastrarlo y dejarlo abandonado junto a un árbol, los quejidos de Jason se alzaron en medio de aquel solitario y frío lugar. Su voz adolorida escapaba contra su voluntad, aunque no estaba realmente seguro de qué parte del cuerpo le dolía más para gruñir de ese modo.
Sentía tanto dolor que su respiración se concentraba en mantenerse despierto, aunque percibiera su cuerpo quemándose desde adentro. Se retorció en el suelo intentando mitigar la dolorosa sensación.
"No te desmayes...". Se repetía Jason para sí mismo una y otra vez rogando para no ceder ante la inconsciencia; pues por nada en el mundo iba a volver a desmayarse, ya que como se desarrollaban las cosas, quizá no despertaría de nuevo.
A su mente febril arribaron imágenes descontroladas donde era torturado miles de veces repetitivas con su encarcelamiento bajo tierra. Esos momentos en completa obscuridad lo aterraron hasta hacerlo llorar. Sus lágrimas brotaban y él se mordía los labios en un mal intento por no dejarlas salir. Su martirio aumentaba exponencialmente y eso lo estaba haciendo perder la razón. Entre el miedo, el dolor y su euforia, Jason comenzaba a perderse a sí mismo.
El temblor en su cuerpo fue ya imparable. Los espasmos, el sudor y sus lágrimas lo aturdieron en su delirio. Jason perdía los estribos y con ello, la poca calma que su temple conservaba para mantenerlo ecuánime. Lentamente, cedía ante la derrota y el pánico.
"Estoy muerto... he muerto...". Pensó de repente. Teniendo dolorosamente esa idea como si una daga se hubiera incrustado justo en su pecho. "He muerto...". Se repitió muy a su pesar, creyéndose ya en un hoyo entre la maleza que rodeaba la capilla. "He...". Ese tedioso pensamiento quiso volver a surgir, sin embargo, una imagen se adelantó a su miedo, y conforme su cabeza era invadida por aquella figura por demás conocida, una voz se incrustó en su mente y en su alma.
"No, Jason...". Aquella voz le dijo. "Claro que no estás muerto. No seas estúpido." Anunció aquella presencia mientras mostraba su fachada cerca del rostro del renegado. "Jason, levántate. Levántate." Pidió en tanto su cara cubierta con una máscara blanca se aproximaba hasta hacer llegar su cálido aliento a las mejillas de Jason. "Jason...". El muchacho lo oía y lo veía borrosamente.
-¿Tim...? –Susurró apenas audiblemente-.
"¡¿Qué?! ¡¿Tim?!" Pensó. "No... yo... ¡¿Pero qué estoy diciendo?! ¡¿Tim?! ¡Él no es Tim! ¡¿Por qué pienso en él?! ¡¿Por qué pienso en él ahora?! ¡¿Y más importante aún, por qué pienso en este imbécil de la máscara justo en estos momentos?! ¡No, ¿por qué está aquí para empezar?! ¡Se fue! ¡Me dejó como siempre y yo...! ¡NO, NO, NO, NO, NO, NO! ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTOY DICIENDO?! ¡Él no me importa! ¡Vete! ¡Vete, vete, vete!" Pensaba cada vez más arraigado, avergonzado y desesperado. "¡¿Qué está sucediendo?! ¡¿Por qué estás aquí?! ¡¿Por qué es la voz de Tim la que escucho saliendo de tu boca?! ¡¿Por qué, por qué, por qué...?! ¡¿Por qué no llegaste antes...?! Yo... yo...". Se dio cuenta de lo que a su cabeza se le ocurría. "¿Qué...? No... yo...".
-¿Qué... digo...? –Farfulló tratando de enfocar al sujeto frente a él que insistía con mirarlo de cerca-. Tú...
-Jason... Levántate... -Pidió el hombre de la máscara-. Jason, levántate... Jason... Jason... –Llamaba constante-.
Incluso sintió su rostro ser tocado.
-Jason... –Repitió mientras su mano acariciaba el cabello recién cortado del renegado-.
-No... Déjame... No te necesito... –Expresó dolido-. No te necesito... No...
-Jason... –Insistió con su voz firme, pero sin dejar de acariciar a Jason-. Escúchame, no estás muerto... Levántate...
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Kidnapper Peach [TimJay]
Fiksi Penggemar¿Dónde está la línea entre amor y obsesión? Es una pregunta que Jason se hace todos los días desde que fue secuestrado y confinado a una celda edénica. Su captor lo consiente, lo alimenta, lo baña y lo atiende, pero no siempre a cambio de nada, sin...