Parte 4

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Las sábanas contra su cara lo ahogaban un poco. El aire que necesitaba no arribaba a sus pulmones como lo ordenaba. Los movimientos en sus caderas y sus manos inutilizadas lo empujaban a sostenerse con el cuello. Ladeaba su cara buscando no sofocarse, pero le era bastante titánica la tarea. Lo único que le permitía crearse un espacio para respirar eran sus piernas flexionadas y los brazos del tipo que lo sostenía de la cintura.

Los impetuosos embistes lo incitaban a gemir, pero no se atrevía o se desmayaría por la falta de oxígeno. Se mordía los labios fingiendo resistencia, cuando en realidad moría por gritar, pero jamás le daría ese gusto, no a él, no al demonio que lo había secuestrado y lo retenía usándolo como un muñeco de carne.

-Hazlo, Jason... -Le indicó agitado, limpiándose el sudor-.

El ojiturquesa no hablaba, no podía.

-Jason... dilo, dímelo... -Pidió tomando entre sus dedos la pieza clave del muchacho postrado-. Sólo una palabra y dejaré que descanses... Vamos, dímelo...

-N-no... Cá... lla...te... -Respondió abriendo su boca para inhalar fuerte y profundo-.

-No seas terco...

-N-no...

-Como quieras... -Finiquitó saliendo estrepitosamente, sembrando un estremecimiento en el cuerpo del renegado-.

Tomó sus hombros ayudándolo a girar, acomodándolo para que le diera la cara. Abrió sus piernas sin cautela, cargándolas, aprovechando la flexibilidad desarrollada, saboreando la vista, estimulándose, inspirándose.

Su cautivo agradeció la posición, tragó tanto aire como pudo con sólo una bocanada. Acto que casi inmediatamente lamentó, pues el ambiente enrarecido con ese aroma empalagoso a durazno le hizo doler irremediablemente la cabeza.

-¿Lo dirás?

-Mu... muérete... -Jason contestó forzando su abdomen a bajar el ritmo de su respiración-.

-Eres adorable... -Le susurró acercando su rostro y limitándose a besarlo indiscriminadamente-.

El segundo hijo volteó su cara dando por terminada la caricia forzada.

-Te... te odio... -Musitó Jason fríamente-.

-No lo dudo... -Respondió burlonamente-. Pero mientras estés aquí, te recomiendo que disfrutes nuestros encuentros, o de lo contrario podrías pasarla muy mal... -Confesó entrando nueva y repentinamente-.

El silencio abrumador de la habitación fue rota por un grito sincero e insondable, naciente de la garganta del exmercenario.

-Dilo, Jason... Dilo... Sólo dos palabras y dejaré que te duermas...

-¡No!

-¡Dilo!

-¡No!

-Como desees... -Expresó encajándose fuerte y profundamente-.

Jason no paró de gemir, de desgarrar su voz percibiendo el dolor en su intimidad. Atiesar la quijada y rechinar los dientes ya no fueron opciones. Sus muñecas yacían laceradas por las cadenas que tensaba intentando ilusamente deshacerse de ellas. Levantaba su espalda queriendo correr, pero era atajado por más arremetidas. Las tinieblas donde sus ojos se encontraban lo volvían todo peor, provocándole visiones aterradoras e ideas desesperadas. Las penetraciones lo estaban destrozando, poco a poco cedía su orgullo, doblegaba su voluntad. Lo pensó, real y lastimosamente, lo reflexionó. "Una vez y nada más." Se dijo en su cabeza.

-Te... te... te quiero... ¡Te quiero! –Reveló entre gritos y sofocaciones-. ¡Por favor, para! ¡No sigas, por favor! –Imploró jadeante, desfallecido-.

Kidnapper Peach [TimJay]Where stories live. Discover now