Más de medio día ya se alzaba sobre la capilla. El Sol se deslizaba quisquilloso a través de los vitrales. Era un día frío debido al otoño, pero sólo si se permanecía en la sombra y no había cobijo. Eso lo comprobó Jason al sacar sus brazos por encima de las mantas e inmediatamente sentir lo gélido de la habitación. Inevitablemente, despertó al querer cubrirse.
Entreabrió los ojos de forma inercial. No pensaba en otra cosa más que en dormir. Pero muy pronta fue su desilusión al darse cuenta de la mañana que ya había llegado. Y como una descarga eléctrica, recordó repentinamente sus obligaciones.
-¡El desayuno! -Exclamó aventando las mantas, saliendo de la cama con un solo brinco-.
Sin embargo, una apuñalante jaqueca casi lo derriba al ponerse de pie. Se mareó enseguida y debió recargarse en el velador para no caer. Se apoyó tan fuerte que tiró la jarra de agua que ahí permanecía. Todo el líquido se regó sin remedio, así como las decenas de vidrios que dejó la jarra quebrada. Su descuido sucedió tan rápido que Jason no evitó tambalearse y pisar algunos de los trozos de cristal. Con sus pie descalzo, una herida fue inevitable para el renegado.
El muchacho volvió a la cama de un sentón. Ya no supo en dónde dejar caer sus maldiciones, si sobre su jaqueca y su obvia resaca o sobre la punzante y chorreante lesión del pie. Sulfuró enojándose, anunciando su desgracia a cada rincón de la capilla.
Se tomó unos segundos para tranquilizarse. Se frotó el rostro y respiró hondamente. Agachó su rostro enfocando el desastre que había provocado. Observó malhumorado el suelo mojado y los vidrios regados. El dolor en su cabeza no hacía más que aumentar, pero ni eso o lo complicado de su mañana le evitaron darse cuenta que su celador no había ido en su ayuda. Entonces levantó el rostro buscando disimuladamente a su alrededor.
-Qué raro... -Musitó afirmando que se encontraba solo-. Podría asegurar que con el ruido que hice, ese tipo ya estaría sobre mí preguntando qué había pasado...
Pero lejos de darse una respuesta a la ausencia del enmascarado, esas palabras que salieron de su boca empujaron a Jason a recordar repentinamente la charla que mantuvo con su captor después de la cena. O al menos parte de ella, pues cuando quiso rememorar cómo había terminado la noche, no fue capaz de completar las secuencias de las vagas imágenes que el alcohol le dejó.
-¡¿Qué rayos?! -Se exclamó Jason un poco nervioso-. ¿Qué pasó...? Yo... y él... -Se inquiría de verdad con dificultades, ya que no lograba completar la continuidad de sus recuerdos-.
Suspiró desganado, rindiéndose a su malestar, dejándose caer sobre la cama tan holgado como su sintomatología le permitió.
-No puedo creer que haya bebido así, ¡demonios...! -Exclamó girándose sobre su costado, levantando su pierna para que su pie herido dejara de tocar el suelo-.
"Ambos... ambos estábamos cenando, ¿no? Sí, eso hacíamos. ¿Y luego? Luego nos quedamos ahí... sentados en la mesa y... y... ¿Qué? ¿Qué pasó?" Se preguntaba Jason intrigándose y entrando en pánico por su falta de respuestas claras. "Él se preparó un café y yo seguí bebiendo y... y..."
-Hablamos... -Se dijo permaneciendo estático-.
Se sonrojó con sólo recordar algunas de las cosas dichas y escuchadas. Luego se mordió los labios al rememorar algunas sensaciones e imágenes y ya no palabras concretas o conceptos exactos. El rubor en sus mejillas aumentó pensando en que quizás actuó indebidamente. Y es que de pronto, le dio un escalofrío al pensar que dijo o hizo algo que lo puso en una situación bochornosa o peligrosa.
-¿Peligrosa? -Se inquirió Jason asustado-. ¡Rayos! -Exclamó tocándose las piernas y su abdomen-. N-no... No pudo haber pasado... Yo no... yo no... y él dijo que... no... ¿O... o... o sí...? -Musitó dudando de lo que iba a hacer a continuación-. N-no... ¡Él dijo que no me tocaría! ¡No pudo haberme tocado... ¿o sí?! ¡No... no...! No pasó nada... -Se dijo en tanto llevaba sus manos temblorosas a las costuras de su playera-.
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Kidnapper Peach [TimJay]
Fanfiction¿Dónde está la línea entre amor y obsesión? Es una pregunta que Jason se hace todos los días desde que fue secuestrado y confinado a una celda edénica. Su captor lo consiente, lo alimenta, lo baña y lo atiende, pero no siempre a cambio de nada, sin...