Kidnapper Peach [TimJay]

Parte 25

Lo recordaba claro. Lo tenía presente cada vez que cerraba los ojos y quería dormir. Aquellas imágenes no lo abandonaban y no era para menos. No iba a superar aquellas atrocidades a las que sometió a Jason.

Eso lo perseguiría el resto de la existencia, aun cuando ellos, por obra divina y milagrosa, lograran arreglarlo todo, Timothy jamás se desharía de su culpa. Culpa que lo atormentaba, pero sólo en aquellos parajes. Y no por cinismo o hipocresía, sino porque en su dolor, ingenua y ardidamente, Timothy pensó que aquel camino le devolvería su gran amor.

Su corazón estaba tan destrozado y su alma tan muerta que no halló otra salida a su sufrimiento que seguir aquellas palabras que Dick le había dedicado. "Jason lo ama porque lo hace sufrir." Se decía Timothy cada vez que quería desistir en su plan. "Sólo así lo recuperaré, sólo de este modo, Jason me amará como yo lo amo." Se repetía cuando el miedo y la duda lo atacaban, pues a pesar de su ferviente deseo nacido de su angustia, su consciencia y el amor que le tenía a Jason lo hacían pensarse dos veces su decisión.

Sin embargo, aun cuando ya había todo preparado, la hesitación lo mantenía renuente. Muy dentro de él, Timothy sabía que lo que hacía o iba a hacer estaba mal. Sabía de antemano que era peligroso, insano y cruel. Reconocía de sobra que Jason sufriría y que terminaría lastimándolo.

No obstante, más grande era su desesperación y su tristeza. Tan colosal, que su visión fue cegada con la ilusión que Richard le inculcó en sus propios sentimientos. Lo único en que podía pensar al final, era en el cariño que recibiría de Jason una vez que entablara la misma relación que Dick mantuvo con él. "Si lo hago de la misma forma, Jason me amará nuevamente. Estaremos juntos. Ambos seremos felices. Si le funcionó a ese estúpido, yo lo lograré con mayor razón." Tim rezaba tercamente para darse valor y despejar sus temores.

Pese a todos los detalles que Timothy había cuidado para ejecutar el secuestro, su alma sincera lo detenía de forma inconsciente. Su culpa no lo dejó actuar hasta dos semanas después de haber completado los preparativos. Repasaba su plan reiteradamente bajo la excusa de no querer errores, pero lo que en realidad pasaba, era que le asustaba todo lo que pudiese suceder. Porque franca y vehementemente, no quería herir a Jason.

Escalofriantemente, su ser se dividió en dos posturas. Una que se dejaba guiar por su dolor y despecho y que paulatinamente ganaba terreno, y otra que no dejaba de considerar lo que Jason y su corazón necesitaban, algo que se resumía en cariño y bastante comprensión.

Con esos dos caminos por elegir, Timothy se debatía sin usar palabras, sólo teniendo emociones o ansiedades que se reflejaban en pretextos para no actuar y buscar otra forma menos invasiva. Sin embargo, ese mismo y hermoso amor que le profesaba a Jason y que lo obligaba a reflexionar sobre el secuestro y sus consecuencias, también lo inspiraba fuertemente a ya no retrasar, en su distorsionada percepción, la única opción que le quedaba, pues ni siquiera podía pensar en el renegado sin querer ahorcar a Richard buscando la liberación de su amor.

Los días pasaron luego de la obscura confesión de Jason. "¡Lo amo, amo a Dick...!" Esas palabras en voz del ojiturquesa se encajaban dolorosa y tortuosamente en el temple de Tim. La asquerosa sensación que le provocaba el sólo recordarlas lo volvía loco y más ansioso. Él mismo decaía y se regresaba a la fosa de sus intenciones mal enfocadas y sus malquerencias. Retomaba su obscura inspiración y continuaba detallando los puntos del secuestro.

Durante una noche de vigilancia, todo se volvió tangible y posible en su plan. Fue un momento antes de salir a patrullar, que Timothy estalló en rabia, encontrando finalmente el último empuje para la consumación del rapto. Y la puñalada que lo incitó, por supuesto que se relacionaba con el mayor de los petirrojos. El mismo que se arrojó violentamente sobre Jason mientras éste terminaba de ajustar su vestimenta.