— ¿Se puede saber a que estas jugando?— dice mientras me obliga a subir las escaleras con él.
—¿¡Que mierda te pasa!?—le digo con enojo cuando me encierra en uno de los cuartos cerrandolo con llaves.
— ¡A tí qué cojones te pasa!— me contradice.
—Joder, ¿si no te gusta el infierno para que rayos le coqueteas al diablo?—Digo por poco gritando, Devon me da la espalda mientras aprieta ambos puño.
—Vete a la mierda Chloë, estoy harto de tus jueguitos estúpidos.
Él alza sus manos como si se rindiera en la batalla.
—¿Y ahora soy yo la que juega contigo? Cuando eres tú el que me tiene en una cuerda floja, primero dices que sí y luego que no.— la cólera irrumpe por completo en todo mi ser— Me dices cosas bonitas y luego vas y te metes con otra ¡No te entiendo!
—¿¡Que no entiendes!?—su tono de voz es tan alto que de no estar tan furiosa me hubiera encogido de miedo—¿Que me vuelves loco? ¿Que quiero quitarte ese vestido que traes puesto y hacerte mía?
Trago saliva en seco—No digas estupideces, ¡Te vi con esa chica en el baño!
Devon me sujeta del cuello y coloca su mentón cerca de mi oído.—Estúpidas son las fantasías que tengo de quitarte esa ropa interior azul que traes puesta.
¿Cómo sabía que mi ropa interior era azul?
—Me estuviste espiando.—afirmo en un hilo de voz.
Esas palabras fueron el detonante perfecto para que él baje sus manos hasta mi cintura y bese mis labios como si fuera algo que había estado deseando hace tiempo. Tardo unos segundos en asimilar lo que esta ocurriendo, pero finalmente siento el sabor a tabaco y menta en mi boca y un jadeo se escapa de mis labios.
¿Cómo podía ser que unos simples labios se sintieran tan bien?
En un movimiento cargado de lujuria Devon levanta mi vestido y puedo sentir cómo sus dedos tocan mi zona íntima sobre la tela de la braga.
<<me encantas>> lo escucho decir y podría jurar que de no ser porque me ha pegado a la pared hubiera caído al suelo, él definitivamente sería mi perdición.
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Reina el amor duele (COMPLETA✔️)
Teen Fictionojos grises. pelo negro azabache. brazos con más tatuajes de los que puedes contar y una mirada escalofriantemente seductora. Sonaba perfecto, pero como el Jardín del Edén, alguien rompe las reglas y lo desmorona todo. No sabía que al entrar en la u...