Capitulo 30🔪🩸

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Devon monssonman.

Mi móvil comienza a sonar haciendo un gran estruendo, me remuevo entre las las sábanas intentando ignorar el ruido pero Chloë murmura algo y me veo obligado a atender la llamada.

Victoria.

Cuando Victoria era quien me llamaba nada bueno ocurría y cuando digo nada bueno es nada bueno.

—¿Qué pasa?—digo algo enfadado.

Veo que la rubia que duerme a mi lado y siento un deseo irracional por tocar su pálido rostro, se la ve despreocupada pero aún así mantiene esa chipa irritante y curiosa que tanta me vuela la cabeza.

—Tenemos a Massimo.

Las palabras de Victoria suenan tensas por lo que me veo obligado a preguntarle si el hombre aún está vivo.

—Si, Connor lo está interrogando.—responde.

Suelto un gran suspiro—Voy.

Cortó la comunicación y me pongo en pie destapando ligeramente el cuerpo de la rubia, quien se está haciéndose la dormida. La había visto abrir los ojos y cerrarlos con rapidez cuando corte la llamada.

—Sé qué estás despierta.—me encojo de hombros mientras veo como abre los ojos.

—¿Vas a irte?—pregunta envolviendo su cuerpo desnudo en las sábanas.

—¿Este es el momento en el que comenzamos a pedirle explicaciones al otro?

Chloë me mira unos instante antes de bostezar—Solo me da curiosidad.

—Claro, ¿por eso estabas escuchando la conversación?—ella niega con la cabeza pero no dice nada.—Espérame aquí—Le digo cuando acabó de vestirme.—Volver cuánto antes.

—¿No vas a sacarme a la calle?—se burla.

—Quizás luego.

 
(...)

—¿Sabes lo que significa que continúen enviando gente para asesinarnos?—Connor tiene al hombre agarrado del cuello y con un arma le apunta en la frente.

—No sé de qué hablan... yo...

El hombre de pelo castaño solloza y llora mientras intenta sacarse al colorado de encima, por otro lado Evans observa toda la situación divertido y con una mirada deseosa de acabar con toda vida del miserable.

—Tu hija está con su amiga ¿Verdad?—le pregunta Evans mientras se cruza de brazos.

Definitivamente Connor era el alma agresiva del grupo, Evans era un maldito asesino dispuesto a ser lo que sea para conseguir lo que quiere y Victoria, pues... Es como Evans multiplicado por tres.

El rostro del hombre se vuelve la imagen viva del horror, el rubio sabía a la perfección tocar los puntos débiles de las personas. Había leído miles de libros de psicología sin contar que era el mejor para conseguir información de quienes serían sus próximas víctimas estoy casi seguro que eso lo aprendió de Victoria quién resulta ser tan calculadora e inteligente que asusta.

Recuerdo aquella primera vez que la vi en casa de Evans, para cuando yo había aprendido su nombre ella ya sabía hasta en qué hospital había nacido.

—Hablaré con mapache, se los juro.—el golpe que le había dado Connor en el ojo comenzó a hincharse dejando su visión a la miseria—No le hagan nada a mi familia.

La risa siniestra de Viko retumba por el lugar, su cuerpo va vestido en sangre y sus ojos cargan el mismo infierno, en su mano izquierda lleva un ramo de rosas blancas, desvío mi mirada hacia el rubio quien se encuentra embobado mirándola.

La relación que se traían estos dos entre manos es tan peligrosa como una bomba nuclear en el país equivocado, puede ser mortal si no saben cómo utilizarla y desde mi punto de vista ninguno de los dos lo sabe.

—Me gustaría poder creerte, Massimo, pero solo nos has demostrado que eres un perro que muerde la mano que lo alimenta.—dice haciendo bailar el ramo de flores que solo significa una cosa. Muerte.—Tu esposa e hija estarán mejor sin ti, créeme. 

—En serio...

El arma que Connor tiene en su frente se dispara y las palabras se esfuman junto con su vida, Victoria camina hasta el hombre mientras con la mano que tiene desocupada saca el cuchillo y se lo clava en el pecho haciendo un gran tajo hasta el abdomen. En pocos segundos el piso de tierra se vuelve un mar de sangre, Evans le quita las flores a Victoria y ella le sonríe.

Un grito femenino captura nuestra atención obligándonos a mirar hacia la puerta.

Chloë está parada en la entrada, con su cabellos rubios tapados por una gran capucha y sus ojos azules que no desprenden más que pánico. Nos está mirando como si todo fuese una horrible pesadilla de la cual no puede despertar.

Evans da dos pasos adelante pero yo lo detengo. Sí él es quien va a por Chloë todo será un completo desastre.

—Yo voy.—digo y sin esperar respuesta comienzo a correr.

Victoria me había dicho que debía hablar con ella y ponerla al corriente de lo que estaba sucediendo ¿pero que le diera?

"Lo que pasa es que Victoria mató a los hijos de un loco y ahora el jefe del loco que matamos antes nos está buscando. Quiere acabar con nosotros porque le estamos dando demasiados problemas ya que Victoria se cree la súper heroína y quiere acabar con todos los violadores, maltratadores y todo la mierda de rodea esa pandilla por otro lado estamos en grandes problemas si la familia de ella se entera del lío en el que nos metimos" 

—¿Se puede saber qué es lo que tanto te sorprende?—digo.

Ella se frena en seco al oír mi voz.

—Haz visto más cadáveres que alguien que trabaja en la morgue.—vuelvo a hablar.

—¡No!—Gruñe, aunque no puede verle el rostro estoy más que seguro que está llorando—Esto no es normal.

Continuó caminando en su dirección—Te dije que te vería después. ¿Para qué diablos me perseguiste? 

—Quiero saber más de ti, ¡Joder! No sé dónde coño me estoy metiendo. Acabo de ver a Connor y Victoria matar a ese pobre tipo que no podía defenderse...

—Ese tipo que tanta pena te da era un pederasta, abusó de muchas niñas.—la interrumpo.

—¡La justicia debe encargarse de eso!

Aún permanece de espalda, estoy a tan solo unos sentimientos de distracción que puedo olor su aroma.

—La justicia es una mierda y lo sabes.—la contradigo y la tomó del brazo justo en el momento que está por echarse a correr otra vez.

—Suéltame...

Comienza a decir pero sus palabras se pierden en mis labios, debía callarla de algún modo y besarla era lo único que se me había ocurrido ya que taparle la boca con una mano sonaba demasiado agresivo.

La tomó de la cintura para acercarla aún más a mi, siento su respiración acelerada y como su corazón comienza a latir con velocidad. Una gran erección se posiciona en mi entrepierna, desde que la había probado esa primera vez no había podido quitarme de la mente su cuerpo, sus gemidos e incluso sus ojos curiosos.

Me separó de sus labios y le sonrió mientras ruedo los ojos al cielo nocturno, en su rostro no hay más que miedo y pánico.

—¿Por qué tan asustada, bambi?

Su mirada está puesta en algo que hay detrás de mi por lo que instintivamente giró sobre mis talones para ver qué es lo que está viendo.

Victoria camina con decisión hacia nosotros en sus manos carga la misma pistola que había utilizado Connor para matar al hombre de la silla.

Reina el amor duele (COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora