El repentino golpe de la puerta me hizo saltar de la cama provocando que un dolor de cabeza insoportable se coloque en el medio de mi frente, Devon esta parado frente a la cama con la peor cara que jamás hubiera imaginado. En su mano derecha lleva un vaso de agua y en la izquierda una pastilla.
— Si vuelves a hacer algo como lo de anoche voy a matarte, Bambi.— Dice mientras me extiende la pastilla y el vaso de agua que al instante comprendo que es para la resaca.
Me coloco la pastilla en la lengua y luego bebo un trago de agua.
— Ayer dijiste lo mismo, Cuervo.
— Realmente me estás tentando.— espeta y toda su corporalidad se tensa, como si se estuviera controlando de no hacer alguna atrocidad.
—¿Ah, si?— pregunto mientras me pongo en pie y observo como lleva ambas manos a su cabeza para inclinarla hacia atrás.
Jugar con fuego y quemarme. Eso estaba haciendo.
Por una milésima de segundos sus ojos recorren mi cuerpo desnudo que solo lleva bragas, pero rápidamente aparta la mirada.
Devon, no lucia contento, amigable o relajado si no que por el contrario su mirada era feroz, intimidante como aquellas que solía darme en un principio.
— Si, joder— espeta con un tono de voz alto que me hace brincar.
Se dice que el impulso de idiotez siempre es mas grande y pues tienen razón, no se si estaba provocandolo porque creía que no me haría nada o porque me exitaba el hecho de verlo de tal manera ya que lucia como el maldito angel oscuro que había conocido en aquella estúpida fiesta de bienvenida.
— Y pues matame.— le contesto y por unos fugaces momentos el recuerdo de cuando me obligo a dispararle en el salón de clases aparece en mi mente— ¿O no puedes? ¿Acaso te enamoraste?
Sus profundos ojos grises me observan entrecerrados, lleva una de sus manos a la espalda y de allí saca un cuchillo de mango azul. Mientras camina en mi dirección siento el impulso de correr, pero me quedo parada allí queriendo saber que pasará. Porque es como si todo fuese una maldita película que se esta reproduciendo en mi mente, una película de la cual no se el final y eso me intriga.
Su mano libre me toma del cuello pegandome a la pared y la otra coloca el cuchillo en mi mejilla.
— Quizás si me enamore de tí.Mis ojos se levantan y siento que me quedo sin respiración en cuando veo la chispa de deseo sus ojos , el cuchillo comienza a deslizarse por mi mejilla hasta llegar a mi cuello donde Devon suelta su agarre y coloca el arma tal y como lo había hecho Evans en la discoteca.
— Y eso no es bueno para tí, de ningúna manera te pone a salvó.— el cuchillo se entierra un poco en mi cuello haciendo gruñir.
— Cuervo— digo haciendo que una sonrisa torcida aparezca en sus labios.
— Anda, libérate.— me reta.
Habíamos estado practicando varias veces ese momento ficticio en el que alguien me acorralara contra una pared e intentaba matarme, había aprendido como se suponía que lograría salir de esa situación. Pero tenerlo a él tan cerca, no me lo ponía fácil porque todo lo que quiera era tenerlo junto a mi.
Respiro profundamente, analizo sus ojos grises que son como una especie de tormenta eléctrica y luego lo hago. Levanto mi rodilla golpeando no tan fuerte su entrepierna provocando que su cuerpo se encorve ligeramente, entonces aprovechó que su agarre con el cuchillo es débil y se lo arrebato de la mano, aunque consigo tener el arma a mi favor con facilidad en el proceso el cuchillo me hizo un pequeño corte que no tardo en comenzar a sangrar.
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Reina el amor duele (COMPLETA✔️)
Teen Fictionojos grises. pelo negro azabache. brazos con más tatuajes de los que puedes contar y una mirada escalofriantemente seductora. Sonaba perfecto, pero como el Jardín del Edén, alguien rompe las reglas y lo desmorona todo. No sabía que al entrar en la u...