La llamada resulta ser tan corta que no me da tiempo a nada, quiero salir corriendo pero en poco segundos lo tengo de frente a frente, una sonrisa arrogante aparece en sus labios y esto provoca que mis piernas comienzan a fallar.
Siento vergüenza, mucha vergüenza.
—Bambi.—dice.
—Cuervo—respondo en un susurro.
Otra vez lo tengo cerca de mis labios, otra vez siento mi corazón acelerado. ¿Qué es lo que me trae así de mal?
¿Su cuerpo demasiado sexy? Responde mi subconsciente.
Si, su cuerpo y su...
—¿Qué pasa? ¿te gusto estar de rodillas?—pregunta pasando su pulgar por mi labio inferior.
—Yo...—susurro.
Estoy cada vez más nerviosa.
Su dedo abandona mi labio y ahora sus manos acarician con delicadeza mi cuello, clavícula y...
—¿Sabes? No bromeo cuando digo que te follaria aquí mismo.—habla mientras me escanea con sus ojos grises rebosantes de deseo.
—Nunca estuve con nadie.—logró decir sin titubear intentando quitar por completo de mi cabeza el horrible suceso de lo que había ocurrido en el camarín.
Baja sus manos hasta mis caderas y hace pequeños círculos ahí.
—Y ese es el problema, hacerlo contigo sería asumir la responsabilidad de que te pegues a mi como una garrapata.
Abro y cierro los ojos en un intento fallido por entender a lo que se refiere.
—Sin contar que debería ser romántico y tierno.—su voz se ha vuelto un simple susurro—Y eso no se me da nada bien.
—Que digas eso te hace tierno.
—Si supieras todo lo que he hecho y dicho la última palabra que me dirías es tierno.
Sus manos suben la remera hasta mi cintura, mis músculos y zona íntima están totalmente al descubierto. La respiración se me congela al sentir sus labios depositando pequeños besos en mis mejillas.
—Hice cosas horribles.—continúa hablando pero ahora sus labios están sobre los míos.
Trago saliva y de un momento a otro nuestro segundo beso cobra vida, envuelvo mis manos en su cuello mientras él me toma de la cintura y me sube encima suyo.
¿Qué estoy haciendo? No lo sé.
En cuando enrosco mis piernas en su cadera puedo sentir lo duro y tenso que está, él se recuesta sobre la cama dejándome encima suyo mientra nuestras boca continúan unidas en un beso que no hace más que excitarme con tanta facilidad que incluso me aterra.
Devon se quita la remera y eso me motiva a hacer lo mismo, la única prenda que cubría mi cuerpo sale despedida al suelo y entonces me encuentro desnuda delante suyo.
Todo en él crea un gran contraste conmigo.
Su cuerpo va repleto de tatuajes mientras que el mío no es más que un lienzo en blanco, su piel no posee ninguna marca mientras que la mía tiene pequeñas cicatrices de acné, sus ojos grises y los míos azules colisionan y ese es el momento exacto en el que algo que jamás había sentido se despierta en mí.
Lo deseo, lo quiero cerca.
—Devon...—jadeo con la respiración entrecortada por el beso.
Él hace un movimiento rápido y ahora se encuentra sobre mí, abro las piernas de inmediato para dejarlo colocarse en medio de ellas.
ESTÁS LEYENDO
Reina el amor duele (COMPLETA✔️)
Teen Fictionojos grises. pelo negro azabache. brazos con más tatuajes de los que puedes contar y una mirada escalofriantemente seductora. Sonaba perfecto, pero como el Jardín del Edén, alguien rompe las reglas y lo desmorona todo. No sabía que al entrar en la u...