capítulo 6🔪🩸

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Frío. Eso es lo primero que siento al despertar, parpadeo varias veces para que mis ojos se adapten a la claridad del lugar. Me siento en el sillón en el que había dormido y observo que una manta violeta ya se en el suelo, la levanto en un movimiento rápido y me sobre salto al escuchar una voz masculina.
 
—Qué incomodo debe ser dormir contigo, te mueves mucho. Tuve que taparte como tres veces en menos de una hora.

—¿Me estabas viendo mientras dormía?

Ay no que vergüenza.

Cuando tenía 11 años fui a una pijamada donde fueron casi todas mis compañeras de la escuela yo fui la primera en dormirse por ende el centro de burlas, las niñas me tomaron un montón de fotos y he de admitir que daba realmente miedo. En las fotos tenía un ojo medio abierto, la boca chorreando baba y si mal no recuerdo también estaba durmiendo con un brazo enroscado alrededor del cuello.

Así que si, ¡que vergüenza!

—No te estaba viendo, solo me quedé hasta tarde haciendo algunos trabajos.—explica tranquilo.

¿Estoy alucinando o he escuchado un maullido?

—¡Un gatito!—digo en voz alta.

La bola de pelos blanca se lleva toda mi atención, es hermoso y aún más hermoso cuando se sube al sillón buscando mi mano para que le haga mimos.

—Kenai.—lo llama Devon y el animal no hace más que ignorarlo.

—¿Quien es un gatito lindo? ¿eh? ¿Quien?—le hago unas carias en la pancita y comienza a ronronear—Si, tú.

Devon esta por decir algo pero se interrumpe así mismo en cuanto la puerta de entrada se abre dejando ver a los otros dos integrantes del estúpido club o algo así que había mencionado Penny.

Ambos entran al departamento y parecen tan sorprendidos de verme sentada allí que incluso puedo jurar que al pelirrojo se le abrió la boca en una enorme forma de "O".

Trago saliva en seco, paso mis sudadas manos por mis pantalones y me pongo en pie cuando veo los intimidantes ojos del rubio mirándome. En el encuentro que habíamos tenido el día anterior él no se había comportado de una forma muy amistosa que digamos así que cuando sus ojos se posan en mi yo aparto la mirada.

Por unos instantes miro a Devon quien no se molesta en decir nada así que me veo con la obligación de saludarlos o dar alguna explicación de porque estoy aquí.

Antes de decir algo primero miro al pelirrojo que lleva una chaqueta de cuero, unos pantalones negros y lo que creo es un casco de motocicleta en el brazo, luego desvió mi vista al rubio que me deja congelada ante la intensidad de la mirada que le está dando a Devon.

—Yo ya me iba...—le hago un último mimo al gato y le hablo directamente al pelinegro tatuado—Gracias por ayudarme con el trabajo y dejarme quedarme aquí anoche.

¿Vieron cuando en la películas alguien dice algo que no tenía que decir y todos se lo quedan viendo? Bueno, en estos momentos yo soy ese alguien.

Contengo la respiración mientras siento el peso de la mirada de los tres sobre mi.

Reiteró lo que dije antes, mi gustaría ser una avestruz y esconder mi cabeza en la tierra.

—Gracias por ayudarme—intento sonreír pero no me sale más que una mueca nerviosa—Un gusto conocerlos.

Ni bien termino de decir esas últimas palabras salgo disparada hacia la puerta cerrándola detrás de mi, comienzo a caminar por el estrecho pasillo sin poder evitar escuchar los fuertes gritos que salen del departamento del que acabo de salir.

Reina el amor duele (COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora