capítulo 41🔪🩸

56.4K 4.1K 1.1K
                                    

Acabar dentro de un ducto de ventilación, con una remera gigante y sin bragas es algo que jamás hubiera imaginado.

Los policías hablan y discuten entre ellos, no los veo pero puedo estar casi segura de que están justo debajo de nosotros, mis nervios están a flor piel en la última hora habían pasado demasiadas cosas y aún no lograba asimilar ninguna.

Devon sabía de mi estúpida investigación, ¿Victoria también? ¿Se lo habría contado Evans o simplemente lo descubrió?

Mis rodillas comienzan a doler, claro haber estado de rodillas y ahora estar gateando estaba pasando factura.

— ¿Alguna idea de que es lo que pudo suceder?— dice una voz masculina.

—La bala pertenece al mismo revólver con el que mataron al profesor que encontramos en el callejón— responde otra voz.

Dejo de moverme y esto provoca que Devon me de un ligero empujón.

—¿Crees que tiene algo que ver?— Vuelve a hacer otra pregunta la primera voz.

—No lo sé, pero me parece una causalidad muy justa. —responde.

Respiró profundamente y solo me limito a continuar avanzando, ya abría tiempo para preguntarle cosas e investigar.

El ducto de ventilación se hace más amplio y se divide en dos, esto me permite doblar ligeramente la cabeza hacia atrás para preguntarle con la mirada por cual de los dos ductos deberíamos ir ¿Izquierda o derecha?

El espeso cabello negro le cae por los ojos y esto me recuerda a lo que pasó segundos antes, me había hecho sentir tanta excitación que cuando se parto de mí pude ver en sus ojos la diversión de dejarme con ganas por el simple hecho de no querer decir lo que él quería oír.

—Izquierda— murmura muy bajito.

Hago lo que me dice y comienzo a moverme nuevamente, pasamos aproximadamente 5 minutos más gateando por el ducto cuando esté devuelve una simple subida que parece ser interminable. ¿A dónde llevaría?

Vuelvo a doblar mi cabeza hacia atrás en busca de respuestas,— ¿Y ahora?

— Ponte en pie y solo sube— su voz suena ronca.

Escucho voces pero están tan lejos que no distingo que es lo que dicen o si son femeninas o masculinas, hago lo que me dice el cuervo y comienzo a subir colocando mis pies en cada unión de ducto conducto. Esto era jugar con la suerte, un simple paso en falso y ambos estaríamos en problemas.

Subo uno, dos, tres y entonces miro hacia abajo notando que Devon está mirando directamente mi trasero desnudo.

—Deja de mirar, maldito pervertido.

—No es mi culpa que no te hayas vuelto a poner las bragas—responde y entonces caigo en cuenta de que mi ropa ha quedado en el suelo del aula.

—¿Tomaste mi ropa?—pregunto entre vergüenza y nervios.

Devon hace un gesto afirmativo y señala detrás de su espalda dónde veo un trozo de tela blanca de mi buzo.

—Si fuera por ti incluso hubieras dejado el arma ahí— espeta.

Trago saliva y solo me limito a continuar subiendo sin volver a dirigirle la mirada.

El ducto de ventilación parece ser eterno pero en unos pocos minutos se vuelven a abrir dos caminos y esta vez tomamos el de la derecha. Con cada segundo que pasamos gateando más intenso se hace mi deseo de salir a la superficie, de respirar aire fresco y soltarle al cuervo todas y cada una de las dudas que tengo.

Reina el amor duele (COMPLETA✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora