Reina el amor duele (COMPLETA✔️)

capitulo 34🔪🩸

No se si el vuelo había sido rápido o mi ansiedad por ver a mi madre y a Christopher me estaba jugando una mala pasada.

Sujeto en bolso que había traído con fuerza mientras camino directo a ellos.

Christopher me regala una gran sonrisa que me obliga a apresurar el paso, mamá todavía no me ha visto ya que se encuentra de espalda hablando por teléfono por lo que cuando estoy delante de Cris él le da un ligero golpe para que se de vuelta y me vea.

Ambos lucen bien, su ropa es elegante y por alguna extraña razón los hace relucir.

—¡Cariño!

Su dulce aroma inunda mis fosas nasales y esto me obliga a parpadear varias veces para que las lágrimas no comiencen a caer.

— ¡Feliz cumpleaños!— dice separándose de mi y tomándome por los brazos— ¿Como estas?

Un ligero puchero aparece en mi boca y esto hace que me vuelta a abrazar.

— Te extrañe tanto.

Después de algunas lágrimas por parte de ambas Cris también me abraza y luego salimos del aeropuerto para subirnos al vehículo negro que nos esperaba apartado en la mano de enfrente.

Mientras que Cris maneja y canta la canción que suena en la radio mamá me dice que primero iremos a casa para que me pueda dar mi regalo y después vamos a ir a un restaurante a merendar o algo así ya que mi vuelo para regresar salía a las ocho de la noche.

— Katherine me mostró un video donde estas en una fiesta...

Comienza a decir y automáticamente se de que me está hablando.

— Mamá... No...— suplico sintiendo mis mejillas arder.

— Si, Mamá si.— se ríe— ¿Quien era ese chico y porque no me haz contando nada?

¿Como te explicó?

— Déjala tranquila— Cris estaciona el auto delante de la casa donde había pasado gran parte de mi adolescencia.— ¿No queríamos que viviera la vida?

—Exacto que viviera la vida, no que estuviera de rodillas delante de un chico que no conozco.— bromea mamá.

— Él chico del video se llama Devon— me atrevo a decirle.

—¿Es tu novio?

—¿Qué? No, no por supuesto que no.

Mamá me mira con los ojos entrecerrados y esto me hace reír.

—¡No es mi novio!

Abro la puerta del auto y salgo de este sin decir nada más. Suficiente vergüenza por unos minutos.

— Está conversación aún no ha terminado, señorita.

No respondo y solo me limito a caminar hacia la puerta de entrada, esta a nerviosa y ni siquiera acababa de tener sentido el porqué. Al llegar a la puerta Nadia, el ama de llaves que mamá había contratado ni bien nos habíamos mudado, abre la puerta con una gran sonrisa.

Nadia era una mujer de unos cincuenta años aproximadamente, su cabello negro le llegaba hasta los hombros y sus ojos era casi tan oscuros que parecía un callejón sin salida, su nariz perfectamente respingada hacia que los demás rasgos de su cara se vieran delicados y armoniosos.

—Feliz cumpleaños— saluda abrazándome—¿Que tal la universidad?

—Bien,— respondo y el recuerdo de lo que había ocurrido con el profesor esta mañana vuelve a mi— Bastante tranquilo todo.—miento.
 
Nadia asiente mientras aún me sonríe.